Hablamos con el historiador Carlos Gozalbes

29/04/2018.  Arraijanal.

Entrevista: Manuel Malaka | Fotos: aportadas por el entrevisitado

Carlos Gozalbes Cravioto es actualidad estos días por posicionarse en la defensa de los valores arqueológicos de Arraijanal.

Nació en Tetuán (Marruecos) en 1950. Es historiador. Pertenece a diversas instituciones de fomento de la investigación histórica como Hespérides. Autor de numerosos artículos en revistas especializadas en Historia. Es además autor de una docena de libros de Historia, todos ellos de su especialidad (Historia y Arqueología, de Málaga y del Norte de África). En Aforo Libre hemos querido aprovechar la ocasión para charlar con él, y saber un poco más sobre nuestro patrimonio y nuestra historia.

Aforo Libre: Hola, Carlos. Nos alegra poder  charlar contigo. Y que hayas encontrado un ratito para nosotros. Eres historiador con numerosas publicaciones. Háblanos un poco de ti, para los que no te conozcan, de tu labor como investigador.

C.G.: Desde finales de los años 70 del siglo pasado he ido recorriendo todos los rincones de la provincia malagueña, localizando, investigando y publicando -cuando ello ha sido posible- el hallazgo de yacimientos arqueológicos o de elementos de nuestro patrimonio histórico desconocidos. Ha sido una labor realizada sin ningún apoyo institucional y quizás por ello siempre he tenido libertad total, tanto en mis opiniones como en el desarrollo intelectual de mis publicaciones

A.L.: Hemos sabido de ti en estas últimas semanas por tu apoyo a la plataforma en defensa de Arraijanal. ¿Por qué crees que es importante preservar este suelo como espacio arqueológico?

C.G.: Toda la costa malagueña occidental ha sido un enorme complejo de fabricación de productos derivados de la pesca desde el siglo I al III d.C.; es decir, en época romana. El salvaje urbanismo realizado en la Costa del Sol ha hecho prácticamente desaparecer todos los rastros de estas industrias, quedando muy pocas y ridículas zonas milagrosamente conservadas como, por ejemplo, la llamada Villa de Rio Verde en Marbella, cuya extensión conservada es con seguridad menos de 1/20 de la superficie de la villa. Arraijanal es el último espacio conservado todavía en donde se podrían rescatar varias villas y varias necrópolis y poder enseñar todo el proceso de la transformación de los productos de la pesca en época romana. Ello constituiría un gran aporte cultural, pero quizás lo que más pudiera interesar (por desgracia) sería dar a la zona de Churriana un atractivo turístico-cultural.

A.L.: Es especialmente significativa la movilización social y ciudadana que Arraijanal está provocando. ¿Algo está cambiando en los malagueños como ciudadanos?

C.G.: Sí, es bastante significativa la movilización social. Hoy día la conservación del patrimonio histórico no tiene mucho arraigo social, pero es que, en este caso, a la protección del patrimonio histórico se une la del medio natural (fauna y flora) y la de preservar un pequeño pulmón a una costa totalmente saturada de construcciones. Si a esto le unimos el absurdo totalmente intolerable (aunque por lo visto legal) de regalar el mejor suelo público del ayuntamiento para realizar un negocio privado, por mucho que se quiera maquillar como una fundación o una academia, se puede comprender la indignación justa que puede tener el ciudadano de a pie.  Por si fuera poco, las instituciones (Junta de Andalucía, Ayuntamiento) siguen obsesionadas con el desarrollismo basado solo en el ladrillo, y si las leyes o normas no lo permiten,  no tienen más que recalificar o cambiar las leyes o las normas. Esto provoca una indefensión y total frustración en aquellos que todavía creemos en la supremacía de lo público sobre lo privado, y más aún cuando lo privado se comporta de una forma no demasiado clara (no me atrevería a decir mafiosa) en connivencia con los políticos y funcionarios que se encuentran ahogados y coaccionados por sus propias estructuras de poder.

A.L.: Cada vez son más las voces de expertos y figuras destacadas de la vida malagueña que se unen en la defensa de Arraijanal: Luis Ruiz Padrón, Idígoras, Ángel E. Salvo Tierra,... Hoy Alfonso Vázquez escribía también un estupendo artículo. ¿Eres optimista con respecto a su futuro?

