Mar 20 2017

Juan Antonio Hidalgo Granados, El Muro,Entrevista: Gregorio Filograna | Fotos: facebook

Juan Antonio Hidalgo Granados nos habla de su proceso de aprendizaje de director y de su obra de fin de carrera El Muro, de Pink Floyd

Preocupado por hacerlo bien en esta mi primera entrevista en Aforo libre, por hacer que mi entrevistado se sienta cómodo, y es él quien hace eso por mi. Sugiere una cafetería en lugar de su aula de trabajo y me parece mejor opción. Se nota al novato y al experimentado, no en vano, durante la entrevista, Juan Antonio Hidalgo Granados se define como "No un planificador, sino solucionador de problemas".

A sus cuarenta y ocho años está a punto de poner el broche de oro al sueño de su vida (aunque él no maneje esas abstracciones), que es acabar su formación como director, y lo hará poniendo en escena El muro de Pink Floyd.

Juan Antonio Hidalgo Granados, El Muro,Durante una muy agradable entrevista escucho con entusiasmo todo lo que me cuenta, constatando cosas que poco a poco voy descubriendo y aspectos muy interesantes con los que seguro me voy a encontrar. A caballo entre la más sana de las envidias y la admiración, disfruto de su discurso. En muchas cosas es el mío.

Aforo Libre: ¿Qué fue lo que motivó a Juan Antonio Hidalgo Granados a elegir la senda de la dirección? ¿Cuál es la historia que te trajo a la ESAD?

Juan Antonio Hidalgo: Buff...a ver cómo te lo resumo...yo tuve mi primer contacto en plan aficionado cuando tenía dieciocho o diecinueve años, el típico grupo de chavales insolentes que se va a comer el mundo, que si no te lo comes a esa edad no te lo comes a ninguna (risas) y aquello como que ya me inoculó el veneno del teatro. Luego ya la vida te lleva a otras obligaciones, a dar otros bandazos, te tienes que buscar la vida y me he dedicado durante muchos años a hacer de todo. Hasta que llegó la famosa crisis y cuando se va todo al traste y lo has perdido casi todo y no tienes nada que perder dices ¿Y por qué no hacer lo que tenía que haber hecho toda mi vida? Tomé la decisión de hacer lo que he querido hacer siempre porque no tenía nada que perder me apunté a la ESAD para estudiar dirección. Barajé dos posibilidades, la interpretación me gusta mucho pero pensé que una cosa no excluye la otra y me apetecía ya a esta edad en que la sociedad me dice que me tengo que buscar la vida por mi cuenta que la dirección puede ser un buen camino para tener herramientas de cara a montajes. Básicamente fue por eso.Al final casi todo en mi vida ha sido recoger y acumular cosas, que luego me iban a servir para esto. Como tener una alacena llena y ahora te sirva.

A.L.: ¿Piensas que un director debe ser actor antes de dirigir?

J.A.H.: No tiene porqué. Ayuda, pero también te digo que es un arma de doble filo. Tu tienes esa empatía con el actor. Y es un arma de doble filo porque debes exigir a un actor determinadas cosas y si has estado ahí y lo has pasado mal en ese momento probablemente no le exijas  lo que le debes exigir. Pero por otro lado también ayuda porque sabes lo que está sintiendo y lo que está pasando, sabes cuando un actor está bloqueado, cuando no puedes girar una tuerca más porque se va a partir. Sí que es cierto que hay que ponerse en los zapatos del otro porque ayuda muchísimo a la hora de construir.

A.L.: Si has interpretado anteriormente...¿Cuál es el personaje que más satisfacciones te ha dado?

J.A.H.: Ha habido un personaje que me ha marcado en mi vida que ha sido Latino, de Luces de Bohemia, que fue justo cuando me apunté en dirección en la escuela y Carmen Ruiz Mingorance que estaba estudiando cuarto de dirección escénica por ciertas casualidades coincidió conmigo en varias cosas y me ofreció de buenas a primeras un personaje como Latino. Imagínate... me lo dijo y dije "vamos pa lante" y ese es el personaje que me devolvió aqui, el que me dijo "este es tu sitio, no busques más: quédate".

Juan Antonio Hidalgo Granados, El Muro,A.L.: ¿Cuál o cuáles son tus referentes en la dirección teatral? ¿Y en el cine?

