30/03/2019. Teatro Cervantes Málaga
Texto: M.Carmen Sánchez Torres | Fotos:promocionales/TC
Si hablamos de una de las compañías españolas más veteranas, polémicas y con renombre esa es Els Joglars que nos ha visitado esta primavera en Málaga con su último estreno: Señor Ruiseñor.
Dudamos que alguno de los espectadores que asistieron al Teatro Cervantes desconociera la trayectoria de los comediantes catalanes que iniciaron su aventura en la Barcelona de 1962 con el personalísimo Albert Boadella como director, cargo que mantuvo hasta 2012 cuando pasó el relevo a Ramon Fontserè, el director y protagonista de la obra que nos ocupa, Señor Ruiseñor. Como pudimos comprobar, Els Joglars continúa reivindicando, tras 50 años de vida, la función social y política del teatro juglaresco : la crítica mediante la sátira, tan aplaudida por unos como denostada por otros…
¿Quién es el Señor Ruiseñor? Es un juego de palabras para referirse al pintor y escritor catalán Santiago Rusiñol (1861-1931), ejemplo de artista cosmopolita, culto y de intensa personalidad. La obra se desarrolla en el museo dedicado a su persona. Allí se transforma en Rusiñol para las visitas teatralizadas, Tomás, un jardinero de Parques y Jardines con reúma. Pero los nuevos tiempos y las nuevas políticas llegan al museo: las autoridades deciden convertir la pinacoteca en el Museo de la Identidad Catalana. Y aquí se genera el conflicto entre el mundo de Rusiñol/Tomás, representante de la Cataluña cívica y abierta al mundo y el de los que defienden la identidad hasta llegar a tergiversarla. La figura de Santiago Rusiñol, evidentemente, es la excusa para plasmar en el escenario la situación actualísima de las diferentes Cataluñas que intentan convivir, casi sin hablarse. Prueba de ello es que esta misma obra, estrenada el noviembre pasado, apenas se ha representado en tierras catalanas y con escasa aceptación, a diferencia del éxito que está cosechando en el resto del país (la extensa ovación final del público del Teatro Cervantes, lo corrobora). Els Joglars, por supuesto, políticamente incorrecto.
La obra es muy dinámica y amena. En un escenario parco, los seis actores se mueven con holgura actuando y cantando canciones con letras muy ingeniosas y divertidas. La tecnología aporta el color y viveza de las pinturas de Rusiñol, incluso simula cómo pinta sus cuadros. Todo el fondo de la escena es una gran acuarela. Los personajes lucen esperpénticos pero sobresale Ramón Fontseré, el protagonista, con sus grotescos movimientos y cambios de registro.
Todo Señor Rusiñol es una metáfora de la metamorfosis catalana de los últimos tiempos. Una crítica mordaz al falseamiento del pasado, al adoctrinamiento en la educación y en la historia. Como suscribe el propio Fontseré: “solo se utiliza la parte de conocimiento y tradición que conviene para contar un relato sesgado”. Las autoridades del nuevo Museo de la Identidad Catalana aclaman la “nueva república”: hay que buscar la sangre pura en las familias y ensalzar los símbolos auténticos catalanes (dícese del caganet, o del cráneo superior catalán…). La esposa de Tomás, ferviente independentista, reivindica la “nueva república” como el paraíso que le quitará el reúma. España es el brazo opresor. La antítesis es Tomás/Rusiñol que no reniega de ser español, se pregunta si con esa “nueva república” cambiarán las vidas de los catalanes de a pie. Escenas muy cómicas son las reacciones de las autoridades del museo cada vez que Tomás menciona la palabra España o repite que el señor Rusiñol era un catalán español: saltan los plomos de la electricidad y todos se aterran, como los caballos de El jovencito Frankenstein al nombrar a Frau Blücher. No falta la crítica al papel que la prensa internacional ha representado en este proceso, a las riñas y enemistades entre miembros de la misma familia… Tomás/Rusiñol se pregunta, al final ¿quién arregla todo esto?.
No tengan miedo a acercarse a Señor Rusiñol, es actualidad, es sátira, es buen teatro, son excelentes actores. Nos llamó la atención que el aforo del teatro no estuviera completamente lleno dado el prestigio de la compañía y la obra. ¿Tanto temor provoca lo políticamente incorrecto? La verdad, la virtud y la belleza son la patria de Rusiñol. Es la enseñanza que los juglares vinieron a mostrarnos.
Reparto: Ramon Fontserè, Juan Pablo Mazorra, Rubén Romero, Pilar Sáenz, Dolors Tuneu y Xevi Vila
Equipo artístico: Ramon Fontserè con la colaboración de Dolors Tuneu y Alberto Castrillo-Ferrer (Dramaturgia)
Ramón Fontserè (Dirección)
Anna Tusell (Escenografía)
Bernat Jansà (Iluminación)
Pilar Saénz Recoder (Vestuario)
David Angulo (Espacio sonoro) y Manuel Vicente (Proyecciones) [Con agradecimiento a Albert Boadella]
Producción: Els Joglars
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