Nov 11 2017

Chiquito de la Calzada, Gregorio Esteban Sánchez Fernández,Texto: Rosa Parra Moreno | Fotos: Gracias a Ruben Oloriz Natoli por la foto de portada. Web

Ha muerto Chiquito, Gregorio Esteban Sánchez Fernández, nuestro Conde Morr Malagueño, dejando en la Calzá la sombra de su figura en la huella de sus pasos.

Chiquito de la Calzada, Gregorio Esteban Sánchez Fernández,La Manquita ha amanecido triste porque su Chiquito de la Calzada, le ha dicho: hasta luego Lucas, esta madrugá, y al grito de: ¡¡¡al atarquerr!!! ha partido en busca de su Pepita.

El Conde Morr de Málaga se ha marchado, dejándola sin la sonrisa que su vida le regalaba desde hacía tantos años y sobre todo sin heredero de su condado, o conderío, como quizás diría Chiquito, en ese idioma nacional del humor que nos ha impuesto a todos los españoles sin distinción de origen, ni autonomía. Su humor, blanco, ingenuo, caricaturesco, sin retranca, sin ironía, pero a la vez lleno de una inteligencia popular sublime que lo categorizaba dentro del surrealismo más vanguardista, sin él percibirlo siquiera, hacía que España fuera única y unida dentro y fuera de nuestras fronteras.

Un humor que al principio yo no supe entender, me parecía ridículo y sin sentido, incluso me encorajaba que mis padres y mis hermanos se rieran tanto con él. Pero a fuerza de que la familia reprodujera sus videos en casi todos los momentos de ocio familiar, me hizo entenderlo de una forma intelectual primero, humorística después, y finalmente humana.

Chiquito en el humor tiene un perfil único, que aunque múltiples veces imitado, por el ciudadano común y por los más grandes cómicos, nunca se ha logrado igualar con su magia y su esencia; quedándose cada una de estas imitaciones en una vil copia de su movimiento orgánico-natural o  de su inventado vocabulario delirante. A veces, si el cómico de turno atinaba más,  de ambos.  Difícil se tiene cuando algo es genuino, intuitivo, vívido y creativo,  no digamos siquiera mejorarlo, sino incluso copiarlo.

Chiquito de la Calzada, Gregorio Esteban Sánchez Fernández,Chiquito no sabía nada de Pantalone, Arlequino, o Baglietto, de la Comedia del Arte, porque él se dedicó a cantar y a buscarse la vida desde pequeñito, y cuando se tiene hambre no se buscan libros para reírse, si no pan para llevarse a la boca. Quizás se emocionó alguna vez con Charlot, y sobre todo se rió con Cantinflas algún día de cine con su Pepita. Pero estoy segura que nunca osó pensar siquiera en los hilos que le unían a estas grandes figuras del humor internacional, aunque tenía en común con ellas el ser un genio con un personaje creado por él mismo, nacido de sus entrañas, que se enraíza con el sentir del pueblo, interpretado con un estilo personal y tan característico que era verlo una vez y no se te olvidaba nunca, tanto  para hacerte reír a carcajadas como para dejarte pasmado, con la boca abierta. No dejaba indiferente.

El arte, que tantas vertientes y tantos representantes tiene en  Málaga, se encarnó en él para dar un hijo malagueño más  al mundo del espectáculo.

Su humanidad no le permitió creérselo, tampoco la edad a la que triunfó, a los 62 años, en el programa de Tomás SummerGenio y figura”, premonición de lo que sería su carrera artística después y su vida personal siempre. Harto de dar muchas vueltas para buscarse las habichuelas, logró por fin el reconocimiento público, controvertido al principio y unánime al final.

El Café de Chinitas, no lo verá entrar otra vez por sus puertas, en sus visitas cotidianas, pero le ha dejado un rinconcito de recuerdo  en su local, haciendo un altarcito de la mesa que él habitualmente ocupaba.

En televisión no paran de recordarle y de halagarle, pero Chiquito se fue como Gregorio Esteban Sánchez Fernández, con discreción, humildad, y simpatía, sin estridencias ni exclusivas. En paz con el mundo, superado su disgusto con los  imitadores que tanto le salían, y que finalmente entendió que solo contribuían a ensalzar su figura y en hacerle más único. Sin malestar porque nunca le concedieran la medalla del trabajo, él que se ganó la vida desde los seis años. Sin ofensas porque no se decidieran a darle la medalla de Andalucía. Con la satisfacción de ser hijo predilecto de su Málaga natal, de llevarse de calle y por las calles el cariño y la admiración de la gente anónima,  de ser respetado y abordado a partes iguales por los paseantes.

Chiquito de la Calzada, Gregorio Esteban Sánchez Fernández,Como Chiquito de la Calzada fue emblemático, querido, admirado e irrepetible. Un hombre entrañable, generoso y empático que sustentaba al gran  humorista que era. Porque no hay grande, ni destacado en cualquier área que no sea genuinamente bueno como él, en caso contrario, nunca se es tan grande. Y se marchó  dejando un legado artístico  incomparable, sin que ningún cómico pueda por ahora continuarlo.

Málaga te llora y ya te echa de menos. Y los malagueños te rinden su homenaje en la Diputación Provincial donde se ha instalado la capilla ardiente. No te olvidaremos. Cuando alguien nos hace feliz, y nos ameniza la vida con su ángel, se queda instalado en un trocito de nuestro corazón, como en el rincocito del Chinitas.

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