Mar 20 2012

Sala Eventual, Málaga. Viernes 16/03/2012

Soziedad Alkoholika en Sala EventualLos vascos presentaron su nuevo álbum Cadenas de Odio, sin olvidar sus grandes éxitos del pasado. Un concierto corto, intenso y enérgico

Texto: Angel Antich | Fotos: Bea García

En la puerta de la Sala Eventual Music, mucha gente, de clara preferencia por la camiseta negra; amontonados a la espera de un concierto que había creado muchas expectativas.

Pasadas las diez y media de la noche, la joven banda local V3ectors, empiezan a lanzar acordes metaleros a un público sediento de distorsión y cortes progresivos.

El grupo suena muy compacto, pese a algunos problemas con el sonido, que los músicos sortean con un desparpajo muy digno. Lo que es casual, tres de sus componentes vienen de estar cerca de diez años tocando sin parar con los extintos NoDefine. Destacar, la potencia de la voz del cantante, que ya en su anterior banda marcaba la diferencia.

Soziedad Alkoholika en Sala EventualDesde que los teloneros apagaran los amplificadores han pasado unos veinte minutos: los chicos de Soziedad Alkoholika saltan al escenario provocando una ovación ensordecedora.

Los de Vitoria comenzaron con Barrio oscuro, primer tema de su último álbum "Cadenas de Odio" (Noise Rec. 2011), tema que enlazan con Cadenas, nuevo también.

Tras un comienzo demoledor, pero algo frío, por la novedad de los temas; Polvo en los ojos anima al sector de público más amante de los viejos S.A., aunque tal lp, bien conocido por todos, es el que supuso una quiebra con el trash, hardcore y punk, para abrir una ramificación algo más new metal de la banda.

Con un público algo más animado, Política del miedo, tema que en su anterior álbum, "Mala Sangre", comparten con los maños Doble V, exponentes indiscutibles del hip hop en esas tierras, empieza a remover a los mas deseosos de fiesta hardcore.

Juan grita “¡No habrá paz!”, es aquí cuando siento que comienza el concierto de Soziedad Alkoholica. Desde que por primera vez tuviese la oportunidad de ver al grupo en directo, hará unos diez años, -y ya van unas seis o siete- siempre empezaron con Palomas y buitres; que habla, sin pelos en la lengua, sobre el problema vasco.

A partir de este momento el concierto da un vuelco. El público al completo se entrega al baile, al grito y al éxtasis de un buen concierto de metal. La gente no para de saltar y corear cada una de las frases que Juan grita. Y la banda lo siente, al completo. Se siente que tras los tambores y los platos, está Roberto imprimiendo más energía si cabe. Y Soziedad Alkoholika en Sala EventualJimmy, a la guitarra, no para de cabecear y de moverse en el reducido espacio que le queda en el escenario, de dimensiones modestas y repleto de amplificadores cual muro de altavoces.

Con una sala a punto de ebullición, y tras alguna que otra canción más del último álbum, llega el momento de dejar claro dónde estábamos. Soziedad Alkoholika encadenaron una serie de himnos generacionales donde no dejaron títere con cabeza. Tocando temáticas como energía nuclear, represión política, alienación televisiva, y demás quehaceres de los que en sus líricas se compromete. El público no ceja en el intento de gritar más fuerte de lo que les permiten sus gargantas al ritmo de Ratas, La Aventura del saber, Piedra contra tijera, Peces mutantes, No kiero participar y el tema en euskera, Pauso bat (un paso).

Tras tal torrente de energía, donde no dieron respiro entre tema y tema, con una manera muy seria de acabar los temas al unísono, acompañados por un juego de luces muy adecuado, se volvió a respirar un poco, aunque no mucho, con Gora goaz, corte del último disco, cantado en euskera, que permitió al público relajar las gargantas, pues sin apenas descanso empezaron a sonar los acordes del que es uno de los temas más aplaudidos por los seguidores de la banda; Cuando nada vale nada. Una de las letras más profundas de Juan, acompañada por un bloque sonoro contundente donde cada golpe de bombo (que no son pocos) acompaña a cada rasgueo de guitarra para conseguir un pulidísimo resultado. Un sublime ejercicio de síncopas con el doble bombo que Roberto hace parecer sencillo, e incluso, invisible, como Soziedad Alkoholika en Sala Eventualparte de un todo.

El grupo se despide tras una hora y diez minutos de espectáculo, abandonando el escenario de manera brusca. Y no cunde el pánico. Los seguidors de S.A. saben que jamás se despiden sin tocar Nos vimos en Berlín, así que no pasa nada; los artistas deben tomar aire.

Ni cinco minutos se toman los del norte para volver con la traca final al escenario. Empiezan con S.H.A.K.T.A.L.E. (Siempre hay alguien que te amarga la existencia), tema con el que abrían su primer álbum, allá por el año noventa, Intoxikazion etílika. Ironías de la vida, en ese momento, una asistente al concierto, pretendía abrirme la mochila buscando su cámara de fotos perdida, con maneras muy poco educadas.

Continúa con Cienzia Asesina y un misil sonoro compuesto por Motxalo! (tema contra la tortura animal) y Nos vimos en Berlín (ahora sí), donde se solidarizan, con la causa palestina. No sin antes, previo a los últimos redobles y guitarreos del último tema, cantar un simpático “Vivo cantando... eh! Vivo soñando... eh!" Nunca pensé yo que me alegraría tanto, de que te fueras ¡Y no verte más!”

En resumen, un concierto algo corto, pero muy intenso, muy bien interpretado, pues los chicos llevan más de 20 años en la carretera, y con una energía, que pocas bandas mantienen pese a las dificultades por las que pasa S.A.


Voz: Juan

Guitarra: Jimmy

Guitarra: Íñigo

Bajo: Pirulo

Batería: Roberto

*Los nombres de las canciones están escritos como en los discos originales; con faltas de ortografía.

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