J.A.H.: Yo soy muy ecléctico. Disfruto muchísimo con los musicales,y durante una época he sido fan absoluto de Andrey Lloyd Webber, sobre todo los primeros: Jesucristo Superstar, los que tenían más tendencia rock. Pero por otro lado me gustan también los que trabajan en función de carencias que tengo, todos aquellos que trabajan con cuerpo: Pina Bausch me apasiona, la estética de Bob Wilson, cómo un arquitecto es capaz de llevar a escena líneas, colores. Como digo tengo muchísimas influencias, soy un potajillo extraño (risas)

A.L.: ¿Un actor favorito? ¿Y actriz?

J.A.H.: Uau...(se lo piensa) mira, yo vi una vez una versión de ¿Quién teme a Virginia Woolf? interpretada por Adolfo Marsillach y Nuria Espert y me quedé alucinado. Me encantaría trabajar con Rafael Alvarez "El Brujo", ¡me encanta! Y con Blanca Portillo que a día de hoy me parece una de las actrices más interesantes, que está rompiendo muchos moldes, incluso moldes de género en la interpretación y me parece una actriz magnífica.

A.L.: ¿Cómo describirías tu proceso de formación como director dentro de la ESAD?

J.A.H.: Bueno...muy complicado. Siempre hay dos líneas. Por un lado está la parte académica que sí o sí tienes que seguir y hay unas normas, y sino haber elegido muerte (risas). Pero luego para mi lo más importante es el proceso personal, yo tengo mis propios objetivos personales por encima de un título, que está muy bien, aunque desgraciadamente nuestro título ni tiene validez ni consideración que mereciera, pero mis metas son siempre personales y la escuela tiene profesorado muy diverso al que te puedes arrimar y del que puedes aprender extraescolarmente, porque sí que es verdad que hay mucha disposición en muchos de ellos. Así que digamos que mi proceso de formación ha sido primero aprobar las asignaturas y segundo hacer lo que me apetecía hacer: interpretar, cantar y por supuesto probarme en los terrenos que no había tocado porque esto es una escuela, por tanto, un laboratorio, no un sitio donde vengo a ofrecer resultados ni a demostrar nada.

A.L.: ¿Qué ha sido lo mejor dentro de dicho proceso? ¿Y lo peor?

J.A.H.: Lo mejor, dentro de que soy muy caótico, es que la escuela me ha aportado una metodología de trabajo para no ir a salto de mata. Lo peor, aunque esto es una cuestión personal: que mi visión del teatro no se corresponde con la visión académica, ni es tan cuadriculada ni encajonada, tan etiquetada como se nos ofrece, pero claro, un sistema juega con eso. Pero es de hecho lo que más me cuesta.

A.L.: Dentro de la ESAD muchos actores y directores coincidimos en la dificultad que tiene no ya triunfar, sino incluso salir adelante en esta profesión. A la vista los datos: sólo un 8% trabajan. No obstante también coincidimos en que dado cómo está el mundo compensa más ser feliz ganando algo menos que siendo esclavo de un trabajo mal pagado en algo que no te gusta. ¿Estás de acuerdo con esto?

Juan Antonio Hidalgo Granados, El Muro,J.A.H.: Totalmente de acuerdo. Además, a estas alturas de la película con cuarenta y ocho años habiendo pasado por no se cuantos trabajos desde los diecisiete, llega un momento en lo que valoro más que ser feliz o los sueños, porque con esas abstracciones no juego, sino con una realidad tan simple que a mi las horas en el teatro no me pesan y ha habido trabajos en los que el reloj no andaba. Y sí, es cierto, a final de mes tenía mi sueldo que es necesario para determinadas cosas pero los actores sabemos el mundo cómo está y construimos nuestra vida en base a que entendemos que todo no se puede tener en la vida. Yo por ejemplo no soy padre, y fue una decisión personal. Yo no puedo ser actor y mantener una familia porque eso me va a generar una presión dentro de un mundo que como tu dices no está precisamente para tirar cohetes. Además, esto lo asemejo un poco al fútbol en el sentido de que los de primera división ganan un pastón pero los que estamos en tercera regional tenemos que tener otro trabajo para poder jugar al fútbol.

A.L.: Este año nos vas a poner en escena El Muro de Pink Floyd. Viendo las noticias de más rabiosa actualidad parece que prácticamente no vas a necesitar promoción: Trump, la crisis de refugiados...¿Tuvieron estas circunstancias algo que ver en esta elección? ¿Cuáles fueron realmente los motivos?

