Sala Gades. 22/12/2012
Los peques se divierten con la prehistoria en la Sala GadesTexto: Andrea Acquaroli | Fotos: Cortesía Cía
Por estas festivas fechas, en Málaga se pueden encontrar muy buenas ofertas culturales para los más pequeños, que ya comenzaron sus vacaciones y pueden disfrutar de diversas obras teatrales con toda la familia.
“Los cavernícolas y Mamut” es un buen ejemplo de estas propuestas antes mencionadas. El espectáculo conecta al espectador 
con remotos tiempos de antiguas comunidades,La actuación está acompañada de divertidos momentos, con “toques payasescos”, complicidades con el público, además de intercaladas escenas musicales, que van captando intensamente la atención de los pequeños, de forma sorprendente.
La compañía malagueña “Kirucón Teatro” y su puesta en escena, logra establecer un contacto vivo con el público. Se desarrollan hazañas y descubrimientos, destacan valores de amistad, reflexión, aprendizaje y motivación por la exploración. Caver es el personaje clave, que interpreta a un visionario, incipiente artista e intelectual y si se permite alguna comparación, es el Leonardo Da Vinci entre los cavernícolas; aquel que todo lo lleva al terreno de la creatividad, la comprensión y el sentimiento.
Mamut es otro de los personajes y se roba la ternura de los niños desde un principio, pero los cavernícolas puede que tarden más en aceptarlo y deban pasar por alguna circunstancia que les haga perderle el miedo, ya que él sólo busca amistad y está cansado de sentirse solo y rechazado por su aspecto y forma.
El espectáculo tiene un dinámico despliegue escénico, por eso consigue con eficacia captar una atención infantil que, naturalmente suele durar ratos breves, aunque aquí duró lo mismo que la obra, probablemente fue así, porque al cambiar de escenas y personajes y jugar con números musicales, no hubo tiempo de aburrirse. Los actores lograron poner en marcha y sin interrupciones una obra sencilla, pero magnífica para disfrutar en familia, entretenida y fácil de combinarla con diferentes edades.
La amistad, la exploración, el juego, la diversión y el espíritu de aprendizaje son los aspectos predominantes de la obra: y no son poca cosa, a eso se le suma un buen trabajo actoral, y por lo tanto, difícil será que los niños no empaticen con un argumento en el que, seguramente, están viendo reflejarse “cosillas” de su propio mundo.
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