Esta exposición se plantea como un juego de simulaciones, de apariencias y realidades, y como un cruce de miradas entre el realismo español contemporáneo y la tradición del naturalismo barroco. Los protagonistas de este diálogo son artistas de tres generaciones, nacidos en las décadas de 1930 (Amalia Avia, Julio y Francisco López Hernández, María Moreno, Antonio López, Claudio Bravo, Isabel Quintanilla), 1940 (Cristóbal Toral, Eduardo Naranjo) y 1950 (Gerardo Pita, Manuel Franquelo y César Galicia). Una selección de más de 50 obras, entre naturalezas muertas, figuras, interiores y vistas, mostrará sus conexiones con los maestros realistas del pasado (siglos XVII al XIX): sus puntos de contacto, pero también cómo sus aportaciones han enriquecido el arte realista español. La realidad ha cambiado al correr de los siglos, pero su apariencia sigue siendo la misma, cambiante y fugaz, y atraparla, el mismo desafío técnico de trabajo con la luz y el espacio para lograr mostrar del modo más verídico lo visto y vivido.