24/03/2015. Teatro Cervantes.
Texto: Cristina Gandarias | Fotos: Daniel Pérez / TC
Que Niña Pastori es un valor seguro está por descontado. Aforo lleno. Lleno de melenas largas, de corales, de transparencias, de perfumes caros y de vaqueros con plataformas; lleno de palmeos antes de abrir el escenario, de alegría y de "olés". María viene a presentar su nuevo trabajo Lo que quiere el alma y nosotros podemos dar fé de lo que pasó en el Teatro Cervantes el pasado martes 24 de marzo.
Se abre el telón y se respira semana santa. Nuestra Niña, de negro, acompañada por la guitarra de Diego Morao, íntima, serena y dominando el espacio desde su silla, silencia a la concurrencia a golpe de voz y guitarra. Tras la apertura sale el resto de los músicos, encargados de acompañar y elevar a la de San Fernando, a algo que puede ser lo más parecido a la gloria.
A partir de aquí la Niña Pastori con todos sus músicos nos va llevando de palo en palo a sentir como las olas del mar nos susurran con sus golpes flamencos mientras nos evocan a la semana santa. Amor, arte y flamenco es la atmosfera que nos va entrando en los pulmones de todos los que estamos esta noche allí. Cuando se respira así, cuando se disfruta esto, el coraje interno te sale en formas de "olés", "guapa eres" y "viva tu mare".
Otro receptor de piropos fue su inseparable compañero, El Chaboli, con quien no solo comparte libro de familia y escenario. Juntos protagonizaron momentos de complicidad y de confesiones de las que hicieron partícpe al público. Empezó el concierto con mucha solemnidad que poco a poco se fue desdibujando, y casi que se les sentía más entre las butacas que en el escenario.
Los momentos en que los smartphones (nuevos medidores de emociones en el público, viles sustitutos de los mecheros) tuvieron más intensidad, fueron cuando le dedicó a su niña Los Tangos de la Nana, y por su puesto, cuando interpretó Caí. Los vellos de punta, coincidiendo con los niveles de los improvisados reporteros.
Al finalizar, tenían preparada una sorpresa, compartieron escenario con Mara y José, participantes del programa Levántate en el que Niña Pastori actuaba como jurado. Tras haber compartido lo que quiere su alma, haber conversado con el público como si fueran sus primos, y haber intercambiado cachitos de corazón, la fiesta terminaba al más puro estilo flamenco, con un coro de bulerías a capela, sin micros, solo con arte, con mucho arte, el de todos los que estaban encima del escenario, con cantes, guitarras y patadas flamencas de las que quitan "Toíto er sentío"
Guitarra flamenca: Diego Morao y Jesús Guerrero
Percusión: Julio Jiménez ‘Chaboli’ y Ane Carrasco
Coros y palmas: Antonia Nogaredo y Sandra Zarzana
| Sin eventos |
