Oficiar de pintor en esta época, desde la perspectiva de José Manuel Cabra de Luna, implica un conocimiento enciclopédico de la pintura. Un pintor con criterio reflexivo, de los que tienes la sensación de que tras escucharlo, vas a aprender mucho de arte.
Texto: José Manuel López Gaona. Imágenes: José Antonio Martín Santos
Ha sido comisario de exposiciones de Eugenio Chicano y Enrique Brikmann, está muy comprometido con el arte y los artistas consagrados de esta ciudad.
Decimos oficia, porque su profesión es otra, pero su oficio es el de pintor. Y lo conoce en profundidad. Su técnica es muy precisa, del que estudia, planifica y, como resultado, obtiene una obra de arte. No es el pintor genial del brochazo que con dos mandobles al lienzo consigue transmitir el espíritu de un animal totémico o un sentimiento, ya sea amargo o dulce.
Es tan orfebre de la pintura que tras el tratamiento con lápices de colores al papel –que conoce como experto oficial- es capaz de dejar a la vista su estructura interna, el nervio del papel sus “membranas”, para revelarnos colores y formas que casi salen del papel, estaban ya allí.
Un caballo en un lienzo son sombras, colores y líneas, con la lógica que se precisa para representar eso: un caballo. Pero José Manuel Cabra de Luna no representa cosas concretas. La lógica con la que dispone color, líneas, formas, responde a su propia sensibilidad, no hay ningún a priori.
Y hace cuadros por el prurito de artista, para agradar al que lo vea, incluso, -oficio de pintor- para decorar una casa. De hacerla mas agradable, de hacerles sentir envuelto por el arte, a los que viven en ella. Es algo distinto a atesorar frigoríficos y después congeladores, de cambiar de coche cada 2 años. Es oficio del que quiere que la gente viva rodeada de cosas bellas; en el sentido artístico del término. Y ese es el oficio de Cabra de Luna, hacer cosas bellas, para hacernos más agradable la existencia.
Otra cosa es su expresión, su sensibilidad, las horas pasadas en la soledad del estudio, expresándose a través de sus trabajos. Por cierto, que el comisario de la exposición, José María Luna, ha querido mostrarnos ese estudio con una foto de gran tamaño y algunos objetos que vemos expuestos en la sala y reconocemos en la foto. Creo que trasluce una pasión por su pintura.
Pero el resultado es lo que cuenta, y sus cuadros son obras para que vivamos reconciliados con nosotros mismos.
Hasta el 13 de octubre
Localización: Subida a la Coracha, 3
Horario invierno: de 10.00 h. - 14.00 h y de 17.00 h. - 20.00 h.
Horario verano: de 10.00 h. - 14.00 h y de 18.00 h. - 21.00 h.
Cerrado: todos los lunes
Acceso: gratuito
Información: Tel. 951.928.724
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