C.G.: Hace poco comentaba que los que podrían hacer algo para salvar el desastre del Arraijanal no les importaba ni los pajaritos, ni los hierbajos, ni los tejoletos rotos – utilizando el lenguaje de estos incultos de la cultura-, lo único que les importa es el dinero, y es ahí donde habría que atacar para su defensa. Analizar a fondo la economía de todas las empresas que intervienen  y exigir al ayuntamiento  responsabilidades y que explique bien claro por qué se regala ese suelo público.

Mis años y mis vivencias me hacen ser pesimista del resultado final del Arraijanal, pero, por supuesto, si me equivoco me voy a alegrar enormemente.

A.L.: Naces en Tetuán y en tus estudios has dedicado mucho tiempo a los lazos entre Andalucía y el Norte de África. Hoy nos separa una valla que no deja de crear imágenes espeluznantes. ¿Qué opinas como historiador de este problema de la inmigración?

C.G.: Los africanos quieren emigrar a Europa lo mismo que los españoles queríamos ir al resto de Europa en los años 60. Es lógico que todos los humanos queramos mejor vida y también de momento es lógico que existan fronteras que preserven un cierto nivel de bienestar. Pero la evolución necesaria es que las condiciones de vida a un lado y otro de las fronteras se vayan igualando poco a poco hasta que en un futuro no sean necesarias las fronteras. Sería, por supuesto, un proceso muy lento, pero hoy día el proceso lo hacemos al revés, es decir, haciendo cada vez mayores las diferencias, el problema será cada vez mayor.

A.L.: La celebración y representación que cada año se lleva a cabo de la conquista de la ciudad de Málaga por los Reyes Católicos está teniendo numerosas críticas. ¿Cuál es tu opinión al respecto?

C.G.: Hay dos posturas enfrentadas en las que no me incluyo. Por un lado los que quieren “celebrar” la conquista como un hecho de victoria, ensalzando el hecho bélico, y por otro los que dicen que es algo humillante y que se festeja una masacre o una matanza. En principio hay que tener en cuenta que toda la Historia es por desgracia una sucesión de masacres y matanzas en donde unas veces ganan unos y otras veces ganan los otros.

Pero la Historia es la maestra de la vida y creo que siempre es bueno recordarla, tanto en lo positivo como en lo negativo. Podemos aprender de nuestros éxitos que también pueden ser los fracasos del vecino. Yo más que celebrar un hecho histórico creo que lo que hay que hacer es conmemorarlo, recordarlo e incluso conmemorar las derrotas. Tenemos que aprender tanto de los éxitos como de los fracasos.

A.L.: Por fin cuenta Málaga con un gran museo donde exponer su pasado. ¿Qué nos puedes decir de este nuevo Museo de la Aduana, ha cumplido las expectativas?

C.G.: Me parece que hemos tenido que esperar demasiado pero que el resultado final ha sido bueno. Otra cosa es lo que no se ve, su organización interna es manifiestamente mejorable.

A.L.: En estos últimos años Málaga ha perdido, y sigue perdiendo, gran parte de su patrimonio histórico, de su pasado. La casa natal de Victoria Kent, por ejemplo. Encuentras razonable la política sobre patrimonio que se está siguiendo en nuestra ciudad.

C.G.: No tengo demasiado conocimiento de la política del ayuntamiento al respecto. Como ciudadano de a pie he visto algunas actuaciones que me han parecido positivas pero también muchas otras muy negativas. El mayor inconveniente de la pérdida de patrimonio histórico es que es irrecuperable. Por eso, ante este tipo de patrimonio muchas veces es mejor el abandono (a la espera de mejores tiempos o mejores políticos) a la intervención.

A.L.: Recientemente hemos celebrado el Día del Libro. Tenemos la costumbre de pedir al entrevistado que nos haga alguna recomendación cultural. ¿Te animas? ¿Algún libro de historia, novela histórica, … qué no debamos dejar de leer?

C.G.: Bueno, hay un librito muy antiguo que a mí me marcó bastante cuando era joven y se trata de Ensayos sobre la Educación de Bertrand Rusell.

A.L.: Ha sido un placer charlar contigo, y poder saber un poco más sobre nuestro patrimonio y nuestra historia.

C.G.: Quiero decir para despedirme que me parece muy positivo la existencia cada vez más numerosa de revistas malagueñas. Su diversificación proporciona una mayor libertad de opinión y contribuye de una forma decidida a la transmisión de nuestra cultura.

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