Miércoles 15/07/2015. Palacio de los Deportes José Mª Martín Carpena
Texto: Elisabet González | Fotos: Live Nation
A la hora prometida y con puntualidad inglesa, las luces del Palacio de Deportes Martín Carpena se apagaron para que Sir Elton John apareciera en escena. Con la mejor de sus sonrisas y enfundado en un traje azul brillante a juego con sus eternas gafas, salió dispuesto a dar lo mejor de su repertorio a unos fans que enloquecieron nada más verle.
Con los primeros acordes de The bitch is back, los que estaban en primera fila no pudieron evitar levantarse. El caballero
inglés ofreció a sus seguidores un concierto memorable desde el primer segundo. Continuó con Bennie and the Jets y un derroche de energía que le acompañó durante todo el concierto.
Estuvo sonriente toda la noche, feliz y agradecido, disfrutando de lo que pudo ser una de las últimas noches de música en directo que va a ofrecer a su público español. Con el auditorio emocionado con Candle in the wind, aprovechó para expresar lo feliz que se encontraba de estar en España.
Fue un concierto épico, recordando sus mejores temas, como Levon que nos dejó uno de los mejores momentos de la noche, haciendo gala de su maestría al piano. Sonriendo, aunque parco en palabras, no paró de animar y jalear al público constantemente. Al terminar cada tema, se levantaba, se apoyaba en su fiel piano con un gesto característico y daba las gracias a la vez que pedía a los asistentes que gritaran más y más.
Los impresionantes solos de piano del caballero inglés, como el que nos ofreció en la introducción del Rocket Man, junto a su excelente y fiel banda, ofrecieron un concierto para no parar de cantar y bailar. Los temas más ‘cañeros’ de la banda se entremezclaron con canciones más intimas como The One, que dejaban al público en el más absoluto silencio.
El cantante se mostró ciertamente muy agradecido y no hacía más que expresar muestras de cariño a un público totalmente entregado. 47 años de carrera musical en los que el artista explicó haber recibido mucho de su público. Y por ello les dedicó una canción, Your Song, dijo. Con Don’t let the sun go down on me unos cuantos privilegiados se acercaron al escenario y algunos incluso pudieron tocar y saludar al cantante.
El concierto llegó a su fin, con toda la fuerza con la que empezó. Todavía quedaban temas como el I’m still standing y por enésima vez, pidió más y más a su público. Además de mantener su voz a un nivel impecable y sus manos con una agilidad exquisita, parecía que la energía tampoco se le acaba a este nuestro caballero inglés.
Sir Elton John regala un único bis en el que ya no hay quien pare con el tema Crocodile rock. Eso sí, antes, es capaz de entretenerse con sus seguidores saludando y firmando autógrafos. El nombre de caballero no lo tiene sin motivo. De principio a fin, fuera y dentro de los escenarios, Elton John es impecable y sin lugar a dudas, uno de los grandes. Tiene una voz que no ha perdido con los años, sino más bien todo lo contrario. Sigue entendiéndose a la perfección con su piano, sacando lo mejor de él y haciendo vibrar al público como siempre lo ha hecho. Lástima que el espectáculo duró dos horas justas, pero debe ser que lo bueno, si breve, dos veces bueno.
Elton John, voz y piano
Davey Johnstone, guitarra
Kim Bullard, teclados
Nigel Olsson, batería
John Mahon, percusión
Matt Bissonette, bajo