J.A.H.: Para nada. En principio hubo un motivo personal: esta era mi película de cabecera, me sentía muy identificado con el personaje, incomunicado, aislado del mundo, porque siempre he tenido ese punto de solitario y anacoreta. Incluso me sugerían que mis personajes podrían llevar un peluquín y yo no quiero hablar del muro de Trump, porque el muro de Trump es simplemente un reflejo de los muros diarios nuestros cada día. Creo que lo que debemos hacer es derribar estos muros nuestros  porque en verdad el problema no es Trump sino los millones de personas que están de acuerdo con él porque en su día a día viven a base de crear muros, de protegerse, de jugar con el prejuicio, de esconderse en el grupo nosotros, los otros y esos son los que hay que derribar. Hablábamos de la escuela, que tiene tres líneas: dirección, interpretación textual e interpretación musical...y entre cada una de ellas hay un muro, siendo de la misma profesión pudiendo nutrirnos los unos de los otros y establecemos un muro: directores, actores y entre actores: textualitos y musicalitos. Eso es lo triste. Esos son los muros que quiero echar abajo, porque si se tiran no llegaremos a los de Trump. Yo creo en el efecto mariposa. Yo no voy a cambiar el mundo, pero si consigo que un par de espectadores o tres se hayan removido de alguna manera habré conseguido mucho más de lo que pretendía porque creo en eso, en el día a día cambiar mi entorno.

Juan Antonio Hidalgo Granados, El Muro,

A.L.: ¿Cómo está siendo el proceso de producción de El Muro? ¿Qué te está resultado más difícil? ¿Y lo más gratificante?

J.A.H.: Lo más gratificante es el trabajo con los actores siempre.Hay momentos mágicos, momentos en los que se te ponen los vellos de punta. Y hay momentos terroríficos porque trabajo con un elenco de más de treinta personas, imagínate lo que es coordinar agendas, horarios y ganas y ánimos de todos. Pero sí estoy muy satisfecho porque están volcados con el proyecto, incluso chavales de primero que acaban de entrar en la escuela, que todavía no tienen herramientas y están dando todo lo que tienen y más y eso es muy de agradecer. Lo más complicado como dije antes,  soy caótico, yo no soy un director planificador, soy un director resolutivo, llegan los problemas y los resuelvo .Yo ahora mismo no sé cómo va a acabar, yo sé el proceso en el que estamos,un proceso de creación que es como nació y lo más peligroso es establecer fechas de tipo experimentamos hasta aqui.

A.L.: Sin spoilers...¿Qué puede esperar un espectador antes de entrar a ver El Muro?

J.A.H.: Vaya....(risas). Pues se puede esperar una propuesta extraña. Más de lo que se puede esperar yo recomendaría que cuando se venga a ver el Muro se venga a disfrutar de la música y a dejarse llevar. Las canciones tienen su letra, están en inglés, pretender entender lo que se está diciendo no Juan Antonio Hidalgo Granados, El Muro,es lo mejor, porque no se va a subtitular, con lo cual, lo que se puede esperar al ver el Muro es que algo se remueva, una cuestión de sensaciones. Que se dejen llevar por la música, por la propuesta plástica y que no intenten entender. Yo creo que en el mundo gallinero en que vivimos la palabra es cada vez más incomprensible porque estamos saturados de ella, por eso yo creo que hay que dejarse llevar por las sensaciones que uno está percibiendo. La única diferencia que tiene el teatro con otras opciones de ocio es el elemento vivo y es el que prima, porque es un señor como nosotros que está transmitiendo con su energía una serie de sensaciones a través de la palabra, del movimiento, del gesto. Dejarse llevar, y espero que se lo pasen bien.

A.L.: El Muro nos cuenta la historia de una ficticia estrella del rock llamado Pink, basado en las propias vivencias de Roger Waters. Como directores, sabemos que llevamos a escena algo cuando tenemos realmente algo que contar. ¿Qué hay exactamente de la biografía y vivencias de Juan Antonio en este montaje?

