Abr 28 2021

Tecla Lumbreras, Gestión Cultural, Premios Asociación MAVEntrevista: Mariola Aguilar Fotos: Archivo personal Tecla Lumbreras y Mariola Aguilar

Una vida gestionando la oferta cultural para llegar a todos los públicos. 

Nos acompaña Tecla Lumbreras, gestora y dinamizadora cultural. La entrada del Arte más provocador e interesante en nuestra ciudad se liga en las últimas décadas a su nombre. Desde galerista del Colegio de Arquitectos, a Vicerectora de Cultura y Deportes, Vicepresidenta de la Alianza Francesa de Málaga o profesora de la Facultad de Ciencias de la Información, su trabajo ha gozado siempre de sello propio y carismático. En estas líneas, nos acercamos a su faceta más personal.

Tecla Lumbreras, Gestión Cultural, Premios Asociación MAVÁforoLibre: Hace pocas semanas recibiste, junto a Maite Méndez, el premio por tu trayectoria como gestora cultural feminista otorgado por la Asociación de Mujeres en las Artes Visuales. ¿Cómo lo has vivido?

Tecla Lumbreras: Para mí, ha sido muy especial este reconocimiento. Es necesario dar visibilidad al trabajo de las mujeres en el campo artístico. Casi el 75% de estudiantes de carreras relacionadas con el Arte son mujeres, tanto en Bellas Artes, Historia del Arte, Restauración,...en los equipos de los Museos, la mayoría son mujeres y, sin embargo, los cargos directivos siguen ocupados por hombres y en las salas no hay obras de mujeres artistas. Hay un techo invisible que sigue estando y se sigue manteniendo, por eso es muy importante seguir trabajando para cambiar las cosas.

Inicios en París

A.L.: ¿Cómo te adentras en el mundo del Arte que ha acompañado toda tu carrera y vida?

T.L.: Me fui a París y para mí fue la mejor Universidad informal que yo he conocido. Primero limpiando oficinas en una productora de películas series B y en una casa de subastas. Yo flipaba. Si contara todo lo que yo veía que tiraban a la basura...estaba enamorada de todo aquello. Me fui con mi compañero de facultad que era guitarrista y pensó en probar a tocar en el Metro y volvió con la funda de la guitarra llena de francos y dijimos para qué seguir limpiando oficinas. Desde nuestra ventana veíamos el Centro Pompidou. Allí ví a Dalí repartiendo panfletos en una antológica que hacía en solidaridad con los trabajadores del centro que estaban en huelga. Fueron muchos los espectáculos. Me habría quedado allí porque nos salieron trabajos: José Miguel tocaba la guitarra con un inglés que tocaba la flauta en el Metro y fueron contratados por una chica millonetas que los contrataba para tocar en las cenas con sus amigos, como en el s. XIX. También los contrataron como modelos mientras tocaban en la facultad de BBAA y para dar clases de español. E incluso estuvimos tentados de ir a Nueva York, pero volvimos a Málaga porque si seguíamos iba a ser más difícil volver.

Tecla Lumbreras, Gestión Cultural, Premios Asociación MAVEn Málaga me puse a dar clases de latín y de griego en una academia y una compañera de clase me dijo que había un colectivo de artistas, el Taller 7/10 en C/Beatas, que necesitaban a alguien para vender las carpetas de grabados y yo dejé las clases y me fui al taller. Montamos incluso un espacio de exposiciones dentro del taller e hicimos cosas muy divertidas de música y video clips...cosas que entonces no se hacían. Entonces se daba o que se da ahora: la falta de infraestructura e hizo que los propios creadores montaran sus propios espacios...estaba el Taller Gravura, 7/10 y el Colectivo Palmo. Llevaba dos años en el taller y fui a una inauguración del colectivo Palmo y llegaron José Ignacio Díaz Pardo y M.ª Eugenia Candau y me propusieron si quería llevar la galería del Colegio de Arquitectos. Me preguntaron cuánto ganaba en 7/10 y yo como era muy inocente, les dije que 20.000 pesetas y me propusieron pagarme el doble...así estuve un montón de años ganando 40.000 pesetas...Fueron los mejores años de mi vida porque me dejaron hacer lo que yo quería: desde llevar un bar que había en Torremolinos y la clientela. Era un bar muy pequeñito que se había montado en los 60 y desmontamos todo el bar y lo montamos en el Colegio. Las paredes estaban llenas de recuerdos de sus clientes. De galerista me convertí en constructora de un bar. Todas las noches venían a la galería toda la clientela. Marcos, el propietario inglés del bar, decía que su clientela era una gran familia de ovejas negras. Hicimos otra historia que era adornar el cuerpo y el espacio: fisioculturismo, tatuaje y maquillaje. Era todo muy loco y divertido...Todo ésto que era muy pop lo hizo el Reina Sofía o en París veinte años más tarde. Como decía Miguel Fernández que fue el Director de Centro Galego de Arte Contemporáneo, más allá de Madrid y Barcelona, hubo dos centros que fueron Málaga y Vigo que vivieron su particular movida y Málaga fue con el Colegio de Arquitectos y venía gente desde 14 años en adelante.

