Abr 14 2016

OFMOpinión. Apreciaciones sobre el anunciado acuerdo entre el Teatro Cervantes y la Orquesta Filarmónica de Málaga.

Texto: Alfonso UH de Mendoza | Foto: Teatro Cervantes/OFM


En un día triste, marcado por la inesperada marcha del apreciado y gran maestro José Ballester Julia, DEP,  se anuncia un nuevo acuerdo entre el Teatro Cervantes y la Orquesta Filarmónica de Málaga -OFM- que guiará el futuro -especialmente- de la orquesta, más sensible frente a los vaivenes políticos y económicos.

Tras las reiteradas demandas de la gerencia y dirección de la Orquesta Filarmónica de Málaga, se ha conseguido que participe en la taquilla del teatro, en concreto, recibirá un 20% de los ingresos netos de los conciertos de temporada; lo que  podrá suponer de veinte a cincuenta mil euros para la filarmónica, alrededor del 1% del presupuesto anual. Desde fuera, económicamente, se ve como un pequeño trasvase de subvenciones, un apunte contable sin incremento neto de ingresos ya que ambas instituciones locales son públicas, si bien este porcentaje de taquilla tendrá el efecto positivo sobre la OFM -además del ligero incremento de su tesorería- de incentivar a la gerencia/dirección a llenar sus conciertos, algo necesario, o bien de poner de manifiesto su gestión.

Otros aspectos positivos para ambos son el reconocimiento por parte del Cervantes de que la OFM es la residente de su propia temporada sinfónica y también la titular de la  lírica (nada realmente nuevo, ya que lo era de facto), creándose además un nuevo ciclo lírico para jóvenes dirigido por el Director de la Filarmónica, lo que vuelve a sonar, ojalá me equivoque, a cachés inexistentes para los jóvenes músicos, cómo  ya ocurre en el Concurso de Jóvenes Talentos o los conciertos en el Hotel AC Málaga Palacios recientemente promovidos desde la orquesta. En cualquier caso, este ciclo se ve en el aire:  “se llevará a cabo siempre que exista consenso en relación a su organización y contenido y exista disponibilidad presupuestaria al efecto”.

Lo más favorable para el Teatro Cervantes será el cambio en los días de los conciertos de la OFM, pasando de viernes y sábado a jueves y viernes, dejando libre el mejor día de la semana -sábado- para que la sala programe otros espectáculos, seguramente más ligeros, por lo que, con este acuerdo, la dirección de la Orquesta Filarmónica de Málaga parece confiar en la fidelidad de su público y abonados -que se verán desplazados a entresemana- y en su capacidad de su gestión para captar nuevos públicos, entre los que -recordemos- el ocio cultural se suele centrar en los fines de semana, ahora perdidos para la orquesta. Misión difícil.

Lo que sí se aprecia es un nuevo ambiente de confianza y colaboración entre las direcciones de ambas instituciones, que esperamos que se traslade en beneficios tangibles para el proyecto de ciudad.

Pinchar  aquí para leer la información de la nota de prensa del acuerdo.

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