Una realidad impactante invade el Teatro Echegaray. ¡Bienvenidos al pabellón psiquiátrico del penal de Soyapango!, San Salvador, El Salvador. Los mas solos de Teatro del Azoro dirigida por Egly Larreynaga y Luis Felpeto.
Teatro Echegaray. 16/10/2013
Texto: Françoise Chabassier | Fotos: Federico Martínez Alés
La obra Los más solos está basada en la crónica El hospital con barrote y especialmente en La caverna de Choreja de Carlos Martínez, periodista en el periódico digital El Faro (en la sección “La sala negra”). Los más solos, cuenta la historia de cuatro enfermos mentales internados, bajo orden judicial por delito de sangre y que deben cumplir con su condena sin rehabilitación ninguna, en el pabellón psiquiátrico del penal. Víctor, Cerebro, Choreja y Levy pertenecen a una generación que vivió, durante su juventud, una guerra civil en El Salvador y sufren sus consecuencias. Durante la entrevista concedida, después de la representación, por Luis Felpeto, uno de sus dos directores, él comentó, "Estos enfermos, ya tenían problemas psíquicos antes de entrar ahí, por ejemplo Choreja a los trece años, fue un niño soldado entrenado para torturar y cuando cambió la situación en El Salvador, les abandonaron a su triste suerte. Luego mató a un amigo suyo en una pelea. Victor asesinó a su madre. Había también un caso curioso, no sabíamos si era un político o un rector de universidad que había tenido una denuncia por abusar de una alumna, se supone que para evitar la cárcel debió hacerse pasar por loco, lo ingresaron en esta ala pero con dormir una sola noche ahí te vuelves loco, te puedes quedar marcado para toda la vida”. Este pabellón psiquiátrico del penal es para todos los enfermos mentales tanto para los ricos como para los pobres pero los ricos no van a este lugar, “el dinero lo arregla todo”. “Hay muchos millonarios locos que deberían estar ahí y no están”.
Los más solos, es el fruto de un largo trabajo de investigación. "Descubrimos la existencia de este pabellón psiquiátrico gracias a la crónica de nuestro amigo Carlos Martínez, porque es un lugar que está perdido en la nada, está medio oculto en una nave detrás de un basurero". Para meterse en el pellejo de los enfermos, las cuatros actrices se quedaron nueve meses en el pabellón estudiando a los enfermos, sus mímicas, sus gestos, sus posturas, sus muecas, sus maneras de andar, sus miedos y sufrimientos. Y el miércoles pasado, ya no eran esas cuatro hermosas mujeres sino cuatro hombres locos babeando con los ojos revueltos, la boca deformada, destrozados que nos comunicaban toda la miseria del mundo, encerrados en una inmensa soledad y una rutina implacable.
Luis Felpeto contó: “Cuando preguntamos a uno de los enfermos ¿Qué es lo peor parar tí?, Nos contestó que era levantarse por la mañana". Y esa rutina las actrices la representaron de manera prodigiosa interpretando dos veces la misma escena a ritmo normal y la tercera a cámara rápida lo que provocó la risa de algunos espectadores pero, explicó Luis Felpeto “Esta risa es, más bien, una risa nerviosa y además, a pesar de todo, en El Salvador la gente se ríe mucho”. Actuaban en un escenario despojado, el de una cárcel salvadoreña en la que no había más que cuatro somieres articulados que se convertían según la situación en ventana con barrote de una celda, en la que los presos gritaban su desesperanza pidiendo ayuda, medicinas o visitas o en una cama sin colchón donde tenían pesadillas o no podían dormir… Había un viejo inodoro, un mísero recipiente donde lavarse y una biblia o sea casi nada. Las voces en off que se oían, eran de horribles sufrimientos y lamentaciones. Las sombras de los presos proyectadas en la pared, eran fantasmagóricas. Las actrices intervinieron una por una para contar la situación de los cuatros enfermos. Al principio de la representación, para que el público se diera cuenta de donde iba a penetrar, se proyectó una foto tremenda del auténtico pabellón psiquiátrico. En ella se podía ver el abandono total de los enfermos, tal como Victor que por una herida benigna al pie y por la lentitud y estupidez de la burocracia, le cortaron la pierna. También se proyectó un vídeo de una monja que predicaba a los enfermos. Fue como un soplo de esperanza y humanidad. Luis explicó “Ana Ruth es un pedazo de actriz reconocida y muy amiga nuestra, es salvadoreña. La iglesia tiene mucho peso, la fe mueve montañas, es como un flotador porque la gente lo pasa mal ahí y les ayuda al nivel individual no económicamente. Es la única esperanza de los presos. Además, la monja es la única persona que va a visitarlos y les trata con cariño y también un hombre de alcohólicos anónimos”.