Ganas de cambio

A.L.: Un momento en el que había muchas ganas de cambio y apertura.

T.L.: Pasábamos del blanco y negro al color y todo era diversión...Ganábamos lo suficientemente poco como para garantizarte colegas poco decentes. Todos estábamos en la movida y lo hacíamos todo: repartíamos desde los flyers hasta hacer el montaje.

A.L.: ¿Cómo recibía el público de ese momento estas propuestas?

Tecla Lumbreras, Gestión Cultural, Premios Asociación MAVT.L.: El público estaba encantado...la gente tenía ganas de divertirse y queríamos disfrutar. Las inauguraciones del Colegio estaban a tope y en un principio teníamos la dificultad de que la gente estaba acostumbrada a moverse por el centro.

A.L.: Una constante en lo que haces es que te diviertes...le pones ese sello personal.

T.L.: Lo hago porque me apasiona la Cultura, pero también me apasiona la gente. Yo me creo que tengo veinte años y soy una anciana. El otro día me llamó un antiguo becario que estaban grabando un videoclip de un grupo de los 80 y quería que hiciera de señora mayor antigua y al principio me sentó de lo peor... pensé que qué decía si yo era más moderna que él...Ahora todos son muy respetuosos y piden permiso para todo y nosotros para nada. Luego, en la grabación, me lo pasé genial y fue también Javier Ojeda que salía de camarero. Y me lo pasé de puta madre porque te dan como un chute de vida.

Contenedor Cultural y UMABarbaridad: nuevas propuestas para jovénes

A.L.: ¿Cómo nace la idea del Contenedor Cultural de la Universidad de Málaga?

T.L.: Tenía claro que era un espacio que tenía que dirigirse a la comunidad universitaria. Doy Comunicación Cultural y al preguntarles a mis alumnos qué era la Cultura para ellos, una alumna me dijo que era algo aburrido y dije “¡Cómo qué aburrido...os vais a enterar!”...Hicimos el lema UMABarbaridad con marketing de guerrilla por las clases subiéndose a las mesas de los profes...Yo les decía que con la Cultura se intercambiaban apuntes y siempre se ha ligado, pero ellos asociaban la Cultura con la Cultura de élite. Cuando les preguntaba si habían ido a Museos, contestaban que en el colegio o en el Instituto y lo veían como algo aburrido. Ellos son el público del futuro y necesitamos que empiecen a acudir a las salas porque no siempre vamos a estar los de ahora. Es importante que descubran lo que el Arte les puede aportar y se diviertan. Yo al principio era Vicerectora de Cultura y Deportes y copié de los franceses que a los deportistas cuando ganaban, en vez de darles un trofeo, les daban una obra de un artista o una entrada a la ópera o a un concierto. Se sabe que cuando los niños acuden a la ópera, flipan. En el Contenedor Cultural estamos atentos a lo que demandan y a los intereses del público joven...Si les gusta el trap, ponemos trap, aunque también música clásica.

Un apellido ligado a la creatividad artística

A.L.: Una cosa que llama la atención es que el apellido Lumbreras se asocia a creatividad...¿Cómo era el ambiente familiar?

