El monologuista de la Paramount Comedy, David Navarro, ha traído el humor onubense a Málaga y el público de La Cochera Cabaret ha respondido con carcajadas casi continuas a su teoría sobre el futuro.
La Cochera Cabaret. 18/10/201
Texto: Rosa Parra Moreno Fotos: Sebas Sabariego Parra
Un público expectante esperaba en la puerta de La Cochera haciendo cola para ver a un humorista que ya conocían de televisión, y que por lo tanto sabían que no los iba a decepcionar.
Una puesta en escena minimalista (únicamente un taburete que no usó y un micro de pie que sí utilizó, además de para proyectar la voz, para jugar con el cable), potenciaba lo que realmente era importante en este espectáculo: la palabra y lo que con ella se transmite; en este caso un reflejo de la España actual, con las contradicciones propias de cada época, pero que es la España del futuro, la que por fin ha llegado para aquellos jovencísimos/as chicos y chicas de los años noventa y pico. Una España y un país que en nada tienen que ver con las ilusiones que se hacían sobre ella. Un país que pone bancos de madera tipo sillón individual, por las calles para que nadie se siente en ellos. En la que el alarmante paro ha frenado todos sus sueños de tener casa y vida propia. Una situación política y social que obliga a prolongar la dependencia familiar y la formación académica para emplear el tiempo en algo mientras no hay trabajo.
La crisis detrás de cada chiste, David, prometía que no iba a hablar de ella, pero la realidad fue que esperaba agazapada para meter el zarpazo cuando menos te lo esperabas. Todo desternillante y visto desde la ironía y el humor, pero el divertido retrato cotidiano de nuestra vida habitual no podía obviar algo tan contundendete como la crisis que nos afecta a todos.
Mediante su monólogo también retrata las relaciones sociales en la actualidad y como hoy día entendemos el ocio y el tiempo libre a la fuerza.
En su solitario soliloquio, de vez en cuando entremete un diálogo con el público, esperando realmente respuesta. Bien es verdad que a veces el respetable percibe que son preguntas trampa. Y el público no se atreve a contestar porque teme un batacazo. Pero siempre hay algún/a lanzao/á que se arriesga y claro…se estrella.
Un humor elegante, sarcástico, cercano, inteligente y sobre todo gracioso, que es de lo que se trata.
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