¿Cuál es el secreto para que una artista esté cerca de 40 años sobre los escenarios?
“Hubo un año que vine hasta siete veces a Málaga a cantar” confiesa Paloma San Basilio, de rodillas ante su público malagueño, al que adora y que la apoya fiel y cálidamente en su despedida de los escenarios. El Cervantes recibe así a una de nuestras artistas más internacionales con un lleno absoluto.
Texto: Ignacio Castillo | Fotos: Daniel Pérz / TC
Teatro Cervantes. 09/10/2013.
Una hora antes del concierto de la artista Paloma San Basilio, “El Respetable”, incluyendo a sus incondicionales y admiradores más fieles, esperan en el hall del Teatro Cervantes deseosos de presenciar la despedida de los escenarios de una de nuestras más internacionales. Parece que el lleno es absoluto y bicheando con el móvil por la red, mientras espero, descubro que efectivamente no hay localidades desde antes de su llegada a esta bendita ciudad y que está pasando lo mismo por todas la ciudades a las que se acerca para decir su Hasta Siempre. Entonces se despierta en mí una curiosidad que me hace preguntarme cual será el 
secreto para que una artista esté en el candelero cerca de 40 años. La cifra, que provoca respeto, aviva más mi curiosidad y me siento frustrado por no poder preguntárselo a ella directamente. ¡Gajes del oficio! ¡No hay entrevista! Un compañero de Granada, que ahora se dedica al teatro, me dijo esta mañana que Paloma era completamente asequible y que en dos ocasiones le había concedido entrevistas sin tener que hacer largos trámites burocráticos. En fin, conmigo no ha funcionado eso. Intentaré que no me condicione para hacer una crítica lo más objetiva posible.
Entonces, agudizo el oído y escucho la conversación de un grupo de señoras, sin duda fans, y al igual que cuando a uno le dan una mala noticia le cuesta asimilarla al principio, ellas no dan por cierto el hecho de que la cantante se retire definitivamente de los escenarios. “Yo creo que es una estrategia comercial” dice una. A lo que otra responde: “Luego vuelve seguro. Ya lo verás. Dentro de un tiempo”. “Está estupendísima” comenta otra mirando el cartel del espectáculo. Y se miran las unas a las otras interrogándose secretamente no sé qué cuestión sobre el paso del tiempo y cómo lo llevan unas y otras. Y no sé qué pactos con no sé quién.
Una vez dentro, las butacas se empiezan a ocupar. Al rato del concierto me preguntaré porqué algunas personas pasan más rato de pie que sentados en ellas. Quizá esto empiece a contestar mi pregunta, la del inicio, la del secreto. La del candelero. Se levanta el telón, suena Sweet Charity de Bob Fosse y Paloma canta en lo alto de una escalera junto a una luna proyectada en una pantalla gigante. Primera demostración de un torrente de voz limpio que se nota cuida como un tesoro, además de una energía y vitalidad que me devuelven a esa pregunta secreta de las señoras antes mencionadas. Y me digo, esta mujer no se retira porque el tiempo le haya deteriorado su don. “Luego vuelve seguro. Ya lo verás. Dentro de un tiempo” “Está estupendísima”.
A la artista le gustan los musicales a rabiar y lo pone de manifiesto a lo largo de su show. Continua con City of Angels, más adelante Singing in the rain y otros tantos éxitos. Y avanzada la actuación recordará su primer gran éxito con Evita cantando No llores por mí Argentina, papel que consiguió al recibir una llamada de teléfono y que le abrió puertas internacionales, según relata ella misma. Después cantará sobre sueños imposibles con El hombre de la Mancha.
