Teatro Cervantes, sábado 16/02/2013
Texto: Alfonso Urdiain Hermoso de Mendoza | Fotos del autor y web
Resulta paradójico que la Filarmónica suene sensacional concierto tras concierto -como nunca- en uno de los momentos más complicados de su existencia. Excelencias interpretativas en este caso deslucidas por un programa compuesto por heterogéneas obras menores del repertorio.
El sonido de nuestra orquesta no solo está perfectamente afinado y articulado en todos los instrumentos y grupos -incluso en los metales, tradicional talón de aquiles-, además lo hacen con gran cohesión y sentido del conjunto, sonando de forma compacta, empastada.
El concierto se tituló “lo que el viento se llevó” por los últimos minutos del mismo donde se interpretó esta conocida suite, banda sonora de la película homónima. Esta excusa cinematográfica sirvió para cortar-pegar con escaso atino tres obras de distintas épocas, compositores, estilos y formatos orquestales que propiciaron una exposición fragmentada, con largas pausas, restando coherencia e interés a la velada.Comenzó con el bello poema sinfónico Les Éolides de Cesar Frank con un lenguaje armónico característico de los finales del XIX francés, luciéndose las cuerdas en los vívidos trémolos.
Los 11 minutos del poema dieron paso a 6 minutos de reorganización del escenario en los que 3 operarios dejaron la escena medio vacía para la exigua orquestación de la próxima obra: solo vientos y dos contrabajos en el Concierto para violín, op 12 de Kurt Weill, compositor alemán especialmente conocido por la Balada de Mackie Navaja, pero que nos presentaba una obra de lenguaje atonal y estética moderna, con influencias de la segunda escuela de Viena y Stravinsky. Una obra mucho más apropiada para un ciclo de cámara contemporáneo que para el de abono de una Filarmónica.
Personalmente no me llegó ni agradó la obra pese a su impecable ejecución por Andrea Sestakova y maestros. Colomer se sentía en “su salsa” dirigiendola, prescindiendo de batuta, aportando un entusiasmo que pocos más compartieron.Algo más interesante tras el descanso fue el Concierto para siete instrumentos de viento, timbales, percusión y cuerda de FranK Martin, con una acertada interpretación de los solistas junto a los que destacaron los espectaculares timbales de Leopoldo Saz -Leo-.
Tras una nueva espera de 4 minutos para reorganizar el escenario, llegó lo mejor de la velada: La breve suite Lo que el viento se llevó de Steiner, en la que toda la Filarmónica se entregó a las conocidas melodías, transmitiendo al público las evocaciones sureñas de la partitura. Los espectadores respondieron con los únicos bravos de la noche.
Preocupante escasa afluencia de público que solo ocupó un cuarto del patio de butacas, con la notable ausencia del nutrido grupo de extranjeros afincados en la costa, habituales de los sábados, ahuyentados posiblemente por el programa de corta-pega, “ecléctico” querrán llamarlo otros ; se los llevó el viento.
No se olviden de firmar su Apoyo a la Filarmónica (pinchar aquí). Ya lo hice, sin duda se lo merecen.
Temporada de Abono, concierto Nº 8. 15 y 16 Febrero
.....LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ
Orquesta Filarmónica de Málaga
Director: EDMON COLOMER
Les Éolides C. FRANCK
Concierto para violín e instrumentos de viento, op.12 K. WEILL
Concierto para siete instrumentos de viento, timbales, percusión y cuerda F. MARTIN
“Lo que el viento se llevó” (Suite) M. STEINER