Feb 2 2016

Tick… Tick… Boom! en el Echegaray

Tick… Tick… Boom!. NTM Producciones. 33 Festival de Teatro de Málaga. Teatro Echegaray. 29/01/2016. 33 Festival de Teatro de Málaga. Teatro Echegaray.

Texto: Carlos Mesa | Fotos: Promocionales

Una joven producción de una pieza que ha pasado, entre otros, por el reconocido Off de Broadway

Es impresionante, y a la vez gratificante, que a pesar de los tiempos de crisis —ya no solo económica, sino también cultural— sigan apareciendo producciones locales con un gran equipo que se ha formado, en su mayoría, en Málaga. Pero, sobre todo, que teatros públicos como el Teatro Echegaray apuesten por estas producciones jovenes.

Tick… Tick… Boom! es un musical autobiográfico sobre la vida de Jonathan Larson, conocido escritor de musicales —véase Rent— y ganador de reconocidos premios como el Pulitzer. Mezclando texto y canciones, se nos presenta a un Jonathan que pasa por una difícil etapa tanto profesional como personal. Intenta sacar su primer musical adelante, a la vez que su relación poco a poco se va resquebrajando. A él lo acompañan su inseparable amigo, Michael, y su novia, Susan.

La banda en directo, dirigida por Nacho Doña —el cual se pone al piano—, es lo primero que llama la atención del espectador. También él se encarga de realizar una perfecta traducción y adaptación de la pieza original, a la que dan vida unos brillantes Arturo Vargas, Andrés Jiménez y Nerea Vega. Arturo Vargas se mete en la piel de un Jonathan natural y cómico por momentos. Andrés Jiménez y Nerea Vega interpretan al amigo y a la novia, respectivamente, del protagonista. Además, con sencillos cambios de vestuario y grandes cambios de registro, van poniendo en pie diferentes personajes. Andrés Jiménez es un actor al que admiro por su impresionante vis cómica y capacidad de sacar con tanta facilidad la carcajada en el espectador. Pero, sin duda alguna, el diamante en bruto de Tick… Tick… Boom! es Nerea Vega. Su simpatía y su carácter llenan el escenario, pero sobre todo su voz. Ella tiene el poder de dejar al público embobado viéndola hacer. Algo que es, claro está, maravilloso. Una pena la poca calidad del sonido, que en la mayoría de los números musicales tapaba la voz de los actores, haciendo que el público tuviera que escuchar con una atención desmedida.

Por otra parte, la escenografía es sencilla pero útil a la vez, con ese carácter minimalista que puede dar lugar a cualquier espacio y que, desde hace años, se ha convertido en marca de las producciones con poco presupuesto. Esta falta de recursos se ha salvado por la dirección escénica llevada a cabo por Arturo Vargas y Andrés Jiménez, dándole por momentos importancia a la interpretación gestual para la recreación de situaciones u objetos, impregnando así la obra de un carácter original.

Tick… Tick… Boom! es una apuesta llevada a cabo por talento joven y que, sin duda, no decepcionará al espectador.