22/04/2017. Teatro Cervantes.
Texto: M.Carmen Sánchez Torres | Fotos: Javier Naval (portada) y Promocionales
El consuelo de lo cotidiano
Enfrentarse como espectador a una obra cuyo tema es la huella que deja en la familia la muerte de un hijo, requiere un equilibrado esfuerzo para que tu empatía no desemboque en sufrimiento. Pero no se debe tener miedo, el equipo de Los universos paralelos se encarga de armonizar la convivencia del drama con la comedia, aunque, a priori, parezca una labor imposible.
El popular dramaturgo estadounidense David Lindsay-Abaire, es una fuente de inspiración para David Serrano de la Peña quien adapta y dirige Los universos paralelos, considerada como la obra maestra del norteamericano, ganadora del Premio Pulitzer de teatro en 2007. Anteriormente, lleva a escena la aclamada Buena gente del mismo autor. David es guionista, productor, adaptador, director de cine (Al otro lado de la cama, Días de fútbol), de teatro y teatro musical (Hoy no me puedo levantar). Un auténtico talento del teatro actual español dotado de un gran instinto para elegir las obras y adaptarlas. No se debe perder de vista su próximo proyecto: el musical Billy Elliot.
Los universos paralelos se desarrolla en la casa familiar de Patricia (Malena Alterio) y Alberto (Daniel Grao). En el escenario, el salón, la cocina y el dormitorio del hijo fallecido, en la planta de arriba. El público se siente un tanto “voyeur” puesto que contempla desde su butaca el día a día de gente corriente que recibe visitas, de la hermana (Belén Cuesta) y la madre (Carmen Balagué) de Patricia, del universitario, conductor novato (Itzan Escamilla) que atropelló al pequeño hijo o se encuentra en medio de discusiones íntimas de familia que sacan trapos sucios a relucir.
El humor está presente desde el comienzo, especialmente de la mano de Belén Cuesta, la hermana rebelde y un poco desastre que pone el punto distendido al drama, junto a la gran actriz Carmen Balagué, una de las mejores interpretaciones en la obra y pieza fundamental en la aceptación del dolor y en el amor incondicional a su hija. Ellas representan la superficialidad como refugio para no afrontar la realidad y la tristeza. Llama la atención cómo se han resuelto las transiciones de tiempo dentro del mismo escenario, con los personajes presentes-ausentes…
La historia muestra diferentes maneras de llevar un duelo: la postura de la madre de retirar todo aquello que le recuerde a su hijo, incluso deshacerse de la casa donde había crecido el pequeño. Y la del padre, de refugiarse en sus cosas, juguetes, vídeos. Todos echan la culpa a algo/alguien porque no se entiende la muerte de un ser querido. Se empeñan en una normalidad que no existe. El consuelo se vislumbra con la idea de “los universos paralelos”, con la esperanza de que en otro universo exista una versión menos triste de sí mismos.
Los universos paralelos son vidas cotidianas con sucesos que les ocurren a la gente corriente. Tan cercanos como las lágrimas y las risas de mis vecinos de butaca.
Producciones Teatrales Contemporáneas
Autor: David Lindsy-Abaire
Versión y dirección: David Serrano
Reparto: Malena Alterio, Daniel Grao, Carmen Balagué, Belén Cuesta, Itzán Escamilla.
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