Teatro Cervantes, 23/02/2013
Texto: Alfonso Urdiain Hermoso de Mendoza | Fotos Producciones Telón y Minerva Moliner
Segunda ópera del programa de abono de la lemporada lírica en la que Producciones Telón nos ofreció un razonable montaje y una cuidada selección de voces solistas, destacando la soprano Minerva Moliner en una sobresaliente interpretación de Lucía.
Confirmándose la tendencia creciente de calidad según va avanzando la temporada que auguramos en octubre, llegó al escenario del Cervantes el drama trágico de Donizetti, paradigma del romanticismo y belcanto operístico.
La obra se ambienta en la Escocia del s. XVII y narra el amor imposible entre dos jóvenes de familias rivales, que termina trágicamente para ambos.Cuenta con una de las partituras más hermosas del gran repertorio y un papel principal destinado a una virtuosa soprano de coloratura (voz ágil con capacidad de sucesiones de notas rápidas) que, bien ejecutado, permite su lucimiento, especialmente en el ária "Oh, giusto cielo!...Il dolce suono" de la escena de la locura.
Precisamente lo más resaltable de la velada fue la interpretación de Minerva Moliner como Lucía, joven soprano valenciana de seguro y bello timbre que estuvo sobresaliente en todas sus intervenciones, despertando encendidos aplausos tras cada aria y dúo. Destacó, por su belleza intrínseca, la escena de la locura, donde escuchamos una maravillosa e inigualable cadenza de soprano y flauta.
Los tres papeles masculinos principales, Edgardo, Enrico y Raimondo fueron brillantemente interpretados por el tenor Miguel Borrallo, el barítono Javier Galán y el bajo Ángel Jiménez, respectivamente, quienes estuvieron acertados a lo largo de la velada, agradando especialmente la bien templada voz de Miguel Borrallo. Las voces secundarias de Arturo, Alisa y Normanno, por el contrario, lucieron más opacas.Mejorable la escena final donde Edgardo literalmente arrastra por el escenario el cadáver de Lucía para posteriormente suicidarse a su lado, pudiendo haberse encontrado soluciones más imaginativas y elegantes para incorporar a Lucía a escena.
El Coro de Crevillente tuvo una buena afinación y empaste con un correcto resultado final, pecando de hieratismo en sus movimientos sobre la escena y mostrándose excesivamente pendientes de la batuta de Francisco Antonio Moya.
Buena interpretación de la jovencísima Orquesta Filarmónica de la Mancha con un correcto sonido de conjunto en el foso y acertados solos de flauta, arpa, violonchelo y oboe, si bien con resultados desiguales en las trompetas y trompas.Interesante y efectista la escenografía de Esmeralda Díaz, combinada con una iluminación donde las sombras se hicieron presentes, con sencillos elementos como cortinajes o un panel traslúcido móvil para dar vida a la historia de Lucía.
Vestuario algo reiterativo y simple, con uso de las telas como elemento común, recurriendo, por ejemplo, a botas de agua negras para calzar a los personajes masculinos secundarios y coro. De cualquier forma, suficiente para disfrutar de lo importante.
Algo menos de tres cuarto de aforo la noche del sábado -y lleno el viernes- para acoger con entregados aplausos y varios bravos -especialmente a Lucía/Minerva Moliner- esta imprescindible página de la ópera.
LUCIA DI LAMMERMOOR
Drama trágico en tres actos de G. Donizetti con libreto de S. Cammarano,
según la novela The bride of Lammermoor, de W. Scott.
Estrenado el 26 de septiembre de 1835 en el Teatro San Carlos de Nápoles.
Producciones Telón
Solistas Minerva Moliner / Dolores Lahuerta, Miguel Borrallo, Javier Galán,
Juan Manuel Padrón, José Antonio García, Judith Borrás, Daniel Bañez
Coral de Crevillente
Orquesta Filarmónica de La Mancha
Dirección de escena Ignacio García
Dirección del coro y dirección musical Francisco Antonio Moya