J.A.H.: Hay mucho. Es más, estoy muy de acuerdo con esto que dices, un director tiene que estar dentro de la obra, no puede engañar al público, lo que tiene que contar es algo que le llegue, que le duela y que necesite contar en ese momento. Y yo el Muro es algo que necesito contar, y como digo soy alguien muy solitario, muy anacoreta, vivo en mi concepto de casa, que más que una casa es una cueva en la que me encierro y me aparto del mundo. Y noto que cuando estoy mucho tiempo encerrado me cuesta hasta bajar a comprar el pan, es casi una odisea, es como salir a un mundo distinto. Y por eso el primero que quiere derribar ese muro y esa protección frente al mundo soy yo, y por eso necesito contar esto, contar esto en un mundo en que la incomunicación es cada vez mayor, cada día hay más medios de comunicación, muchas más posibilidades, tecnológicamente puedo hablar con un señor de Tailandia en tiempo real y sin embargo hay cada vez menos cosas que decir, cada vez comunicamos menos y cada vez sabemos menos de los otros. Hemos cambiado personalidades por perfiles, no somos ni reales siquiera y a mi me gusta la comunicación real, la de verdad, que dos personas se sienten y compartir lo que para mi es el mayor gesto de comunicación entre dos personas, que es el silencio. Compartir el silencio pienso que es la mayor prueba de fuego de cualquier relación personal, familiar o de pareja, poder sentarte y que no sea incómodo.

A.L.: ¿Y qué supone para ti llevar tu montaje ni más ni menos que al Teatro Cervantes después de estrenar en la ESAD?

Juan Antonio Hidalgo Granados, El Muro,J.A.H.: Una locura. Ni en mis mejores sueños pude imaginar una cosa así. La vida es curiosa, te pasas la vida escuchando que no hay segundas oportunidades, que los trenes se van, todas esas mentiras que nos cuentan para que produzcamos en el momento que tenemos que producir a la manera que debemos producir, y resulta que un cuarentón como yo se replantea su vida , se dedica a lo que finalmente quiso dedicarse y como colofón a su carrera su obra acaba en el Cervantes, gracias especialmente a Nacho Doña, nuestro director musical, que es uno de los pilares fundamentales hoy en día de los musicales en Málaga y que es imprescindible en el Muro.

A.L.: ¿Tienes algún proyecto futuro en mente para después de el muro?

J.A.H.: No, pero verás...como te he dicho antes no soy un planificador, me dejo llevar. El año pasado antes de empezar cuarto hubo una pregunta que acabó atosigándome un poco: Bueno...¿Y después qué vas a hacer?, Y claro...a estas alturas de la película que te pregunten qué quieres ser de mayor...(risas) Yo se que probablemente haya que tenerlo todo planificado , evidentemente yo me quiero dedicar al teatro, no sé en qué sitio estaré, si dirigiendo, interpretando o poniendo luces porque me apasiona también la parte técnica. Yo sé que mi mundo es el teatro pero en mi caso influye mucho quién se cruce en ese momento en mi vida, me dejo guiar mucho por el instinto y hay proyectos que se cruzan y dices: este. Con lo cual no sé si estaré en Málaga, si estaré fuera...todo depende de lo que se cruce en el camino, prefiero tener esa puerta abierta a planificar, porque planificar en base a un oficio que no tiene futuro, hoy en día en Málaga es a, b y c...no hay más opciones, entonces no vamos a planificar, a ver lo que me encuentro y a seguir abriendo puertas.

A.L.: Y para acabar...¿Qué dirías a esos futuros directores que se están pensando presentarse a las pruebas de dirección el año próximo?

J.A.H.: Que lo hagan. Porque si lo están pensando es porque quieren hacerlo. Y sobre todo mi recomendación es que no vengan con ideas preestablecidas. Muchas veces veo mucha frustración pero porque la gente viene aquí a demostrar algo y tu no vienes aquí a demostrar nada, vienes aquí a aprender. Y si vienes con esta actitud esta escuela te ofrece mucho: hay muchas opciones y lo bueno que tiene esta escuela es que el número de alumnos es tan reducido, y en dirección tú lo sabes es más todavía, que casi puedes tener tutorías con los profesores un día sí y otro también y si encuentras un buen profesor te puede guiar, te puede dar mucho material. Entonces si alguien se plantea ser director o actor ya está lo suficientemente loco como para que venga y lo haga. Luego ya que decida: como digo lo académico no es la única forma de aprender hoy en día, afortundamente vivimos en una época en la que la información la tienes a mano si sabes buscarla y no necesitas una academia para aprender algo y este título tampoco es algo que te vaya a abrir muchas puertas si no te quieres dedicar a la docencia u otras cosas. Con el título no vas a dirigir una película ni dirigir en el Centro Dramático Nacional. Así que como no es cuestión de título, es más bien cuestión de vocación, yo recomiendo a la gente que estudie porque es importante tener herramientas. Luego ya tú las aplicas como quieras, pero yo hoy en día después de los años que he pasado en la ESAD me noto con unas herramientas que no tenía.

Juan Antonio Hidalgo Granados, El Muro,

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