Nov 30 2019

El Irlandés, Martin Scorsese, Robert De Niro, Joe Pesci, Al Pacino,Texto: Javier titos García | Imágenes: promocionales web

El maestro del séptimo arte nacido en el barrio neoyorquino de Queens nos regala, a sus 77 años recién cumplidos, una cinta que está destinada a convertirse en clásico contemporáneo y a engrandecer, todavía más si cabe, la leyenda de uno de los cineastas más influyentes que ha dado la cinematografía norteamericana.

Todo cinéfilo que se precie se frotó las manos cuando hace unos años saltó la noticia: Scorsese estaba preparando una cinta en la que reuniría a dos de sus actores fetiche, Robert De Niro y Joe Pesci, con Al Pacino, acompañados de secundarios de lujo como Stephen Graham, Harvey Keitel o Bobby Cannavale. Había entusiasmo y expectativas elevadas por ver lo que el veterano director nos tenía preparado, y la espera ha valido la pena, más si cabe al haberse estrenado en una selección de cines de todo el mundo antes de saltar a la parrilla de Netflix. Porque una película de talla titánica debe disfrutarse, aunque sea solo la primera vez que se visiona, en una pantalla de cine, en una sala como mandan los cánones. A los que no hayan tenido la suerte de que en su ciudad se haya proyectado les dedico mis más sentidas condolencias. En Málaga, por suerte, el Cine Albéniz nos regala este tipo de privilegios a los cinéfilos y siempre es de agradecer poder disfrutar en su sala principal de estos eventos.

El Irlandés, Martin Scorsese, Robert De Niro, Joe Pesci, Al Pacino,Desde el minuto uno Scorsese ejerce un magisterio que domina a la perfección, poniendo en pantalla la historia de Frank Sheeran, veterano de la Segunda Guerra Mundial, camionero, estafador y posteriormente sicario al servicio de algunas de las figuras más destacadas de los intestinos de la historia no oficial del hampa del siglo XX. A modo de crónica, y esto se le da especialmente bien a un director que no es famoso por sus documentales a pesar de que son obras maestras, relata uno de los grandes enigmas sin resolver del país: la desaparición del todopoderoso jefe del sindicato de camioneros estadounidense: Jimmy Hoffa. No sobra ni un solo minuto de las tres horas y media de metraje en un viaje por las cloacas del crimen organizado en el que saca a la luz sus mecanismos internos, las rivalidades y conexiones con la política, en una clase de historia norteamericana contemporánea fruto de la adaptación del libro "I Heard You Paint Houses", de Charles Brandt. Steven Zaillian (“La lista de Schindler”, “American Gangster”), ha sido el encargado de darle forma a la descomunal última película de Scorsese con un guion perfecto que te atrapa de inicio a fin.

No es la película de Gánsteres que la mayoría esperaba, y quizá por eso haya resultado sorprendentemente atractiva, incluso para los que nunca nos hemos sentido defraudados por el director norteamericano y esperábamos más de lo mismo. No hay personajes arrebatadores, glamurosos, con perfil de malhechor de sucio y violento romanticismo, tan solo una caterva de hijos de puta con los que uno, a pesar de todo, empatiza, y ahí está la grandeza de Scorsese y del guion de Zaillian, en haber huido de la exaltación del personaje del mafioso de anteriores películas suyas para investigar en otras simas psicológicas de unos protagonistas de una cinta que a la postre resulta crepuscular, como epitafio a una saga sin interconexión pero relacionada, sobre todo en la forma, con las vacas sagradas de su cinematografía dedicada al género. Porque en “El Irlandés” se dan la mano el cine clásico y el posmoderno, en una mirada a la mafia que nada tiene que ver con sus anteriores trabajos. Por eso es su película más equilibrada, calculada y profunda; como su personaje principal: frío, cruel y despiadado. Hay una sutileza estudiada al milímetro incluso en su violencia desmesurada, una elegancia de patada en los dientes coreografiada, magistral, desasosegante en algunos momentos, marca de la casa que nunca falla pero que en El Irlandés alcanza cotas de obra maestra total, magna, de un realismo tremendamente doloroso.

El Irlandés, Martin Scorsese, Robert De Niro, Joe Pesci, Al Pacino,

Los actores

De Niro, un actor venido a menos en los últimos años, realiza un ejercicio de interpretación sobresaliente, sosegado, dejándose dirigir, atando en corto su tendencia a auto-parodiarse, y eso es algo que hay que agradecerle tanto a él como a Scorsese. Pacino comienza la película pelín sobreactuado, pero con el paso del tiempo se encuentra cómodo en su papel y nos regala un trabajo solvente y en ocasiones magistral, aportando humanidad a un personaje como Hoffa. Pero es Joe Pesci el auténtico monstruo interpretativo de la película. Con una actuación soberbia, sin elevar la voz, con una contención gestual asombrosa, absoluta, que aterroriza, dejando para la posteridad uno de los mejores papeles de alguien que es leyenda viva y que permanece en la memoria cinéfila de muchos aficionados, sobre todo de la vieja escuela.

En el apartado técnico

Destacar la figura del cinefotógrafo mexicano Rodrigo Prieto, que ya fuera director de fotografía de Scorsese en El lobo de Wall Street y en Silencio. El tándem funciona a las mil maravillas, la cámara hace lo que Scorsese quiere, maneja con estilo y virtuosismo las transiciones, los primeros planos, algunas escenas casi documentales que se desarrollan en una hipnótica cámara lenta. El tratamiento de lo que sucede fuera de plano es sensacional, y cuando hay que poner la lupa en lo que acontece en cuadro el resultado es apabullante por el preciosismo y el saber hacer de un fotógrafo que se desenvuelve con soltura y genio en todo tipo de escenas. Esto, unido a la música de Robbie Robertson y al guion de Zaillian, dota de un ritmo perfecto a la película, algo que se agradece en una producción tan larga. Y obviamente todo enmarcado por un diseño de producción colosal al alcance de pocas cintas. La recreación histórica es perfecta, cuidada al detalle de forma puntillosa y maniática; no se esperaba menos.

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Si algo hay que decir negativo sobre la película, tiene que ver con el tratamiento digital empleado para rejuvenecer a los actores. No me entiendan mal, es perfecto, no se nota artificiosidad, pero es que ya conocemos la cara de los actores con cuarenta años y la verdad es que al principio te saca de juego, pero por suerte en pocos minutos te rindes y lo aceptas, hasta que llega un momento en que más que darte igual, acabas olvidándote del asunto, porque estás viendo una obra maestra, disfrutando del genio hecho imágenes en movimiento, obra de uno de los pocos directores vivos de su generación que sigue manteniendo sus trabajos a la altura de su leyenda, y eso es realmente complicado.

No voy a destriparles nada, pero el final de la película, el retrato admirable del ocaso y la ruina física y mental de la vejez, está destinado a convertirse en uno de los mejores desenlaces de la historia del cine. Scorsese es un genio y poco más hay que decir. Disfrútenla.

El Irlandés, Martin Scorsese, Robert De Niro, Joe Pesci, Al Pacino,

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