Oct 6 2019

Sex museum en La Cochera Cabaret por José M. Cortés

04/10/2019. La Cochera Cabaret.

Texto: Javier Titos García | Fotos: José M. Cortés

Falta poco para las diez de la noche, José Manuel, el fotógrafo, y yo, damos vueltas en el coche alrededor de la sala a la caza de aparcamiento.

Ten shots and ko en La Cochera Cabaret

Cada vez que pasamos por delante de la puerta de La Cochera Cabaret nos da la sensación de que hay más ambiente del que habíamos percibido a primera vista y nos arrepentimos de no haber venido en moto. Por suerte, José M. avista un hueco oculto en una calle cercana; misión cumplida.

Nos acreditamos al fondo del recibidor y nos enteramos de que hay teloneros. Las cajas acústicas ya atruenan al otro lado de la pared que separa el espacio en el que nos encontramos de la sala propiamente dicha, y nos sorprende que el personal ignore el inicio del bombardeo de decibelios y continúe de charla en la barra exterior.

Accedemos al recinto y nos recibe la atronadora descarga de metralla hard rock de la banda malagueña, para ser más concretos de Torremolinos, Ten Shots And K.O.

Sex museum en La Cochera Cabaret por José M. CortésEn el escenario Santi Toré y Sergio Naranjo, ex integrantes de Stilldawn, repartiendo estopa sonora de alto octanaje con influencia stoner y grunge, una batería y un bajo con muchos efectos, mala leche, y una voz con un registro potente tras los tambores y los platos. Dos tipos, nada más; temas concisos, retorcidos, densos, pegadizos, de los que hacen que te den ganas de liarla; y sin embargo miramos a nuestro alrededor y no hay más de treinta personas, el resto están fuera. Conforme avanza la actuación de los teloneros, casi al final, la sala comienza a llenarse y a los que van entrando les va peinando el tupé la detonación sonora de los de Torremolinos y se les queda cara de: «¿Por qué no habré entrado antes?». Tras media hora de furia a duo, Santi y Sergio abandonan el escenario agradeciendo los aplausos de un público que se prepara para el plato fuerte de la noche.

Cuando los Sex Museum suben a las tablas de la Cochera Cabaret comienza a calentarse el ambiente y aún no se han colgado los instrumentos. Hay tres cuartos de entrada, nada mal; La Cochera es una sala agradecida, con un sonido decente, un personal amable y una parroquia fiel. Hay pocos por debajo de los cuarenta, una pena, porque los de Malasaña deberían ser de escucha obligada para cualquier crío que esté empezando en esto del rock. Tras una intro donde se desata la distorsión y la psicodelia aparece el vocalista, Miguel Pardo, genio y figura hasta la sepultura, y comienza el desmadre de guitarreo y ritmo frenético. Sex Museum es una de esas bandas que nunca fallan, siempre dan lo queSex museum en La Cochera cabaret por José M. Cortés prometen, son perros viejos, llevan mucho en esto, sobre todo los que empezaron con el grupo allá por 1985, cuando orbitaban un sonido mod, antes de posicionarse en una vertiente hispana del hard rock anglosajón, el garaje y la psicodelia más desquiciada. Loza, batería, y Javi Vacas, bajista, constituyen una de las bases rítmicas más potentes y depuradas de la música patria; Fernando Pardo es un guitarrista solvente y un showman divertido, y Marta Ruiz una suerte de valkiria hiper estilizada que cabalga los teclados con pasión y desenfreno.

El sonido, al principio, lo típico: adecuándose poco a poco a lo que se espera de unas leyendas que llevan treinta y cuatro años repartiendo cera. Van pasando las canciones y la voz cada vez está más en su sitio, el resto de la formación suena de lujo, la sala es pequeñita, perfecta para gozarlos de cerca. Los temazos se suceden, hacen que parezca fácil tocar cómo lo hacen, desempolvan clásicos y resuelven algunos de sus temas más recientes sin pausa, sin trampa ni cartón. Se permiten el lujazo de regalarnos una versión brutal en la que mezclan Fight for your right de Beastie boys con Smoke on the water de Deep Purple y la parroquia enloquece. También homenajean a Parálisis Permanente con su clásico de los 80: Unidos. Todo se desarrolla según lo planeado por una Sex museum en La Cochera cabaret por José M. Cortésbanda que viene de vuelta de todo, que lo mismo toca en salas pequeñas que triunfa en el Mad Cool, el secreto es hacer las cosas sin trampa ni cartón, con honestidad rockera brutal, y los de Malasaña nunca fallan en eso. Fernando Pardo intercala bromas entre tema y tema, en un momento, casi antes de los bises, comienza a lanzar bombas incendiarias contra el técnico de luces diciéndole que la gente ha pagado por un concierto de rock y no para verles tocar debajo de las luces de un gallinero. El técnico se da por aludido y la cosa cambia.

Después de hora y media se retiran del escenario para hacerse querer y vuelven a los pocos minutos para incendiar de nuevo la sala y para regalarnos una gloriosa versión de Have love will travel de los Sonics. Fin de fiesta, generosos con sus fieles bajan a interactuar con su público, cercanos, solícitos, agradecidos. Copas, brindis, fotos, firmas de vinilos y camisetas, buen concierto, a mí nunca me han fallado, siempre me han dado lo que prometen. Larga vida al Rock´n Roll.


Sex museum

Marta Ruiz Perdiguero
Fernando Pardo
Miguel Pardo
Javier Vacas
Roberto Lozano

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