Jueves 01/04/2014. Sala La Cochera Cabaret
Texto y Fotos: José M. Cortés
En el cartel, del evento se podía leer Raimundo Amador y The Tiritos. Eso pudo hacer pensar a más de uno en un grupito amateur de amigos de Málaga con escaso nivel. Sin embargo el despliegue realizado sobre el escenario sorprendió a propios y extraños al ver un elenco de músicos y amigos canción tras canción.
Es curioso que tras ver al sevillano por quinta o sexta vez, este maestro no deje de sorprenderme sobre el escenario. Lo que a priori iba a ser otro concierto más en el que Raimundo tocaría sus grandes éxitos se convirtió poco a poco en una fiesta para celebrar la música; pero no sólo blues, sino mucho más.
De inicio salió The Tiritos, de la tierra, y cuyo nombre podría perfectamente hacer alusión a los tiros que llevan ya dados en los escenarios. Un buen conjunto de corte bluesero formado por un maestro de cermonias, cantante, guitarra y bajista Javier Martín, un teclista “loco” llamado Jesús Durán. ¿Que quiénes son estos tíos?, pues ni más ni menos que dos de los músicos de blues con más camino andado por estás tierras, partícipes entre otros de Tabletom, Danza Invisible, Lito Blues Band o Richard Ray Farrell and the Spanish Band, el primero es además presidente de la Sociedad Blues de Málaga y formó parte del equipo de Paco de Lucía y el segundo del equipo de producción de Raimundo Amador, amén de un pedazo de teclista Hammond.
Por si fuera poco la “banda de acompañamiento” se completaba con cantante, batería y otro 
guitarra, Lito Fernández, ahí es nada.
La cosa comenzó con blues de lo más purista, con versiones de BB King y otros clásicos del blues, ya saben, solos de cada uno de los instrumentos sin prisas de ningún tipo más que para entrar en el compás, virtuosismo y ritmo, mucho ritmo.
A partir de la mitad del concierto llegaron los esperados temas de Pata negra –pocos para el gusto del respetable- intercalados con otras versiones como la del clásico Little wing y con un espectacular duelo de guitarras entre Raimundo y Lito en la ya clásica Blues de los niños.
El concierto seguía por los fueros habituales de un concierto de Raimundo Amador. Sin embargo parece que los años han acercado al sevillano a un concepto de concierto más cercano al de Carlos Santana, haciendo inclusión de percusiones cubanas mezcladas con riffs de blues y otros ritmos flamencos como en la bailable Camarón en la que se acompañó en la voz por su sobrina.
Por último, la fusión cambió de tercio con un giro hacia el latin jazz con acompañamiento de teclados latinos y congas cubanas al tiempo que Jesús Durán tocaba el teclado a modo de bajo para dar profundidad a la guitarra. Diría que lo mejor del concierto, pero realmente, tengo claro que fue el conjunto: los músicos, el ambiente, la fusión de estilos y el lenguaje no verbal que se vio entre los artistas.
Lo mejor: Ver a Raimundo Amador entre amigos pasando un buen rato sobre el escenario.
Lo peor: Eché en falta en algunos momentos una guitarra española para el maestro Amador.
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