La rueda poética gira y gira y ya con un buen trecho avanzado pero mucho aun por recorrer os hacemos llegar las palabras de Carlos Pérez Torres en nuestra última parada poética.
Entrevista: Miguel Ángel Barba | Fotos: autor y web
Agradecemos la inestimable colaboración de Cristina Consuegra
Aforo Libre: ¿Para qué "no sirve" la poesía?
Carlos Pérez Torres: Parece un acertijo. (…) ¿Para ligar?
Aforo Libre: ¿Cómo llegaste a la poesía y cuáles fueron tus comienzos... Tus primeras lecturas y tus primeros pinitos?
C. P. T.: Tuve la suerte de tener una educación bastante literaria. Mi padre era maestro y su hermano Antonio, un poeta de los buenos de verdad en mi opinión (los méritos literarios no tienen que palidecer por los vínculos de sangre). A mi madre le encantaban la poesía y el teatro, y era usuarioa del ‘Círculo de Lectores’.
Mi tío, Antonio Almeda, me aconsejaba en lecturas imprescindibles: los clásicos, Manrique, Quevedo, Lorca, Cernuda, Alberti…, y de Málaga siempre nombraba a los mejores de su generación: Canales, Alcántara, Atencia.
Aforo Libre: ¿y después... pasaste por colectivos poéticos, revistas...?
C. P. T.: Después, mi afición por las letras fue cristalizando. Mis profesores publicaron algunos de mis poemas en las revistas del instituto “Sierra Bermeja”, y mis primeras publicaciones datan ambas de 1985: un par de poemas en la colección “Papeles de Poesía” y un relato corto que ganó un premio de la Universidad Popular en Marbella.
Nunca he querido límites para mi creatividad ni mi independencia, Por decisión propia, no he pertenecido a colectivos poéticos, escuelas o revistas, nóminas cerradas. He sido siempre bastante individualista y enemigo de las etiquetas. Jamás en mi vida he estado inscrito en ningún grupo, apuntado en ningún sindicato o afiliado en ningún partido.
Aforo Libre: ¿Donde has publicado y qué hasta ahora...?
C. P. T.: En los años 90 publiqué dos cuadernos poéticos en Madrid, en las colecciones Euterpe (Memoria de la luz, 1992) y Aguacantos (Llamada de la tierra, 1995), y un libro en las colecciones de Ángel Caffarena (Ruegos y Preguntas, 1993). De mis poemarios publicados en Málaga, los que tuvieron reseñas críticas en prensa fueron Temblor (Colec. Puerta del Mar, Cedma, 2000) y Razón de Convivencia (Premio Ciudad de Vélez-Málaga, 2006). He ido entreverando mi bibliografía con otras publicaciones de prosa poética (Rumores de la Plaza de San Francisco, 1997), narrativa juvenil (La banda del Pecas, 2003), relato Nico y Aurora, y otros relatos malagueños, 2008) y artículos periodísticos (Sobre el papel, 2013).
Aforo Libre: Dicen algunos que poeta no es solo quien escribe, sino también quien vive como un poeta... O dicho de otra forma, la poesía no solo se escribe sino que se vive, ¿o habría que decir que se sobrevive a ella...? o ¿quizá sea un mito?
C. P. T.: Yo siempre he visto una pose en eso de “vivir como un poeta”. La Poesía no es algo que te define, sino algo que a veces te acompaña, como a ráfagas.
Aforo Libre: ¿ y... cómo es el día a día de un poeta?
C. P. T.: Como el de cualquier persona normal. Todo el mundo encuentra a lo largo del día ocasiones para pararse un momento a reflexionar, o razones para emocionarse.
Aforo Libre: ¿En que se diferencia un poeta de una persona normal?
C. P. T.: La diferencia básica es que el poeta se propone pasar al papel algunas de esas reflexiones y emociones de las que hablaba antes.
Aforo Libre: ¿Cual es tu rutina, tu mecánica y tu método de escritura?
C. P. T.: Cuando escribo poesía busco solo dentro de mí, y cuando escribo relatos busco también fuera. Esta generalidad es la única que puedo afirmar rotundamente. Más allá de eso, no hay disciplinas ni horarios, ni mecanismos repetidos. Sí tengo alguna preferencia o manía, como la de refugiarme con frecuencia en el silencio de la madrugada, y escribir sobre cuartillas de papel con un bolígrafo bic de tinta negra.
Aforo Libre: ¿Eres de los que llevan siempre un bloc o papel para ir anotando todas aquellas ideas que van surgiendo da igual donde se esté? ¿Piensas como Pablo Picasso que "la inspiración existe pero tiene que pillarte trabajando.. o como Umberto Eco que "Nada es más nocivo para la creatividad que el furor de la inspiración"?.
C. P. T.: Es cierto que en ocasiones me ha llegado como un fogonazo, mientras conducía, por ejemplo, la imagen que me solucionaba un verso, o he imaginado en duermevela un buen tema para un cuento. Pero sólo son anécdotas, y en realidad hay poca épica en esto.
