Teatro Cervantes, Málaga, 14/09/2012
Texto y Fotos: Alfonso Urdiain Hermoso de Mendoza
Sensacional primer concierto de la Filarmónica en el que un Colomer desconocido, tranformado, sorprendió a todos los presentes al prescindir de la partitura por primera vez desde que está en Málaga.
Soy favorable a los directores o intérpretes que prescinden de la partitura en sus interpretaciones. Creo que resulta indicativo del trabajo previo, conocimiento de la obra y de la autoconfianza del director o intérprete. Me costaría imaginarme a Abbado o Metha con partitura en una sinfonía de Beethoven, por ejemplo, o a Mutter o Capuçon con atril y papeles en el concierto para violín de Mendelssohn.
Opino que sin papeles de por medio un director consigue comunicar más a los músicos, y por ende al público, ganando en expresividad las obras. En mi propia experiencia, las interpretaciones que más me han transmitido han coincidido con direcciones o interpretaciones sin partitura.
De cualquier forma, se trata de una elección personal del director en la que tiene mucho que ver la estética perseguida y su propia personalidad.
En noviembre del año pasado -humildemente- animé y reté al maestro a prescindir del atril en obras esenciales (ver aquí), y casi un año después Edmon Colomer ha aceptado el reto. Y por lo que vimos le gustó, se gustó y a nosotros también. Bravo, maestro.
Parece que nuestro Colomer, en estos difíciles momentos, tira de arrojo y confianza para intentar ilusionar a la Filarmónica y su público con todos los recursos expresivos que están a su alcance, entre los que acertadamente eligió en la primera sinfonía de Brahms suprimir cualquier barrera entre él, los músicos y la propia Música.
La velada comenzó con un sobresaliente concierto nº1 para piano de Brahms, con una brillante interpretación de la Filarmónica y del pianista Alexei Volodin, que nos deleitó con su digitación fluida, rápida, y a la vez clara y precisa. Maravillosa ejecución que arrancó numerosos bravos de los asistentes.
Tras el descanso, pudimos disfrutar de una extraordinaria primera sinfonía de Brahms en la que Colomer -desnudó de papeles- se entregó a esta maravillosa obra del compositor hamburgués. Brahms tardó más de 20 años en componerla, consecuencia de la responsabilidad que él entendía que asumía al convertirse en heredero de Beethoven, al que pudimos entrever entre las notas de esta primera de sus cuatro sinfonías.
Excelente interpretación de oboes, clarinetes y flautas, así como los solos de Andrea Sestakova -Concertino- en el segundo movimiento. Todas las secciones de cuerdas se entregaron agresivamente, tal y como debe ser en estas monumentales composiciones románticas.
Los músicos estuvieron a un altísimo nivel técnico y expresivo, y volvimos a ver atisbos de ilusión y comunicación entre ellos, que hacía tiempo que no percibíamos.
El último movimiento de la sinfonía fue demoledor y emocionante. La orquesta parecía la que vimos con Lacombe, y el director se gustaba, evolucionando del histrionismo en los stacatti del primer movimiento a una total seguridad y confianza en el adagio final. Tal fue la simbiosis entre orquesta y director conforme avanzaba la obra que éste se permitía el lujo de dejarles tocar, apoyado tranquilamente en la barra del podio, uniéndose a ellos y arengándoles en los pasajes más complicados. Sensacional.
Tres cuartos de aforo en la noche del viernes -la de los abonados- que supieron llenar la sala con sus aplausos y numerosos bravos finales.
Lamentablemente, el sábado el aforo fue escasísimo, como ya auguré en mi previa de temporada. En esta ocasión la programación tenía tirón y la escasa afluencia se explica principalmente por las fechas, en las que el público extranjero -habitual de los sábados- no suele acudir y todavía hay público malagueño de vacaciones.
En esta época convulsa (leer aquí y aquí), los aficionados coincidimos en que lo importante es la Música -y lo que nos hace sentir-. Cuando suena el “la” inicial todas las circunstancias y dificultades desaparecen para hacerse patente la belleza, máxime cuando el programa, batuta y músicos se aúnan para conquistarnos.
Concierto Nº 1. 14 y 15 Septiembre (viernes y sábado) 20.30 y 20.00 horas
Director: EDMON COLOMER
BRAHMS: CONCIERTOS PARA PIANO
Concierto nº 1 para piano y orquesta en re menor,op.15 J.
Sinfonía nº 1 en do menor, op.68 J. BRAHMS
Solista: ALEXEI VOLODIN