06/10/2019. Teatro Cervantes.
Texto: M.Carmen Sánchez |Fotos: Promocionales TC
¿Por qué el espectador debería ver Todas las noches de un día? Por la dramaturgia de Alberto Conejero, por la curiosidad que suscita la cinematográfica Ana Torrent en las tablas de un escenario y, especialmente, por el gran actor Carmelo Gómez. Simples y poderosas razones.
Dos personajes en escena y muchos más sobreentendidos. En un invernadero atemporal, la policía interroga a Samuel, el jardinero, acerca de la desaparición de la dueña de la casa, Silvia. Allí solo queda él, el jardinero solitario y fiel. Así comienza este thriller poético que se va desgranando entre la belleza de las flores, los enigmas y el amor. El invernadero es el símbolo decadente de otro tiempo, un edén cercado de urbanizaciones. Es el microcosmos por donde deambulan los personajes que siempre están allí, que no se permiten abandonarlo. Es paraíso y prisión.
Samuel (significa “escuchado por Dios”) es jardinero porque ama estar solo, escuchar el silencio del jardín. Es un hombre simple pero capaz de amar incondicionalmente. Silvia (“reina de la naturaleza” pero también “bosque siniestro”) es un ser herido y atormentado cuyo mundo ya se había roto antes de llegar al jardín. Pasado de abusos, traumas no superados, autodestrucción, incapacidad de amar. Entre ellos existe un poderoso vínculo y, al mismo tiempo, unas diferencias culturales y sociales infranqueables: ella lo llama “muchacho”; él “señora”.
Todas las noches de un día es exquisita en su simpleza. La forma de resolver la narrativa es brillante: un juego de narradores y narración donde, en el mismo tiempo, se superponen dos planos. Silvia, contando su historia y hablando “imaginariamente” con Samuel y por otro lado, la policía interrogando al jardinero: somos conocedores de la verdad a través de sus respuestas. Así se reconstruye la historia. Como transición de escenas, la tenue luz y la música elegante, de película de otra época.
Carmelo Gómez demuestra una vez más el carácter de espléndido actor que lo popularizó en Días contados, El perro del hortelano, en las películas de Julio Medem o en uno de nuestros papeles favoritos : Don Fermín de Pas en La Regenta. No en vano, el actor leonés acumula premios tan prestigiosos como Fotogramas de Plata, Premio de la Unión de Actores, Ondas o dos Goya. La actriz Ana Torrent, la niña de Cría cuervos y El espíritu de la colmena, la adulta de Tesis, resuelve con solvencia el papel de Silvia.
Nos parece magnífico el texto de Alberto Conejero Todas las noches de un día (Premio de la Asociación de Autores de Teatro 2016). El uso del lenguaje, el amor por las palabras elegidas con mimo, el dominio de los diferentes registros en los personajes tan importante, por ejemplo, para establecer las diferencias sociales. No cabe duda que Alberto Conejero está consagrado como uno de los mejores dramaturgos españoles contemporáneos, sus múltiples y prestigiosos premios lo avalan, Premio Max y Ceres, entre muchos otros.
Disfrutamos de Todas las noches de un día porque es una obra elegante, poética, simbólica. Sencilla a la par que compleja. Belleza emocional para espectadores con sensibilidad.
Autor: Alberto Conejero
Dirección: Luis Luque
Reparto: Carmelo Gómez, Ana Torrent
Espacio escénico: Monica Boromello
Iluminación: Juan Gómez-Cornejo
Vestuario: Almudena Rodríguez
Composición original: Luis Miguel Cobo
Productor: Jesús Cimarro
Una producción de Pentación Espectáculos