28/07/2019 (17h). Teatro Cervantes.
Texto: Miguel Ángel Barba / Cristina Gandarias | Fotos: Daniel Pérez / TC
Desde su estreno en el Winter Theatre de Broadway allá por 1957, y su salto al cine cuatro años más tarde, en una película que se hizo con diez Oscars y 3 Globos de Oro, West Side Story se ha convertido en uno de los musicales más importantes y más adaptados del mundo de la escenificación musical.
Partiendo de una idea original del coreógrafo Jerome Robbins, con la complicidad del por entonces joven compositor Leonard Bernstein (del que se han cumplido 100 años de su nacimiento), al que Arthur Laurents puso el guión, del que Stephen Sondheim extrajo las letras y contó con la escenografía de Oliver Smith, esta historia basada en el romance y la tragedia vivida por Romeo y Julieta en la versión original Shakesperiana, trasloca en el tiempo idénticos valores, situaciones, pasión, amor, dolor, muerte, pero dotados de la pátina que el paso de los siglos y su traslado de las calles de Verona a las de New York proporciona.
A La excelente y lamentable tragedia de Romeo y Julieta, con todos los referentes universales eternos, los autores aplicaron cánones de la época, envolviendola de comedia y poniendo sobre las tablas aspectos de la década de los 50 que, tras más de 60 años, desgraciadamente siguen estando de plena vigencia: el consumismo frente a la pobreza, el sueño americano y el ansia de libertad frente a la inmigración, el sometimiento, la marginalidad.
Som Produce es hasta ahora responsable de algunos musicales de gran factura en España como Billy Elliot, Sonrisas y Lágrimas o Priscilla, reina del desierto, y con esta última producción incluso eleva el listón por la complejidad y calidad del original, al que se mantiene fiel. Hasta ahora habíamos presenciado adaptaciones, algunas excesivamente minimalistas, otras más parecidas a una sucesión de números musicales casi sin continuidad, unas más arriesgadas otras más acomodadas, pero esta adaptación con tanto respeto por el espectáculo primigenio y tanto buen hacer, elegante y delicado, al tiempo que potente y vibrante, se agradece en una época de musicales de triunfitos.
Las partituras de Berstein exigen mucho de los artistas, tanto músicos como cantantes y en West Side Story apostó por la multiculturalidad musical, algo que la convirtió en una de las más innovadoras de la época por su energía, brillantez, carga emotiva y complejidad. Son necesarios 30 músicos para interpretar la partitura tal cual fue escrita por el compositor, por ello esta versión reducida de músicos se ve obligada a usar dos teclados. La calidad artística de esta puesta en escena la hace altamente recomendable y permite reconocer tantos detalles y tesituras de la partitura original. La dirección de Gaby Goldman da a la orquesta el brillo y la energía que requiere la música de Berstein al tiempo que consigue momentos delicados, dulces y de gran belleza sonora. Destacable el potente ritmo que la orquesta imprime a todo el espectáculo.
El montaje es muy dinámico, con un encadenamiento de coreografías que no deja indiferente a nadie por no desacelerar el ritmo en ningún momento o dejar expedito ningún rincón del escenario. Al desarrollarse los cambios escenográficos con suavidad y limpieza al tiempo que velocidad, mientras los movimientos escénicos engarzan notablemente las escenas, las 2h y 40 minutos pasan desapercibidas casi.
El nivel es muy alto, con acertadas elecciones para los papeles principales y los eternos secundarios referentes, si bien hay algunos momentos en que el ritmo sufre alguna inconstancia entre el cuerpo de baile, pero nada apreciable gracias a quedar diluidas entre la enérgica y constante actividad del resto. A destacar la preciosa y bien trabajada voz de Talía del Val, a quien ya tuve la suerte de disfrutar en su papel de Cosette en Los Miserables, que produce bellas mixturas con las de Javier Ariano (Tony) y Silvia Álvarez (Anita), quienes también brillan a un gran nivel.
Se aprecia una cierta controversia entre la crítica especializada por el hecho de haber devuelto a la coreografía de la escena América el planteamiento del libreto original, en el que solo cantan e interpretan las chicas, algo distinto a lo que se viene haciendo desde los cambios introducidos a raíz de la película, en el que el enfrentamiento canoro y coreográfico es entre chicos y chicas (muy al estilo Broadway). Bueno, cada versión tiene su atractivo y como sobre gustos no hay nada escrito, yo prefiero disfrutar de este original y si quiero ver la otra escena, pues la veo en la película.
El hecho de cantar en español permite que se pierdan algunos matices en canciones en las que la pronunciación determinada de palabras con mucha fuerza o un color diferente, se desvirtuan y se alejan del sentido o lo buscado en el original
Seamos pragmáticos y disfrutemos de todo lo disfrutable que este montaje lo tiene a raudales.
West Side Story es algo más que una gran producción. En su día, se me antoja muy valiente, transmitiendo, y de alguna manera denunciando, la desigualdad de las clases sociales, el odio hacia la inmigración, el machismo y la transexualidad, en definitiva la estupidez humana y su acomodación en una zona de confort donde se vive mejor como borrego que como ser libre.
El tema no es nada original, la historia de Romeo y Julieta, por ejemplo, se escribió mucho antes y refleja lo mismo, y hoy en día en cualquier telediario, podemos encontrar crónicas de situaciones reales, que son narradas en esta obra.
No puedo dejar pasar uno de los momentos que me resultaron más impactantes, cuando ocurre una violación en grupo a Anita, chica puertoriqueña que además acaba de perder a su novio, asesinado por la misma sinrazón por la que ella está siendo violada.
Libreto Arthur Laurents
Música Leonard Bernstein
Letras Stephen Sondheim
Coreografías Jerome Robbins
Adaptación y traducción Alejandro Serrano y David Serrano
Con Javier Ariano, Talía del Val, Silvia Álvarez, Víctor González, Oriol Anglada, Armando Pita, Enrique R. del Portal, Diego Molero, Carlos Seguí… (reparto sujeto a cambios)
Coreografía original Jerome Robbins
Dirección y adaptación de coreografía Federico Barrios
Orquesta en directo bajo la dirección musical de Gaby Goldman
Es una producción de SOM Produce y WSS 100 Aniversario 2017 AIE
2.40 h. (c/i)
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