Más que de inspiración, yo hablaría de cierta dosis de improvisación, y ahí sí encuentro más encaje con el mundo de la lirica que con el de la narrativa (al igual que lo encontraría en una buena banda de jazz frente a toda una orquesta sinfónica).
Aforo Libre: ¿Cómo nacen tus ideas... Piensas que las ideas "inspiradoras" solo nacen de las vivencias y estímulos que recibes y vas construyendo a lo largo de tu vida... O pueden fluir cuando menos te lo esperas incluso sin tener nada que ver con tu entorno y vivencias?
C. P. T.: Los materiales con los que construyo mis poemas los tengo de primera mano; se refieren, como tú dices, a estímulos personales, son vivencias y sentimientos mios que luego pasan por el filtro de la estructura que yo le quiera dar al poema.
Aforo Libre: ¿Cuales son tus referentes a la hora de escribir, "tus temas", de qué cosas escribes o puedes escribir y de cuales no, nunca, jamás...?
C. P. T.: Absolutamente cualquier tema, asunto u objeto que uno tenga alrededor es ‘poetizable’: el olmo medio podrido de Antonio Machado, el beato sillón de Jorge Guillén, el cubo de la basura de Rafael Morales, el moscardón azul de Dámaso Alonso, las tajadas de sandía de Salvador Rueda. En mi caso, sin embargo, el esqueleto de mis poemas es muy inestable porque no se basa en objetos sólidos ni nada onjetivable, sino en dudas, sospechas, hallazgos, sensaciones, epifanías. Todo un mundo subjetivo lleno de hipótesis e incertidumbre.
Aforo Libre: ¿Tus influencias son fácilmente identificables, se asoman o dejan ver en tus versos o son adecuadamente controladas para que lo que surja finalmente sea una forma identificable, un todo representativo claramente personal?
C. P. T.: Esa cuestión de las influencias es más compleja de lo que parece. Uno pocas veces es consciente de por qué, en qué forma o hasta qué punto,pueden influirle otros, de un modo ‘rastreable’, en su manera de escribir. Por otra parte, eso que enuncias de un modo tan simple, una forma de expresión identificable y representativa de tu personalidad, es ni más ni menos que el objetivo más difícil de lograr, el sueño dorado de todo poeta que aspire a distinguirse con una voz singular: adensar el lenguaje eliminando lo que sobra y alcanzar, finalmente, eso que llaman “un estilo propio”. No es fácil conseguirlo, pero hay que perseverar.
Aforo Libre: ¿Buscas la creación de estructuras para tus libros, o escribes poemas de manera libre y el tiempo ya dirá o terminará destapando elementos y descubriendo aspectos que conforman unidades o relacionan entre sí a diferentes poemas?
C. P. T.: Depende de cada caso. En mis primeros libros tal vez el corpus de lo que yo quería transmitir estaba menos definido, y la colección de poemas era más aleatoria. En Temblor, por ejemplo, se distinguen claramente cuatro zonas y cada una de ellas tiene su propia cohesión. Por último, el ejemplo del estadío final en esta evolución sería el caso de Razón de Convivencia, un libro circular con una arquitectura muy pensada y equilibrada, cuya estructura ya estaba en mi cabeza antes de empezar a componerlo.
Aforo Libre: En plena sociedad de la inmediatez y la prisa, ¿de dónde saca tiempo un poeta para escribir...?
C. P. T.: De donde puede. Yo necesito concentración y silencio para abordar la creación, y por eso, como dije antes, muchas veces termino escribiendo (o reescribiendo, porque yo hago bastantes revisiones antes de dar un poema por concluido) en horas tardías, cuando ya todos en la casa estan durmiendo. Mis ojeras podrían muy bien atestiguarlo.
Aforo Libre: ¿Es o debe ser un poeta un comprometido con su tiempo... un militante de algo... implicarse socioculturalmente,,, piensas que la poesía debe ser "un arma cargada de futuro", o se puede ser poeta sin dejarse llevar por lo que acontece...?
C. P. T.: Mi forma de entender la poesía no tiene nada que ver con el compromiso social. Las opciones personales, los posicionamientos éticos, las tendencias políticas… son aspectos más exteriores y entran, creo yo, en el lado más prosaico de la vida.
Aforo Libre: Pablo Neruda dijo que: La Poesia no es de quien la escribe sino de quien la usa... ¿Podríamos ligarla con la pregunta anterior, no?
C. P. T.: Sí hay vinculación con la respuesta anterior, porque quien escribe un poema lo hace desde una esfera estrictamente íntima; digamos, una zona privada. Pero el universo de posibles receptores pueden llevar ese poema a una zona más pública. Todo es como mirar hacia adentro o hacia fuera, cuestión de perspectiva.
Aforo Libre: ¿Es cierto eso que pienso a veces... que la poesía nos acorrala en un rincón de nuestras conciencias... hasta que escribimos y es entonces cuando nos deja escapar y nos libera... aunque solo sea por unos instantes, hasta que volvamos a sentirnos de nuevo atrapados por ella?
