Texto: Fernando de la Rosa. Imágenes: José Antonio Martín Santos
El pasado viernes, 6 de febrero, en la Sala Ibn al Jatib, se inauguró la exposición con la que Óscar Pérez ha querido ampliar el eco de su Proyecto FRONTERA NATURAL, que hoy nos presenta en la Sala Robert Harvey.
Dos exposiciones simultáneas dicen mucho de la apuesta y el esfuerzo de este compañero, profesor de dibujo, por hacer partícipe de sus experiencias artísticas a nuestra comunidad educativa, inmersa como está desde hace unos ocho años en el arte más actual. No habíamos dedicado aún el espacio de nuestras salas a una exposición en torno al Land Art, un área poco transitada en el arte patrio. El Land Art (literalmente Arte de la Tierra) interviene y modifica elementos del paisaje y el entorno natural; contra el espacio constreñido y el mercantilismo de museos y galerías, este movimiento concibió y recreó en los EEUU de los 60 y 70 la acción artística en plena naturaleza y con los elementos que ella misma proporcionaba.
Óscar Pérez se mueve con facilidad entre los distintos parámetros del arte, tanto técnica como teóricamente. Pintura, grabado, escultura, fotografía, vídeo, instalación... Es un artista que desarrolla y sostiene una intensa labor en muchos terrenos y que aborda los misterios de la creación artística desde muy diversas disciplinas, lo que le aleja de una lectura fácil, pero sí parece claro que en todas ellas se manifiesta como pintor. Lo explica él mismo con estas palabras: “De la ejecución de los trabajos realizados en el exterior, en la naturaleza, a la intervención directa sobre la representación del soporte fotográfico, en el proceso de producción del objeto minimalista (...) la pintura va a estar siempre presente, estructurando todos estos movimientos en el tiempo, siempre interesada por la totalidad de la obra, como algo indisoluble. La idea de economía, simplificación del repertorio cromático y el tratamiento y estudio de las superficies, están presentes como elementos más importantes del lenguaje minimalista. Es así como el objeto pictórico y el escultórico se acercan.”
Pintor abstracto, que es lo mismo que decir hoy artista contracorriente, practica la presencia activa y crítica en aquellos espacios donde ha de estar el arte comprometido con su tiempo, a pesar de que no siempre se deje espacio y voz a los que trabajan marginados por la moda. Pintor consciente del pulso actual del arte, no rechaza los nuevos medios y lenguajes artísticos. Pintor versátil pero profundo conocedor de los medios y recursos técnicos, utiliza la fotografía como parte del proceso creativo, documentando la acción o intervención en los lugares donde luego el artista ha de provocar el encuentro e hibridación entre géneros artísticos.
En la Sala Robert Harvey de Benagalbón Óscar Pérez ha intervenido, con la colaboración de los alumnos del colegio, recreando el espacio y los elementos de su obra para la frontera natural que de algún modo constituye “el lugar” donde tierra y mar se funden. Arena de la playa, amontonada en dos grandes gibas sobre cuatro lienzos negros alineados, de los cuales uno en el extremo se levanta, iniciando un ángulo ascendente sobre el conjunto. La opaca negritud de las telas sirve de lecho en este caso a la arena, cuidadosamente dispuesta en este “no lugar” de fronteras híbridas. Sobre los muros se nos muestran un buen número de fotografías de mediano y gran formato que documentan las acciones realizadas por el artista en plena naturaleza, allí donde el paisaje constituye y se conforma como “el lugar” de la acción. Fundamentalmente, se pueden ver algunas fotos de gran formato impresas digitalmente sobre lonas. Las impresiones, sin artificios ni tratamiento de la imagen, evidencian algunos estados del paisaje tras realizar diferentes acciones en la playa, justo en el lugar, tan dinámico y cambiante, donde el mar se manifiesta como frontera natural. En tal lugar aparecen grandes telas sobre la arena, que el movimiento de las olas ha desplazado de su ubicación original. En principio alineadas, las telas dibujan ahora y antes, el esquema compositivo de una idea que, no obstante, necesita de estos mismos materiales para persistir finalmente como cuadro en el que se integran. Puede percibirse como pintura en el paisaje, donde los grandes lienzos no son el soporte sino el color mismo de la pincelada, tal podría ser el lenguaje, pero no se pueden reducir las posibilidades que tales propuestas brindan al pensamiento, en la percepción de una idea que busca materializarse tanto en la acción como en los elementos.En la Sala Ibn al Jatib, Óscar Pérez nos muestra unas cuarenta secuencias fotográficas del mar en las que ha pintado una banda oscura que oculta parte del paisaje. Este interesante recorrido por la orilla de sus fronteras estéticas complementa su instalación principal - arena sobre lienzo / fotografía sobre lona- para hacernos reflexionar acerca de la presencia física del vacío, allá donde el hombre mira con la profundidad inherente a un alma que busca la trascendencia, que se persigue en los lugares donde el paisaje se funde con las ideas y los anhelos.
Óscar Pérez no ha rehuído el estudio y la dedicación para construir una sólida cimentación teórica sobre la que alzar el mástil de sus últimas experiencias artísticas en el ámbito del Land Art, aunque en esto se puedan establecer ciertos elementos diferenciales. Señalar al paisaje costero más cercano como hábitat para la acción artística y desenvolver allí el espíritu, experimentando en el paisaje mismo de tu memoria las poéticas del arte mínimo, comporta no pocos riesgos para un artista pintor. Pero intervenir no significa herir. El camino emprendido por Óscar Pérez sublima pro fin sus deseos de traspasar la pintura sin dejar de pintar con los elementos y sus colores. Su libro, El Land Art en España, avala el sentido y alcance de sus propuestas, y le impulsa desde la introspección hacia la conquista del paisaje, como hemos visto, a través de elementos cercanos al minimalismo, aunque deliberadamente ligados al lenguaje pictórico. Para él, esta elección está motivada por la experiencia en y con la naturaleza y las relaciones perceptivas que de ello se derivan. Sus trabajos, como él los llama, son el resultado de una reflexión honda y sincera acerca del hecho artístico y señalan una extraña capacidad de observar y comprender el entorno, pero en absoluto se trata de un ejercicio de mera contemplación; muy al contrario, la obra de Óscar es capaz de provocar en el espectador el sentimiento, la sensación o la sospecha de hallarse en un lugar de naturaleza incierta: la frontera entre lo real y lo pictórico.
Sala Ibn al Jatib
Del 6 de febrero al 13 de marzo de 2015.
Horario: de 9 a 14 h. –tardes previa cita 951 29 35 01-
C/ Sorolla, 38 (El Cantal -La Cala del Moral-)
Sala Robert Harvey
Colegio La Candelaria (Benagalbón)
Del 13 de febrero al 20 de marzo de 2015
Horario: de 9 a 14 h. -tardes concertadas-
www.oscarluisperez.blogspot.com.es
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