Dic 1 2015

Francisco Félix CaballeroDespués de un brece espacio de tiempo sin acercarnos a las palabras de nuestros poetas y poetisas de Málaga o apadrinados por nuestra provincia, retomamos nuestra entrevista “tipo” de Aforo Libre que sigue la madeja y la maraña. Para esta ocasión traemos hasta nuestras paginas virtuales las palabras de Francisco Félix Caballero.

Texto: Miguel Ángel Barba | Fotos: aportadas por el autor

Aforo Libre: ¿Para qué "no sirve" la poesía?

Francisco Félix Caballero: Iba a decir que para pagar las facturas, pero parándome a pensar unos segundos creo que esa sería una respuesta demasiado simple, como para salir del paso. Se me ocurre que la poesía sirve para muchas cosas: para reflexionar, para hacer reflexionar, para desahogarse, para emocionar, para unir, para reunir, para encontrar consuelo, para viajar, para experimentar nuevas experiencias, para conocer a mucha gente, para que te conozcan; en definitiva, para vivir. Sí, después pueden existir situaciones para las que la poesía no sirva o no esté relacionada con ellas, pero quizás no sean tan importantes como creemos.

A. L.: ¿Cómo llegaste a la poesía y cuáles fueron tus comienzos... Tus primeras lecturas y tus primeros pinitos?

 Francisco Félix CaballeroF. F. C.: Yo creo que uno no se planta un día y dice que quiere ser poeta. Uno no llega a la poesía, es la poesía la que en un momento dado le llama y ya no tiene escapatoria. Supongo que sería un día cualquiera, con alguna rima absurda. Luego con el tiempo vas perfeccionando la técnica y quiero creer que escribiendo mejor. Mis primeras lecturas de poesía supongo que serían de algún título de poesía infantil, quizás algo de Ana María Matute o alguna fábula de Esopo y Samaniego.

A. L.: ¿y después... pasaste por colectivos poéticos, revistas...?

F. F. C.: Después el tiempo fue pasando y yo continué escribiendo de manera puntual, de una forma dispersa pero procurando volver siempre a la poesía. Nunca estuve una larga temporada sin regresar, pero es cierto que tampoco formaba parte de mi día a día. Era una afición, pero que convivía con los estudios y después con mi profesión. Y en esa convivencia, la poesía era la que siempre cedía todo su espacio y se adaptaba a las conveniencias del otro. Publicaba en algunas revistas de forma puntual pero nunca formé parte de un colectivo. Siempre he sido demasiado ingenuo en ese aspecto, creía en el poder del individuo más allá del grupo. Con el tiempo, he aprendido que en el mundo de hoy es prácticamente imposible lograr cualquier objetivo si no estás asociado con alguien. Y en poesía, estás perdido si no cuentas con una red que te apoye en las presentaciones de tus poemarios o en los recitales a los que asistes.

A. L.: ¿Dónde has publicado y qué hasta ahora...?

F. F. C.: Estoy aún empezando, aunque realmente en la poesía y en el oficio o la pasión de escribir siempre estás partiendo de cero. Acabo de publicar en 2015 mi primer poemario, La resurrección de los muertos (Éride Ediciones). Con anterioridad, he publicado versos en distintas ediciones del Cuaderno de Profesores Poetas y en alguna que otra revista. Recientemente, tras la publicación de mi primer libro y tras realizar una serie de actos de presentación del mismo, he participado como autor novel en el homenaje a Pilar Paz Pasamar realizado en la Sala de Conciertos María Cristina, dentro del Ciclo “Versos en Unicaja”; y he tenido también el honor de participar en el Ciclo “Voces compartidas”, organizado por la Asociación Colegial de Escritores y celebrado en el Liceo de Málaga.

A. L.: Dicen algunos que poeta no es solo quien escribe, sino también quien vive como un poeta... O dicho de otra forma, la poesía no solo se escribe sino que se vive, ¿o habría que decir que se sobrevive a ella...? o ¿quizá sea un mito?

F.  F. C.: Yo estoy de acuerdo en que la poesía termina siendo una forma de vida, y le dedicas un tiempo a ella que quitas a otras cosas. Todas esas frases tienen algo de verdad. La poesía que se escribe hay que sentirla también, porque si no estás engañándote a ti mismo y por extensión a los lectores. Y sí, uno ha de ser capaz de sobrevivir a ella. La poesía, como la literatura en general, es una de las cosas que dan sentido a la vida, pero no la única.

 Francisco Félix Caballero

A. L.: ¿ y... cómo es el día a día de un poeta?

F. F. C.: De momento, con un poemario publicado, yo puedo decir que he escrito un libro de poesía, pero aún me falta mucho para poder ser considerado poeta. Es una palabra que me impone mucho respeto. El poeta le tiene que encontrar al día a día de una persona normal las horas y minutos necesarios para escribir, y también para leer. Si un buen día decides que ya has leído lo suficiente, estás perdido. Y acabado.

