16/12/2016. Teatro Echegaray.
Autor: Alberto Medina | Fotos: Promocionales /TE
La Transición democrática en España fue uno de los periodos más complicados que vivió el país antes de las primeras elecciones democráticas tras la muerte del dictador Franco. España iba saliendo poco a poco de la involución histórica que había supuesto la contienda bélica, y la vuelta de la democracia significaba la entrada de España en las instituciones europeas y un impulso definitivo a su economía. La compañía de teatro Wichita Co. vuelve a la escena malagueña en menos de doce meses con una obra que narra la agridulce travesía de una familia de izquierdas tras el triunfo de Felipe González.
Escribir sobre Wichita Co. es narrar un trabajo bien hecho. Una compañía joven que hace mucho tiempo dejo de ser revelación para llevar su amor por el teatro a todos los escenarios de España. Comandados por Víctor Sánchez Rodríguez (Premio Max a Mejor Autoría Revelación por Nosotros no nos mataremos con pistolas), el reparto recrea la historia de una familia tanto en 1982, triunfo de Felipe González, como en 2018. Los dos capítulos de la obra de teatro se desarrollan en la casa de una madre convencida en las bondades del comunismo, que ve en la victoria de Felipe González una derrota de la izquierda. Sus hijos y sobrinos narran el conteo de votos con tensión mientras su madre y tía se atrinchera en el sótano. Unos sofás una alfombra y muchos recuerdos desgastados, entre los ecos de La Internacional, son la única decoración que atesora la casa.
Cada uno de los tandems Carlos Amador- Lorena López, Lara Salvador-Bruno Tamarit forman creíbles parejas de actores, y son constantes las alusiones a la historia reciente de España entre risas y lamentos. Tremenda la actuación de Silvia Valero, una suerte de yonqui que mira al pasado y al futuro con nostalgia, y ella será el nudo de acción entre los dos capítulos mientras suena de fondo una canción Nacha Pop. Tras una delirante sucesión de imágenes y canciones de la nostalgia española, llegamos a las discusiones de los nietos de la matriarca comunista. En definitiva, España no la va a conocer… narra con acierto la generación de sueños rotos de la actualidad, y tiene la valentía de no quedarse en los tópicos de las dos Españas de Machado para ahondar en la inconsecuencia de la izquierda española.