07/05/2022 Central de Actuantes de La Térmica
Texto: M.Carmen Sánchez Torres |Fotos: promocionales
Está más que comprobada la inquietud artística que existe en Málaga, concretamente, en las artes escénicas que no solo se disfrutan en los grandes teatros: las salas pequeñas y acogedoras dotan de una intimidad y complicidad entre el público y el actor que difícilmente se logra en los grandes espacios. En la sala 02 de La Térmica disfrutamos de (nuestra) Tierra, un texto de Juan Alberto Salvatierra dirigido por Daniel Galbeño que la compañía teatral andaluza Antinomia nos regaló por primavera.
Nada más entrar en la sala, los espectadores se ven envueltos por un humo que viene del escenario. Árboles secos de los que cuelga ropa de hombre y tierra por el suelo. En nuestra opinión, el espacio escénico redondo podría haberse aprovechado para una disposición más óptima de los asientos del público. Aparece el único actor del drama representado por Manuel Samper entre música solemne y algo tétrica y empieza la obra. Como si estuviera en terapia el protagonista desgrana la historia de esa tierra quemada (de ahí el humo) por su propio padre que allí mismo se quitó la vida. Tierra de olivos, árboles ancestrales que cubren buena parte del territorio andaluz y una forma de vida y herencia. Muy presente el mito cainita, el trauma del segundo hijo maltratado e invisibilizado por el progenitor. La ropa colgada del árbol simboliza al padre a quien va dirigido el discurso: una hora y quince minutos que el actor sostiene muy solventemente puesto que no hay réplica, todo es un juego teatral. El hijo se desnuda en su monólogo.
(Nuestra) Tierra habla de culpabilidad, de trauma y, especialmente, de resentimiento por la pérdida de esa tierra que representa la estirpe, la herencia familiar. Los olivos son la historia de los que los han trabajado: “nosotros tenemos la sangre verde” afirma el hijo cuyo legado ha sido arrebatado por su propio padre que, al quemar la tierra lo quemó a él por dentro. En el olivar calcinado, como un astronauta en un planeta abandonado, descubre un brote, la tierra muerta se convierte en viva. Es entonces cuando el espectador descubre que el hijo guarda la intención de vender la tierra para la construcción de las vías de un AVE: “es el progreso” se justifica. Vender las tierras sagradas como hicieran los indios americanos o las familias de agricultores catalanes en pro de la industria fotovoltaica en la premiada película Alcarràs (Carla Simón) es un tema sangrante y dolorosamente conocido en nuestra geografía.
(Nuestra) Tierra es la tercera obra seleccionada por la Central de Actuantes de La Térmica para impulsar a compañías emergentes que destacan por su innovación y minimalismo. La compañía Antinomia parte de la base del teatro andaluz y en andaluz recitó el extenso y difícil texto Manuel Samper al que auguramos un futuro brillante. Obra valiente que habla de lo nuestro, de nuestro campo, de nuestros ancestros, de nuestras pérdidas. Temas tan nuestros y universales que sentirán que son suyos también.
Antinomia
Autor: Juan Alberto Salvatierra
Dirección escénica: Daniel Galbeño
HOMBRE: Manuel Samper
Diseño iluminación y sonoro: Daniel Galbeño Roberto Romance
Diseño de vestuario: Carlota Hernández
Escenografía: José Luis Schimio, Manuel Samper y Daniel Galbeño
Arreglos musicales: Manuel Samper
Con la colaboración de La Nave Centro social y cultural
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