A. L.: ¿En qué se diferencia un poeta de una “persona normal”?

F. F. C.:  Yo soy de los que piensa que un poeta es también una “persona normal”. Depende de en qué estén basados los parámetros de normalidad, que son cambiantes en función de los intereses y aficiones de quien utiliza esa expresión. Cuando escucho la expresión “Era una persona normal”, me viene a la cabeza la sección de sucesos del Telediario. Un poeta puede tener una sensibilidad especial hacia el mundo que le rodea, puede mostrar un mayor interés hacia ese mundo y sus problemas, pero tiene las mismas necesidades fisiológicas que el resto.

A. L.: ¿Cuál es tu rutina, tu mecánica y tu método de escritura?

F. F. C.: Creo que en poesía es muy difícil seguir algún tipo de rutina. A veces sería más sencillo tener unos horarios, un espacio fijo, pero esto no es ni debe ser un trabajo de oficina. En mi caso, escribo cuando me siento inspirado y cuando siento que tengo cosas que contar. Si no, me dedico a otra cosa. En cuanto al contenido y el método, apuesto en general por la musicalidad sin rehuir el verso libre, y me gusta que los versos encierren una historia detrás.

A. L.: ¿Eres de los que llevan siempre un block o papel para ir anotando todas aquellas ideas que van surgiendo da igual donde se esté? ¿Piensas como Pablo Picasso que "la inspiración existe pero tiene que pillarte trabajando.. o como Umberto Eco que "Nada es más nocivo para la creatividad que el furor de la inspiración"?.

F.  Francisco Félix CaballeroF. C.: Me identifico más con la frase de Picasso, aunque creo que hoy en día la poesía te permite otras maneras de trabajar que no te permite, por ejemplo, la pintura. Con el lienzo no puedes cargar, pero con un cuaderno o con un dispositivo electrónico, sí. En mi caso, escribo en una nota o grabo un audio con el móvil. Ya en casa, sobre la mesa, le doy una vuelta y hago las correcciones y modificaciones necesarias para quedar satisfecho con el resultado.

A. L.: ¿Cómo nacen tus ideas... Piensas que las ideas "inspiradoras" solo nacen de las vivencias y estímulos que recibes y vas construyendo a lo largo de tu vida... O pueden fluir cuando menos te lo esperas incluso sin tener nada que ver con tu entorno y vivencias?

F. F. C.: Creo que ambas cosas. Por una parte, muchas de las cosas que escribes las has vivido y sentido previamente. Soy de los que piensa que son las experiencias las que te hacen escribir mejor y tratar más temas. Pero no sólo las experiencias propias, también las ajenas. Hay historias que surgen observando a otras personas, eso pasa en todos los géneros literarios.

A. L.: ¿Cuáles son tus referentes a lo hora de escribir, "tus temas", de qué cosas escribes o puedes escribir y de cuáles no, nunca, jamás...?

F. F. C.: Escribo sobre todo de aspectos relacionados con la vida cotidiana, a veces desde el prisma del perdedor, cuya historia me ha interesado siempre más que la del triunfador. En La resurrección de los muertos, el poemario que acabo de publicar, el tema fundamental del libro es la dicotomía existencial que conforman vida y muerte. En ese libro, como en otras publicaciones que he llevado a cabo, hay poesía intimista, tal vez mística y también social. Siempre intento ser respetuoso en mis planteamientos; no me gusta escribir versos que ridiculicen las creencias de un determinado grupo de personas.

A. L.: ¿Tus influencias son fácilmente identificables, se asoman o dejan ver en tus versos o son adecuadamente controladas para que lo que surja finalmente sea una forma identificable, un todo representativo claramente personal?

F. F. C.: Al final, en el cómputo global, yo creo que se termina reflejando una identidad personal, una marca propia. De eso se trata, si no simplemente estarías versionando a otra persona. Pero evidentemente, cualquier escritor está influenciado por sus lecturas. Y en algún punto acaban por aparecer. Creo que las lecturas de los autores de la Generación del 27 me han influenciado bastante, así que podría haber algo de ellos en los poemas que he escrito. Y estaría orgulloso de que así fuera.

 Francisco Félix Caballero

A. L.: ¿Buscas la creación de estructuras para tus libros, o escribes poemas de manera libre y el tiempo ya dirá o terminará destapando elementos y descubriendo aspectos que conforman unidades o relacionan entre sí a diferentes poemas?

