27/01/2018. Hotel Vinci . 35 Festival de Teatro de Málaga.
Texto: Rosa Parra | Fotos: Cía La Líquida
David García Intriago, con su compañía, La Liquida Teatro, desplegó todas sus dotes de actor mediante unos maravillosos cambios de registros tanto en la voz como en la expresión corporal, durante el espectáculo Hambre, que se está representando en la actualidad en el hotel Vinci de Málaga, en su sala La Posada del Patio.
Como si de un cómico de la legua se tratara, David se mete en la piel de diversos personajes de la novela por excelencia El Quijote de Miguel de Cervantes y a la vez se deja la piel en ellos. El derroche de energía, su transformación, del drama a la comedia en un segundo, su secuenciación de situaciones tan medida, la interacción con el público y su sorprendente texto, de creación propia, aunque basado en la inmortal obra de Cervantes, hacen de esta representación un espectáculo diferente, en el que el mismo David, como director, ha querido recrear la forma de hacer de los actores del Siglo de Oro, que actuaban en las ventas mientras el público (huéspedes) comía. Comía lo que hubiera, que en aquella época los alimentos no eran abundantes. La olla podrida, hecha con mimo por la cocinera de la familia o con desgana por la cocinera de la venta, contenía de todo lo que iba sobrando de comidas anteriores o de alimentos que ya no estaban en tan buen estado como cuando se adquirieron. Todo iba a parar a la olla, para tapar el hambre y engañar al gusto y al olfato con la condimentación y elaboración de las sobras. Los asistentes a este espectáculo del siglo XXI, han comido también en tablas corridas, compartiendo mantel y olla podrida con desconocidos comensales que el azar ha llevado a la misma mesa. En el siglo 16, se compartía con desconocidos no solo la mesa, también la habitación, como el caso de uno de los episodios del Quijote, que se recrean en la obra y que hacen reír al espectador, como si en vez de un solo actor en escena, hubiera siete.
No me atrevo a decir, pero lo digo, que quien guste de los monólogos, que ahora están tan de moda, este es un buen lugar para verlo de calidad y con fundamento, interpretado por un autentico actor con la garantía que dan las tablas y la calidad que da el oficio.
Magistral la interpretación de Mari Gutierrez, la mujer de Sancho, mientras dice parte del texto que a ella corresponde en la novela.
Magistral el acompañamiento por el músico Mauricio Gómez Yamamoto, que con su “guitarra gorda”, como denominan al violonchelo, ejecuta unas piezas impecables que dan vida a la imaginación del espectador sirviendo de fondo a las palabras del actor.
Magistral la iluminación y el sonido, que también juegan un papel importante en la obra, y esa baza es de Pedro Hofhuis, quien no se salta detalle de la representación y actúa al quite, con inmediatez precisa y profesional, recreando los cambios que cada escena requiere para que el espectador pueda imbuirse de ella con la mirada o con el oído.
Hambre es una realidad y es una metáfora. Porque todos tenemos hambre desde que nacemos, hambre de amor, de fraternidad, de conciencia, de hermandad, de conocimientos.
David nos hace pensar con su espectáculo que la cultura debería saciar el hambre de nuestro espíritu. debería darnos los asideros para guiarnos como seres humanos y ayudarnos a ser grandes personas.
Mantener la energía en su centro durante dos horas de espectáculo, con servicio de viandas y comida incluida, y terminar en lo mas alto al grito de viva el teatro, es algo que solo puede conseguir un gran actor curtido en las tablas y en el resto de su trayectoria profesional que abarca además de teatro, cine, televisión, publicidad, etc.
Quiero terminar remedando a Lope, sintiéndolo mucho por Don Miguel, (por ser Lope su tradicional gran enemigo, de Cervantes me refiero): si quieres reír, llorar, saltar, participar, motivar, pensar, compartir, estar preso o estar poseso, ve a ver esta obra.
| Sin eventos |
