May 25 2014

Marlango va a palacio

Marlango en el II Festival de Cine Humano Viernes 23/05/2014. Palacio Episcopal. II Festival de Cine Humano de Málaga

Marlango, entre lo divino y lo profano

Texto y fotos: José M. Cortés

Marlango en el II Ciclo de Cine Humano

Marlango abría con un concierto acústico el II Ciclo de Cine Humano prganizado por la Diócesis de Málaga en el entorno del Palacio episcopal.

Hablar de divinidad en estos tiempos parece haber perdido el sentido cuando en la calle el laicismo práctico parece imperar sobre la espiritualidad y a penas unos pocos recuerdan el apodo de Greta Garbo. No se trata esta de una reflexión sobre la mejor opción filosófica, ni sobre cine… Más bien el objetivo sería describir con palabras las sensaciones que me transmitieron los tres músicos en este espacio tan singular como el Palacio Episcopal.

En un concierto básico (mal llamado acústico) con un ambiente y temperatura simplemente perfectos, Marlango aportó con su cadencia parsimoniosa y elegancia lo que hacía falta para llevarnos a un estado casi místico. La estupenda acústica del lugar -virgen a la música laica hasta ahora-, puso el colofón a una velada muy especial.

Para los profanos el líder absoluto y maestro de ceremonias del grupo es Alejandro Pelayo, que mueve los hilos claramente y que pone al servicio de sus canciones y Marlango en el II Ciclo de Cine Humano adaptaciones la aterciopelada voz de Leonor Watling y de la instrumentación que haga falta. En este caso guitarra y steel guitar para acompañar al piano a lo que no estamos muy acostumbrados. El pianista hace y deshace a su antojo y no lo hace mal.

Por su parte Leonor, esa gran musa moderna, icono Indie y mujer de los sueños de más de tres, genial en ese papel de diva sencilla que uno espera de ella. Belleza, elegancia, cadenciosa armonía en una voz, dulce a la vez grave, muy influenciada por el jazz y el blues.

Lo cierto es que la conjunción de sonido básico, melodías lentas, una puesta en escena sencilla y un marco fantástico dio como resultado un concierto que invitaba a la introspección y reflexión.

Un trabajo de presentación de temas de la banda y alguna versión se completó con un repertorio encajado y adaptado para la voz de Watling y el piano. La guitarra estuvo en todo tiempo al servicio del piano con una limitada participación en el contexto general.

En cuanto al piano, omnipresente en todo el recital, arropó con corrección a la voz al tiempo que marcó la pauta sonora de todo el concierto, sin embargo podría pedírsele un poco más de brío ya que se vieron ciertas limitaciones del grupo en cuanto a ritmos. Parece que Marlango es sinónimo de tono bajo y ritmo lento.

Marlango en el II Ciclo de Cine Humano En general, un sonido impecable, envolvente y atmosférico. Por poner una pega apostaría por unos ritmos más variados; serían un revulsivo para darle más vidilla al grupo. De todas formas fue un concierto de esos que un aficionado a la música en directo no se debe perder.