Teatro Cervantes, 18/02/2012
Orquesta Filarmónica de MálagaTexto: Alfonso Urdiain Hermoso de Mendoza | Fotos: web, Rafael Carmona
Tras mes y medio de descanso retomamos los conciertos de abono de la Filarmónica de Málaga con una noche de inspiración centroeuropea en la que lució Javier Perianes, el pianista español de moda en todo el mundo.
El hilo conductor de “Variaciones” -debilitado, ya que la pieza principal de la noche, el concierto 23 para piano de Mozart, no lo es- sirvió para presentarnos un atractivo programa que evoca la música de los siglos diecinueve y veinte, desde el clasicismo de Mozart al modernismo de Hindemith, pasando por los románticos Weber y Brahms.
La velada comenzó y termino con exotismo de evocación asiática, abriendo boca con la breve Obertura de Turandot de Weber y cerrando con las variaciones que sobre esta misma pieza realizó en 1943 el compositor y musicólogo Hindemith, transmitiendo una imagen cíclica que simbolizaba el concepto del título del concierto.
Tras la Obertura de Turandot, el concierto para piano número 23 de Mozart completó la primera parte de la velada. Su elección, junto con el pianista, fue acertada. Javier Perianes volcó en el piano su sensibilidad, dulzura y sutileza, combinada con una desbordante expresividad, interpretando de memoria el destacado concierto mozartiano. Magistral interpretación del Adagio, apenas cien compases en los que Javier supo transmitir el inusual tono sombrío del movimiento. La audiencia supo reconocer la cercana -casi intimista-, e impecable ejecución con prolongados aplausos al final de la obra.
Javier, nacido en Nerva -un pequeño pueblo de la provincia de Huelva- hace casi 35 años, es un asiduo a los escenarios malagueños y se ha convertido -con justicia- en los últimos años en uno de los músicos españoles más reconocidos internacionalmente como evidencia su reciente participación en el prestigioso Festival de Lucerne –donde se le describió como un “poeta del teclado” por la crítica suiza- o la nueva grabación –aclamada unánimemente por la crítica especializada- de las Noches en los Jardines de España de Falla para el audiófilo y exclusivo sello discográfico Harmonia Mundi. Afortunadamente, Perianes también es “profeta” en España, donde toca en los más célebres festivales y auditorios, y donde el Conservatorio Profesional de Música de Huelva ya lleva su nombre.
Nuevamente, como vengo haciendo con gusto a lo largo de toda la temporada, aplaudo la elección de los solistas realizada por el maestro Colomer, director musical de la temporada de conciertos.
La segunda parte de la representación se abrió con las Variaciones de Brahms sobre un tema de Joseph Haydn, título de la obra que contiene un error desconocido por el compositor germano, ya que el tema objeto de variación -llamado Coral de San Antonio- no es de Haydn aunque en la época le fue atribuido por error. Magnífica orquestación de las ocho variaciones y final en las que Brahms plasma su soberbia técnica del contrapunto, depurada tras haber compuesto anteriormente los ciclos pianísticos sobre un tema de Schumann, otro de Haendel y el muy conocido de Paganini.
El veterano director austriaco Theodor Guschlbauer fue la batuta invitada encargada de conducir a los músicos en una excelente y memorable interpretación. El maestro demostró gran seguridad y sensibilidad, ejecutando de memoria la segunda parte del concierto, una vez retirado del escenario el Steinway de cola.
La orquesta estuvo a la altura de los invitados y obras en una brillante ejecución. Se observaron algunas importantes bajas entre sus filas, como la concertino Andrea Sestakova o el carismático primer chelo Tilman Mahrenholz, cubiertas correctamente por los profesores titulares de la filarmónica y nuevas incorporaciones.
El habitual y elegante público de los sábados con el incondicional nutrido grupo de extranjeros acudió puntual a la cita ofreciendo un aforo superior a los tres cuartos y acogiendo entusiasta la ejecución con cerrados aplausos que se extendieron más allá de lo habitual.
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