Tecla Lumbreras, Gestión Cultural, Premios Asociación MAVT.L.: Mi padre era del País Vasco, pintaba y leía muchísimo. Mi casa estaba llena de cuadros. Mi madre era de ascendencia alemana y era mucho más moderna...Su hermana, mi tía Fina, era artista y había dado clases con la hija de Ferrándiz. Mi tía Fina Krauel era súper creativa...cuando llegaba la Pascua pintaba los huevos de Pascua y los escondía por el jardín, nos hacía la casa de muñecas con todos los muebles y se inventaba juegos. En la casa de mis padres, hay unos cuadros maravillosos de ella. Por parte de mi madre y mi padre había mucha creatividad y muchos libros. Mi madre tuvo nueve hijos y era muy creativa. Hacía unos arreglos florales preciosos y unas meriendas…era como La habitación propia de Woolf. Ella me decía que estudiara y fuera independiente y si me casaba, cuanto más tarde, mejor. Cuando me llamaban los niños, me los espantaba por teléfono diciendo que estaba estudiando. Mi hermano Juancho tenía una biblioteca estupenda y con catorce años leía libros europeos: Herman Hesse, El cuarteto de Alejandría,...En realidad, no sé lo que entendía de todo aquello y me gustaría volver a leerlo.

A.L.: Y algo queda...al menos, la curiosidad.

T.L.: Siempre he sido una gran lectora...Mi padre nos compraba comics que primero leía y todos estábamos esperando a que terminara para leerlos. Recuerdo que estudiaba en un colegio de monjas y ponía los libros encima del pupitre y una monja dijo que me creía una intelectual por leer el Werther de Goethe y llamó a mi madre porque decía que leía libros ateos. Había otra monja que estaba empeñada en que me fuera de misionera porque tenía el don de llevarme bien con las niñas buenas y malas.

Por amor al Arte, sí, pero cobrando dignamente

A.L.: Como gestora cultural, ¿cómo crees que se puede apoyar a las creadoras y creadores en el momento actual, un sector que está siendo uno de los más castigados?

T.L: Habría que ayudar económicamente al sector. Cuando me he enterado de las ayudas que se dan a las cofradías, me he quedado flipando. Los artistas han sido de los más generosos y empáticos durante la pandemia. ¿Qué hubiéramos hecho durante el confinamiento sin los libros, sin la música, sin las visitas a los Museos,…? Y luego se olvidan de ellos y del sector de la Cultura. En un país donde se vive del binomio Ocio-Cultura, te quedas alucinando de que recorten lo primero de la Cultura. Ya está bien del estereotipo de que los creadores lo hacen por amor al Arte...¡ya está bien!...También pagan sus facturas, llevan a sus hijos al colegio, el alquiler, la luz, el teléfono, comprar comida,...Evidentemente, las Administraciones han de apoyar, pero también la ciudadanía tiene que ser consciente de que la Cultura no solo es entretenimiento y es fundamental para construir el relato de un país. Los artistas son capaces de ver cosas que los demás no vemos y en cualquier campo del saber es importante ser creativo para aportar. En Viena son los ciudadanos los que están manteniendo los espacios culturales. No solo es pagarle al cantante, sino todo el equipo que hay detrás. La gente solo ve que quienes nos dedicamos a esto lo disfrutamos mucho, pero hay mucho trabajo detrás. Cuando estaba en Galería Central, uno de los trabajos era montar una exposición para ver todo lo que conlleva.

Tecla Lumbreras, Gestión Cultural, Premios Asociación MAVA.L.: ¿Hay algún trabajo o proyecto que haya sido realmente especial para ti? Me imagino que es muy difícil elegir

T.L.: La Galería Central en la Facultad de Ciencias de la Información fue uno de los proyectos más emocionantes y los alumnos estaban entusiasmados sin recibir créditos de asignaturas a cambio de colaborar y muchos alumnos se dedicaron al Arte. Fue una etapa muy bonita, pero ha habido muchos proyectos interesantes.

A.L.: Siempre pedimos una recomendación cultural. ¿Te animas?

T.L.: Con la pandemia he leído muchísimo y estoy enganchada al canal SunDance de cine independiente. Para los amantes de los libros, recomendaría el libro precioso El infinito en un junco de Irene Vallejo o Musas, mecenas y amantes. Mujeres en torno al surrealismo de Victoria Combalia sobre las mujeres del periodo de entreguerras para que se vea lo modernas que eran. Pero ahora mismo estoy leyendo un novelón que es Retrato de una dama de Henry James que lo leí hace mucho tiempo y lo estoy disfrutando. Es una joya y da una visión de las mujeres del XIX muy moderna. Como se empeñan en buscarle un marido y ella quiere viajar y ser independiente hasta que la encierran en un matrimonio.

A.L.: Un placer, Tecla, compartir ratos siempre contigo. ¡Gracias!

Nota de la editora: A lo largo de la hora de conversación, ni un minuto ha perdido el brillo en la mirada de quien le apasiona lo que hace y se divierte en esto de vivir.

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