“Cuando montamos la obra, la gente se impactó mucho porque la sociedad salvadoreña no conocía esta situación y las actrices tampoco. Algunos diputados asistieron y nos dijeron que iban a hacer algo pero hoy por hoy, nada ha cambiado. Después de nuestra gira por España, a la vuelta, iremos a ver a los presos para comentarles lo que nos está pasando durante las representaciones. Al nivel individual y desde fuera se puede presionar a los gobiernos porque esta situación atenta a los derechos humanos. Se puede promocionar la obra no como obra nuestra sino para que la gente se entere. No interesa a los salvadoreños que se dé una imagen semejante de su país porque es un país maravilloso con gente fantástica y tampoco a nosotros, a las actrices, a mí porque me siento de ahí. No me gusta que la gente se lleve mal sabor de boca pero es lo que hay. Hemos utilizado la locura de cuatro enfermos mentales abandonados como metáfora para hablar de las historias que ocurren rozando lo inverosímil, de una sociedad violenta y desquiciada. Esta obra no es mía es de las actrices yo las ayudo.”
Luis Felpeto, estudió en Málaga en la escuela de Arte Dramático de Málaga y cuando terminó la carrera, el año siguiente, se fue a Madrid porque no había perspectiva de trabajo. Oscar Romero, que era el director de la escuela de Arte Dramático de Madrid, le ofreció hacer teatro clásico con la RESAD. Vivió en Madrid muchos años, haciendo teatro. Empezó sus primeros pasitos en televisión y luego se fue a Buenos Aires a estudiar cine en la Escuela Profesional de Cine de Eliseo Subiela trabajando como actor. Regresó a Madrid y se marchó otra vez a Latinoamérica “porque hay algo ahí que me une”. Y luego a Perú y a El Salvador donde hizo este proyecto.
“Ya conocía a Pamela Palenciano una de las actrices que con unas amigas suyas entre ellas Egly Larreynaga fundaron la compañía El Teatro del Azoro en 2011 con la obra Partidas, obra que indaga sobre la migración. Tras el éxito obtenido, el Instituto Nacional de la Mujer selecciona a la compañía para rendir un homenaje a las mujeres en el período de la Independencia de El Salvador para celebrar su Bicentenario. ”Me propusieron juntarme con ellas y cuando las conocí era imposible decir que no. Yo llevaba la parte técnica.”
Los más solos aparte de haber sido representada con mucha frecuencia, en el penal de la Ciudad Barrios para dos mil siete cientos reos de la pandilla MS13 , en el Festival Nacional de Teatro de Guatemala, fue seleccionada para representar al país en la Feria del Libro Centroamericano organizado por la Universidad Autónoma de Chiapas.
En 2012, la compañía estrenó Sshh experiencia de teatro sobre la sexualidad para el centro Cultural de España. Ese mismo año, organizó el conservatorio “Construyendo una Dramaturgia Nacional. Distintas visiones”.
Ahora, a parte de algunos talleres de teatro y varias cosas, tienen otro proyecto en la mente, trabajar con pandillas para hablar de los conflictos adaptando un texto de Shakespeare.
El Teatro Echegaray estaba llenó y no se equivocó eligiendo la obra Los más solos. Esta obra tan fuerte nos despierta, nos remueve la consciencia, nos pone en nuestro sitio porque a pesar de todas las desgracias que podemos vivir hoy en día y aquí, ya sabemos que hay personas que lo pasan aún peor, pero siempre está bien recordarlo. Podemos considerarnos afortunados por haber nacido en Europa y tener todavía una vida digna. Digo todavía porque todo esto está cambiando y repercutirá sobre los más débiles como siempre pues no debemos olvidar lo que pasó a partir del año 1936. Supongo y espero que nunca lleguemos a estos extremos. La obra tuvo mucho éxito y el público conmovido la recompensó con una ovación en pie y seguramente la gente se fue a casa con ganas de hacer algo porque como lo decía Luis Felpeto, lo que vimos aquella noche es un abuso a los derechos humanos. Bravo y gracias al Teatro del Azoro.
Interpretación: Pamela Palenciano, Paola Miranda, Alicia Chong, Egly Larreynaga, Ana Ruth Aragón (colaboración especial)
Voz en off: Carlos Martínez (colaboración especial)
Escenografía: Teatro del Azoro, Yiyo Alonso (colaboración especial)
Vestuario: Paola Miranda, Fredesvinda Hernández
Iluminación: Yamileth Domínguez, Luis Felpeto
Espacio sonoro: Pamela Palenciano
Audiovisual: Andrea Bilbao, Topi, Dario Oliver
Fotografía: Pau Coll
Diseño gráfico: Carlos Miranda
Dramaturgia y Dirección: Egly Larreynaga y Luis Felpeto
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Octubre: 16 Málaga Teatro Echegaray, 17 Estepona, 18 Antequera, 25 Santander, campus cultural de la Universidad de Cantabria. Sala medicina, 20h30, 30 miércoles Albacete, centro cultural José Saramago, UP, calle Cardenal Tabera y Araoz, s/n. 20h, 31 jueves Albacete, centro cultural José Saramago, UP, calle Cardenal Tabera y Araoz, s/n. 19h
Noviembre: 02 Chinchilla de Monte Aragón, Teatro Auditorio de Chinchilla, calle de la Virgen de las Nieves, 8, 19h, 07 y 08 Madrid, Sala La Grada, calle Ercilla, 20, 21h, 09 León, Teatro El Albéitar de la Universidad, avenida de la facultad de veterinaria, 25, 21h. 12 y 13 Madrid, Sala Tribueñe, calle Sancho Dávila,31, 20h30. 14 Madrid, Buitrago de Lozolla, lugar y hora por confirmar.
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