03/05/2016. Teatro Cervantes
Texto y fotos: José M. Cortés
Babilonia Tour llegó a Málaga el pasado 3 de mayo y lo hizo para condensar una carrera en casi dos horas y media.Que Carlos Goñi dice lo que piensa no es ninguna novedad, que sea un devoto de los “acústicos” tampoco. Lo que no es tan tradicional es que suba al escenario solo y sin tapujos. Aunque no sea la primera vez que sea en solitario la forma de “jugarse los cuartos”, ya que así se le pudo ver en la gira A solas hace unos años.
El directo de Revólver está diseñado para teatros y salas pequeñas, mostrándose desnudo de acompañamiento, de percusiones y otros instrumentos.
En su caso armado solo con la voz, una jumbo, una western, una magnífica doce cuerdas y una armónica… ¡casi nada!.
Si bien es cierto que la apuesta del madrileño adolece de cierta planicie sonora, su estilo recuerda al Dylan más clásico e incluso al Springsteen más básico con unas muy cuidadas letras. Revólver se encontró comodísimo en el teatro malagueño, sobre todo viendo como el músico hacía protagonizar al público algunas estrofas de más de una y de dos canciones. Voces predominantemente femeninas que entonaron a la perfección las rimas de los clásicos del cantautor.
Como adelantaba anteriormente Goñi ofreció un concierto largo, de casi dos horas y media en las que el sonido fue muy bueno por momentos, aunque con alguna pega de ecualización -que incluso hizo parar la interpretación de Odio- y resintió la factura de algún que otro tema. Además el técnico de sonido debió tener en cuenta el volumen de la guitarra en las partes que Carlos Goñi dejaba cantar solo al público, porque la guitarra tapaba las voces casi por completo, empañando esos momentos tan emotivos. Sin embargo, hay que reconocer el buen hacer de este músico y su equipo que dan un espectáculo íntimo y de calidad.
Reseñar que El roce de tu piel, El faro de Lisboa y El dorado, fueron las canciones con mayor éxito en un recital bien cargado de joyas. Un músico respetable y fiel a sí mismo que comparte su intimidad con sus adeptos, cosa para que hay que tener cierta dosis de valentía.