22/06/2019. Festival Terral. Teatro Cervantes.
Texto: Cristina Quiñoy | Fotos: Miguel Fernández / TC
Mariza, el fado hecho fuerza y garra.
La fadista Mariza abre el Terral 2019 en el Teatro Cervantes de manera sublime haciendo un recorrido por su discografía. Ella, nacida en Mozambique de padre portugués y madre mozambiqueña, se crió en el barrio lisboeta de Mouraira, cuna del fado, y allí nació su amor por él... eso sí, sin olvidar sus raíces africanas e interesarse por otros ritmos como el R&B y la música brasileña.
Con una puesta en escena sobria, en negro y sostenida por un conjunto de grandes músicos que la acompañaban con acordeón, guitarra acústica, guitarra portuguesa (el instrumento más bonito del mundo en sus propias palabras) y percusión, Mariza arrancó el concierto cantando A Capella, bajo un foco, enfundada en un destelleante vestido y sin micro, inundando el Teatro Cervantes de amor melancólico y fado con Locura, de su primer álbum Fado em mim, para seguir haciendo un recorrido por todas las canciones de su vida.
Con Sem ti, Quem me dira, Beijo de saudade y Oraçao fue regalándonos los oídos y las sensaciones a través de los 20 años que lleva subida a un escenario. Años en los que además de deleitarnos con canciones hechas para ella ha hecho grandes homenajes, como a Amália Rodrigues, y que la llevaron a ser conocida internacionalmente en este género convirtiéndose en lo que es...La Gran Dama del Fado. Impresiona como desde este género a la base triste y melancólico alguien puede demostrar fuerza y garra al estilo de una tonadillera...la posición de su cuerpo , sus manos y su gestualidad nos podrían transportar a una copla cantada por "la más grande", pero en portugués.
Mariza mezcla en sus temas desde el fado más tradicional hasta sus orígenes africanos como la morna cavoverdiana, prima del fado, o la bossanova y además se atreve tímidamente a incluir algún tema poético suyo, como cantautora, a lo que no se había atrevido hasta su último disco en el que comparte sus pensamientos y emociones con el público y que, en ocasiones y dependiendo de las circunstancias, le cuesta mucho esfuerzo cantar porque en ellos habla de sus cosas más íntimas, como en Oraçao dedicado a su madre. Recorriendo canciones como Trigueirinha o Rosa Branca jugó con el público y con un fado alegre, porque se puede cantar al amor con alegría, en su perfecto "portuñol" haciendo corear a todo el teatro en portugués y poniéndolo en pie. Un derroche de buen humor, un movimiento de pies digno de una sambera y una voz clara, limpia y potente hicieron las maravillas de un teatro lleno hasta la bandera y puesto en pie bien antes de los bises y durante.
Ya para retirarse, nos brindó el placer de cantar lo que nunca puede faltar en sus conciertos, o se lo dejan saber en Twitter, temas como Fado Primavera o Ó gente da minha terra.
Un gran placer escuchar a la Gran Dama del Fado.
Mariza, voz
José Manuel Neto, guitarra portuguesa
Pedro Joia, viola acústica
Yami, bajo acústico
João Frade, acordeón
Vicky Marques, batería
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