F. F. C.: Busco contar una historia particular en cada poema y que luego esas historias guarden una relación con el tono general del libro, del poemario. No obstante, el tiempo y sobre todo los lectores terminan por descubrir otros elementos y aspectos que yo había pasado por alto en un primer momento. Me ha pasado, de hecho, al leer alguna reseña. A veces los lectores pueden acabar por conocer más al autor que el autor mismo.

A. L.: En plena sociedad de la inmediatez y la prisa, ¿de dónde saca tiempo un poeta para escribir...?

F. F. C.: Es muy complicado, porque yo creo además que la poesía no guarda ninguna relación con la inmediatez o la prisa. Otras cosas sí, pero la poesía no. Por otra parte, el tiempo es el mayor valor; y si existieran bancos que guardasen el tiempo, que nadie dude que habría más ahorradores de tiempo que de dinero. Generalmente, un poeta subsiste por medio de otra actividad profesional, así que tiene que sacar tiempo de otras aficiones, de otros compromisos, de la familia, de los amigos, para dedicárselo a la poesía.

A. L.: ¿Es o debe ser un poeta un comprometido con su tiempo... un militante de algo... implicarse socioculturalmente, piensas que la poesía debe ser "un arma cargada de futuro", o se puede ser poeta sin dejarse llevar por lo que acontece...?

 Francisco Félix CaballeroF. F. C.: Hay temas sobre los que uno escribe que son atemporales, pero ignoro si se puede escribir siendo completamente ajeno al mundo en que se vive. Yo no sería capaz. Creo que un buen poemario tiene que tener su dosis de compromiso social; si haces un poemario que trata aspectos vitales, tienes que reflejar de alguna forma la soledad y el aislamiento que padecen distintos sectores de la sociedad. Por definición, y porque le conviene, creo que el poeta está de alguna manera implicado socioculturalmente.

A. L.: Pablo Neruda dijo que: La Poesía no es de quien la escribe sino de quien la usa... ¿Podríamos ligarla con la pregunta anterior, no?

F. F. C.: Sí, y en ese caso sí que sería un arma de futuro. Esa frase de Neruda yo la asimilo también a que son los lectores los que le dan vida al poema y también al libro. Sin ellos, lo que has escrito no sirve de nada.

A. L.: ¿Es cierto eso que pienso a veces... que la poesía nos acorrala en un rincón de nuestras conciencias... hasta que escribimos y es entonces cuando nos deja escapar y nos libera... aunque solo sea por unos instantes, hasta que volvamos a sentirnos de nuevo atrapados por ella?

F. F. C.: Puede ser. Yo a veces tengo la sensación de que la poesía juega con nosotros y nos usa a su antojo. Aunque intentes desconectar por un tiempo porque necesitas atender otras ocupaciones, terminas por volver antes de que finalice el plazo de desconexión que te has marcado. Es como esa llamada en la que, aunque no queramos y la razón nos lo desaconseje, terminamos por descolgar el teléfono.

A. L.: ¿Será verdad eso que dicen que la poesía solo la compran los poetas?

F. F. C.: Yo aquí diría que no, por experiencia propia. Conozco a mucha gente que no escribe poesía y disfruta leyendo poesía, y me atrevería a decir que saben y entienden más de poesía que algunos poetas.

A. L.: ¿Qué lee un poeta como tú que no se haya leído ya...?

F. F. C.: Un poeta como yo tiene que leer aún muchas cosas si quiere ser llamado alguna vez poeta. Cada lectura es un aprendizaje nuevo. Evidentemente, no se puede leer todo por una simple cuestión de tiempo. Por ello, hay que llevar a cabo una ardua labor de elección previa. Hay muchos libros, muchos autores y sobre todo muchas editoriales intentando vender su mercancía. No se puede confiar esta elección a las editoriales, porque sus intereses no tienen por qué ser los mismos que los del lector.

 Francisco Félix CaballeroA. L.: ¿Está tocada y herida la poesía... o está más viva que nunca?

F. F. C.: Yo creo que está viva, como siempre lo ha estado. Se demuestra en los recitales y en el flujo de gente que acude a ellos. No será una gran masa de gente, pero son un grupo fiel con el que se puede contar siempre. Juntar un día laborable a más de 50 personas de distintas edades en un local para hablar de una cosa que no sale en las noticias tiene mucho mérito. Y eso es así semana tras semana, en distintos actos que se organizan en nuestra ciudad, en Málaga. Con todo, es una situación manifiestamente mejorable porque el gran público es ajeno a su existencia, dado que consume sólo aquello que le ofrecen. No puedo decir que la poesía esté más viva que nunca, porque hubo tiempos en los que la poesía se leía en las escuelas o había estantes específicos para ella en las librerías.

