Jun 3 2017

Raphael Loco por Cantar en Málaga

Raphael, Auditorio Cortijo de Torres, Gira Loco por cantar, 02/06/2017 Auditorio Municipal Cortijo de Torres

Texto: Cristina Gandarias |Fotos: Elisabet González

Raphael loco por cantar y Málaga loca por escucharlo

¿Qué sabe nadie....lo que este setentañero desayuna? o ¿Cómo consigue mantener una energia de tal calibre durante dos horas y media que duró el concierto en el Auditorio Cortijo de Torres?

Raphael nos ofreció el viernes un gran espectáculo en el que, además de las canciones de su último disco, repasaba algunos de sus hitos históricos como Mi gran noche, Escándalo, ¿Qué sabe nadie?, Yo soy aquel o Cómo yo te amo.

El concierto empieza con una pequeña preocupación en el público. Parece algo más bajo de energía de lo habitual y se le adivina un resfriado. Pero ¿Eso que es para un chico de 74 años con ganas de comerse el mundo? Casi no puede hablar, así que lo evita, tan solo un par de frases para saludar a Málaga y el resto del tiempo canción tras canción, viniéndose arriba a cada estrofa que iba añadiendo a la noche.

El auditorio está lleno hasta la bandera. El concierto empieza con puntualidad dando un juego de luces y una música propia de un concierto de rock estelar. Sale él, Raphael, y el auditorio se pone en pie para recibirlo con aplausos. Abre con Los bailes infinitos y a partir de aquí va subiendo la escalera energética, canción tras canción. "Féliz de estar en Málaga" es de lo poco que podemos escuchar sin melodía.

En ocasiones parece que no va a llegar, pero se queda en eso, en apariencia, porque no se sabe si la técnica, el amor o como reza su gira está Loco por cantar, y a los locos no hay quien les pare, llega y nos hace llegar. Fiel a su estilo, fiel a sí mismo y fiel a su color negro. Raphael aplaude cada vez que sabe que no lo ha podido dar todo, de esta manera, agradece a su público los aplausos que le brindan.

Raphael, Auditorio Cortijo de Torres, Gira Loco por cantar, Los autónomos en este país, ya lo sabemos todos, no pueden ponerse enfermos, pero a partir de los sesenta y cinco deberías vivir de lo que has rentado toda tu vida. En cierta manera eso es lo que hace: Vivir de la renta. Ha cosechado tanto amor y tanto arte, que ahora está recolectando. Está disfrutando en el escenario y nos está haciendo disfrutar.

Raphael sigue siendo el Raphael de siempre y el público lo corrobora una y otra vez con sus aplausos, coreando las canciones y pidiéndole más y más. Es el mismo que sigue volviendo loco a todo el mundo cuando se echa la chaqueta a la espalda con una mano y camina con aires de "ahí os dejo eso" pero luego vuelve, una y otra vez, hasta que el auditorio se siente satisfecho, que no saciado, porque allí podríamos seguir hasta que el cuerpo aguante.

Raphael, creo que hablo en nombre de todos los que estuvimos contigo cuando digo que, Estar enamorado es disfrutar de tus conciertos.