Pienso que “La San Basilio” siempre ha hecho buen uso del tema de los sueños, de los deseos que se anhelan y se consiguen, y que es prueba de ello, además de proyectar una imagen positiva de autorrealización. Buen ejemplo para los que creemos en los sueños imposibles. Está alejada de la artista que hace uso de la adicción colectiva al drama y la explota para vender y/o venderse. Se ve claramente que lo que ha conseguido se debe al esfuerzo, a la constancia, la disciplina, una confianza vehemente en su sueño de llegar a ser una estrella, a los cuidados y quizá a un ego bien entrenado que le han permitido no caer en el entontecimiento al que sería muy fácil llegar como consecuencia del éxito. Y mira que ha tenido y tiene ella éxito. Seríamos unos desconsiderados si no reconociéramos su importante contribución al musical en nuestro país con éstos trabajos mencionados además de sus interpretaciones en My Fair Lady junto a José Sacristán, que ya la acompañara en la versión musicada de Don quijote o en Victor o Victoria que en el pasado protagonizara para el cine y en Broadway otra grande: Julie Andrews.
El hilo conductor del espectáculo va sobre la vida de la artista desde sus inicios hasta la actualidad en clave de agradecimiento a su público, al que no duda en hacerle ciertas confesiones sobre la dificultad de mantenerse en el mundo artístico y lo hace con la excusa y ayuda de un periodista entrometido y con los cantantes de su coro. Muy bien preparados por cierto, vocal y corporalmente hablando. Sin olvidarnos de unos músicos excepcionales. Reconozco que me parece un poco previsible en su concepción y desarrollo narrativo, pero me río con algunas de las ocurrencias espontáneas o premeditadamente espontáneas de Paloma, y su voz, su talento, me mantienen casi que hipnotizado y atado a la butaca. Claro, que ¿cómo cuenta uno una vida profesional de cerca de 40 años, 32 discos en el mercado, un Grammy, Eurovisión, etc, etc y más etc.? Pues de la manera más sencilla. Como lo hace Paloma. Casi que da igual. El hilo conductor es un pretexto para disfrutarla.
En su Hasta Siempre hace homenajes con temas de y para América, continente que en palabras de la artista tantas cosas buenas le ha deparado, al compositor Juan Carlos Calderón, un repaso a sus grandes éxitos como Juntos, Luna de miel, “Beso a beso”... un público que le acompaña en sus canciones cantando y ¡hasta entonando bien!... así hasta dos horas y veinte minutos en los que “La San Basilio” sorprende y recibe un continuo y prolongado aplauso de recompensa de 40 años de buen servicio. Me sorprende poco, la verdad, que hable de la realidad social que vivimos, porque se ve una mujer comprometida, ya que no solo medio bromea con la archiconocida “Crisis”, para desdramatizarla, que la cosa está ya para bromear de verdad, sino porque habla de concienciación y solidaridad para con los demás y pone como ejemplo a los fallecidos en estos días en Lampedusa. Paloma manifiesta un amor incondicional por la vida a la que está tremendamente agradecida y se nota en sus canciones y su vitalidad. (Gracias a la vida, Largo camino, Vida).
Entonces termina el concierto y el público, en pie, (muchos de ellos desde el principio), que se han resistido a que se marche, después de que cante una canción escrita por su hija y la archiconocida por ti volaré, le pide un par de bises más y ella accede cubierta de aplausos y bravos con la condición de que la “queramos siempre”. Y entonces Paloma San Basilio vuela hacia nuevos paisajes. Salgo del teatro y pienso nuevamente ¿Cuál es el secreto para que una artista esté cerca de 40 años sobre los escenarios? Y me viene claramente una respuesta: Amor por lo que hace. ¡Que buen ejemplo Paloma! Gracias.
Voz: Paloma San Basilio
Saxo y dirección musical: Francisco Javier Pascual Gordillo
Piano: Pedro Arriero Palacios
Bajo: Carlos Sánchez de Medina Lopez Huertas
Guitarra: Gabriel Szternsztejn
Coros: Aaron Cobos Giner, Irene Olive Díaz y Miguel Ángel Cazorla Vázquez
Batería: Raúl Rodríguez Orejón
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