A. L.: ¿Es posible la poesía colectiva o es más bien un acto "íntimo y discreto"?

F. F. C.: Yo creo que el poeta necesita de la fuerza del colectivo para aprender, para sentirse arropado, para contar con un espacio donde darse a conocer. Pero la poesía tiene que ser individual, porque al fin y al cabo es un sentimiento y una reflexión personal, aunque después pueda ser compartida.

A. L.: ¿Cómo ves el nivel y la calidad de la poesía actual? Hay muchos poetas jóvenes contemporáneos, ¿cuáles destacarías o sientes más cercanos, cuyas obras poética te parecen más destacables o incluso más cercanas a la tuya?

F. F. C.:  No me veo capacitado para juzgar el nivel o la calidad de la obra de otros escritores. Tengo una corta trayectoria y muchas cosas que aprender como para ponerme a criticar a alguien. Por supuesto, tengo mis gustos personales; pero eso no quiere decir que no estén equivocados. Hay muchos poetas contemporáneos, jóvenes y no tan jóvenes, que me emocionan con algunos de sus poemas y aún más cuando los recitan. Prefiero no dar nombres porque en las listas siempre termino por olvidar a alguien, y porque creo que es importante dejarles trazar su propia trayectoria antes de emitir un juicio de valor.

 Francisco Félix CaballeroA. L.: Volviendo al principio y a los orígenes, esos que nunca deben ser olvidados porque suponen nuestras referencias primigenias... ¿Algunos poetas de los de siempre que son imprescindibles y nadie debería dejar de leer nunca?

F. F. C.:  En España tenemos una gran tradición poética que a veces no conocemos demasiado bien. Creo que deberíamos empezar por ellos. Si tuviera que decir algunos de mis imprescindibles, serían Góngora, Lope de Vega, Antonio Machado, Lorca o Miguel Hernández. Me paro ahí. Hay muchos más. De fuera de España, siempre me deslumbró la musicalidad de Rubén Darío. Hablo en todo momento de poesía en lengua española, que es de la que me siento más capacitado para opinar.

A. L.: Y regresando al presente: ¿Algunos poetas actuales o contemporáneos que son imprescindibles y nadie debería dejar de leer nunca?

F. F. C.:  Por ejemplo, Pilar Paz Pasamar, una figura clave en la poesía andaluza de la segunda mitad del siglo XX. También Mario Benedetti y José Agustín Goytisolo son para mí figuras imprescindibles de esa segunda mitad del siglo pasado. El siglo actual no ha hecho más que empezar: hay muy buena poesía en él, pero hay que esperar aún para hacer valoraciones y poder considerar imprescindible a algún autor.

A. L.: ¿Quién crees que deberíamos entrevistar para este espacio dedicado a la poesía y qué pregunta le harías?

F. F. C.: A Antonio Gómez Yebra, que además de escritor es catedrático de Literatura Española en la Universidad de Málaga. Le preguntaría si considera que la poesía está recogida de forma adecuada en los diseños curriculares de la enseñanza secundaria.

A. L.: Agradecemos a Francisco su participación en nuestra red de entrevistas

F. F. C.: Gracias a Aforo Libre por esta entrevista. Un abrazo a todos los lectores.

Web del libro La resurrección de los muertos: http://erideediciones.es/la-resurreccion-de-los-muertos/
Contacto: Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla
Twitter: https://twitter.com/LRDLM_Caballero

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Tal vez (Extraído de La resurrección de los muertos)

Tal vez me lleve tiempo acostumbrarme
a vivir sin los fantasmas que creé,
a ponerme la careta cuando hable,
a dejar de ser la mosca en el pastel.

A sonreír, a ser tú mismo, a no ser nadie,
a creer en todo aquello que tú crees,
a mantener los pies sobre el alambre
que separa el falso aprecio del desdén.

A callar, a gritar, a intentar
silenciar al viento que viene a despertarme;
a no pedir nada a una estrella fugaz,
a respirar lo que algunos llaman aire.

A no tener juicio y aprender a juzgar,
persiguiendo intereses pero nunca sueños;
a dormir bajo techo contra mi voluntad
porque un mercader le ha puesto precio al cielo.

Olas

La lluvia, el mar, la soledad,
el cielo púrpura, las olas,
la tierra prometida de otro amanecer
enterrado entre las sombras.

El viento, una canción, un ademán
de rasgar el aire con los dedos,
el sonido efímero de la gravedad,
la voz desnuda y ronca del silencio.

Olas que vienen y van
al compás del suave Sol de mediodía.
Olas que se funden con el cielo
en el crepúsculo de la tarde.

Olas que vienen y van,
meciendo un sendero que nunca termina;
ríos de gente buscando algo en que creer,
una sonrisa que les devuelva la vida.

Olas que vienen y van,
castigando ilusiones.
Barcas hundidas,
cuerpos sin nombre.


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