C. P. T.: Sí. Escribir poesía en ocasiones nos permite cierta liberación, cierto desahogo, pero quedarse sólo en esa dimensión sería tanto como conformarse con un mero uso terapéutico. Hablando de conciencias, no vendría mal aquella recomendación clásica: “Agítense bien antes de usarse”.
Aforo Libre: ¿Será verdad eso que dicen que la poesía solo la compran los poetas?
C. P. T.: Sin duda, publicar un poemario puede ser una empresa heroica y un negocio ruinoso, pero no estoy seguro de que los poetas compren más libros de poesía que algunos profesores y estudiantes de literatura o filología, por ejemplo.
Aforo Libre: ¿Qué lee un poeta como tú que no se haya leído ya...?
C. P. T.: Leo mucha más novela que poesía. La lectura de la prensa diaria, los correos electrónicos y los prospectos de medicamentos no se si cuentan aquí.
Aforo Libre: ¿Está tocada y herida la poesía... o está más viva que nunca?
C. P. T.: Es claro que está tocada, sobre todo en comparación con otros géneros que, según las modas y el peso de ciertas promociones con gran eco mediático, parecen ‘intocables’. Está bastante herida, sí, pero la metáfora misma de la herida (las tres heridas) es la que puede revitalizarla. Podría incluso asegurar que aunque la poesía como negocio esté agonizando ahí fuera, delante de nuestros ojos (como todo el mundo sabe), el verdadero aliento poético sigue muy vivo dentro de nosotros mismos (pero esto no lo sabe todo el mundo).
Aforo Libre: ¿Es posible la poesía colectiva o es más bien un acto "íntimo y discreto"?
C. P. T.: Honestamente, yo no creo en eso de la ‘poesía colectiva’. Reconozco que en talleres literarios he propuesto experimentos de ese tipo para intentar acercar a los más jóvenes a una dimensión lúdica y a un aprecio nuevo por las imágenes y por la sonoridad y el significado de las palabras, pero para mí la creación poética te escanea un poco por dentro y explica cosas de ti mismo, así que me gusta eso que dices de “acto íntimo y discreto”.
Aforo Libre: ¿Cómo ves el nivel y la calidad de la poesía actual? Hay muchos poetas jovenes contemporáneos, ¿cuáles destacarías o sientes más cercanos, cuyas obras poética te parecen más destacables o incluso más cercanas a la tuya?
C. P. T.: Es muy socorrida la frase: “Hay tantos que prefiero no mencionar a ninguno, para no olvidarme de nadie”. En mi caso, me falta tanta información que diría que prefiero no mencionar a ninguno, para no equivocarme con nadie.
Aforo Libre: Volviendo al principio y a los orígenes, esos que nunca deben ser olvidados porque suponen nuestras referencias primigenias... ¿Algunos poetas de los de siempre que son imprescindibles y nadie debería dejar de leer nunca?
C. P. T.: William Shakespeare, Francisco de Quevedo, Walt Whitman, Gustavo Adolfo Bécquer, Pablo Neruda, Miguel Hernández, Blas de Otero, César Vallejo, Mario Benedetti, Ángel González…
Aforo Libre: Y regresando al presente: ¿Algunos poetas actuales o contemporáneos que son imprescindibles y nadie debería dejar de leer nunca?
C. P. T.: A mí me gusta el fútbol, y me identifico con esos jugadores que intentan hacer su labor de forma callada, pasando desapercibidos. Desde luego, no soy la estrella de ningún equipo y por favor, no me pidas que haga de seleccionador, que no es lo mío.
Aforo Libre: ¿Quién crees que deberíamos entrevistar para este espacio dedicado a la poesía y qué pregunta le harías?
C. P. T.: Repito que lo de seleccionar no es lo mío. Pero si preguntas un poco por ahí, encontrarás sin dificultad a verdaderos adictos a las antologías.
En un apartado que trata específicamente de la Poesía y da a conocer a poetas de Málaga, me parece que debo incluir una silva que escribí, a modo de declaración de intenciones, hace algunos años. De alguna manera, resume lo que he dicho antes en lo referente al temblor de la creación poética, y termina desplegando mi fe inquebrantable en la poesía como un medio muy especial de comunicación.
Hay formas de emoción, pellizco y miedo,
de rabia y sacudida.
Hay rectificaciones en mi credo,
temblor de escalofrío, y media vida
para justificar mis reacciones,
mi falta de reacción, mis pasiones,
la fuerza desmedida
que a veces se me duerme en un suspiro,
sopor, pasividad o aplazamiento,
acción como en retiro.
Un interrogatorio al sentimiento,
y luego lamentar la tesitura,
sentir no haber escrito algo que siento.
Mi lenta introspección sólo procura
palabras que son como un parapeto
sensato tras un punto de locura,
telón como un doméstico amuleto
- de farsa o de tragedia -
que invoca desde un ámbito secreto
(recóndito lugar desde el que media
abismo grande al punto de llegada
que ofrece el corazón al alma mía)
temblor provisional en la alegría
y paz definitiva en la mirada:
mi fe en la poesía.
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