Trío Arbós y Rafael de Utrera en la Alcazaba

19/07/2018. Ciclo Julio Musical. Alcazaba de Málaga.

Texto y fotos: Javier Rodríguez Barranco

El Arte que se busca a sí mismo

Es cierto que Málaga no tiene un coliseo como el de Roma, ni una Alhambra como la de Granada, pero creo afirmar sin temor a equivocarme que es la única ciudad del mundo que cuenta con un teatro romano a los pies de una alcazaba árabe: fusión de dos culturas a las que se pueden añadir otras tres: la fenicia del gárum en la calle Alcazabilla, la judía del barrio donde se halla el Museo Picasso y la cristiana de la cruz que da acceso a la alcazaba y de la catedral próxima. Cinco culturas en apenas un radio de cien metros, desde la pirámide donde se halla el gárum, lo cual es algo que no se ve en todos lados.

Pues bien, esa proximidad arquitectónica permite que se desarrollen simultáneamente el Festival del Teatro Clásico en la parte romana y el Julio Musical (concierto para una noche de verano) en la alcazaba, que es de lo que nos ocuparemos seguidamente.

El arte se busca a sí mismo

En el día de hoy, 19 de julio, ha tocado el turno al Trío Arbós, que vienen arropados por un armazón tan clásico como un trío de violín, chelo y piano, pero para interpretar flamenco y música española, que no todo han de ser experimentos con el jazz latino, y no es que no me guste lo de Bebo Valdés y Diego, el Cigala, es que hay más opciones, es que el flamenco se puede unir a otras cosas. Es que el arte se busca a sí mismo. La voz corre a cargo del cantaor Rafael de Utrera.

El concierto combina temas que son sólo instrumentales con otros en que los músicos se unen a la voz (nunca a capella) y se inicia con un cante por malagueñas, donde el quejido grave de Rafael de Utrera acaricia cada sílaba.

De la malagueña pasamos a tres temas instrumentales del maestro Arbós, que da nombre al trío, y consistieron en un bolero, una habanera y una seguiriya gitana, compuesta cuando todavía no estaba muy definido este palo flamenco e interpretadas las tres piezas sin solución de continuidad.

Regresa Rafael de Utrera al escenario para cantar unos tientos, el primero de los cuales está inspirado nada menos que en Beethoven y su sonata Claro de luna, un homenaje necesario que hubiera agradado al mismísimo maestro alemán y su fama de cascarrabias.

El maestro Bretón, sí, estoy hablando de Tomás Bretón, también atesora cuatro canciones españolas en su repertorio, una de las cuales, concretamente un polo gitano fue interpretado en esta velada por el trío Arbós.

Una variante de Canción de amor, de Paco de Lucía, llegó luego y ustedes me van a perdonar, pero yo creo que es en parte deudora del conocido Sueño de amor, de Franz Liszt, quizá por el protagonismo que dio al piano esta versión del Trío Arbós, mucho más flamenco que húngaro el tema del algecireño, sin embargo.

Vieron luego, instrumentos y voz, unos cantes de levante, donde una vez más, el piano volvió a convertirse en el gran protagonista.

Brillaron la bulerías y para ello se eligió el tema Buleriando, del grande de las bulerías, Moraíto Chico, que se adaptó casi literalmente para el trío de violín, chelo y piano, y en el que también intervino Rafael de Utrera.

Tenía que estar Falla en este recital de Flamenco y música española y por ello, de El sombrero de tres picos, se eligió el Canto del molinero.

Eduardo Toldrá compuso doce canciones populares dedicada cada una a una región y la que se refiere a Málaga se titula Bamba. Pues bien, sus acordes son tan similares a La leyenda del tiempo, que primero interpretaron la bamba sólo Juan Carlos y Cecilia, para incorporarse José Miguel y Rafael en una segunda fase en que se ejecutó completo el tema de Camarón.

Así se cerró la parte programada del concierto y luego vinieron los bises, pero quiero destacar que, según se desarrollaba la noche, entre tema y tema uno podía escuchar el sonido del agua en la fuente árabe y eso era el susurro de la vida.

Una deliciosa noche, por lo tanto de música para el pensamiento, música para las emociones y música para los sentidos.

Y bueno, lo dejo aquí, que ya ha dado la vuelta el calendario y nos hallamos a día 20 de julio, fecha de mi cumpleaños y eso hay que celebrarlo de alguna manera.

Ciclo Julio musical 2018: conciertos para una noche de verano

Música - Clásica y lírica