12/05/2017. Ateneo de Málaga.
Entrevista: Javier Rodríguea Barranco | Fotos: Laura Fernández Pereiro
La escritora y periodista malagueña Lola Clavero acaba de publicar en la editorial Alhulia su novela La confesión nefanda del asesino improbable, que se ha presentado en el Ateneo de Málaga el 12 de mayo pasado.
Con tal motivo, entrevistamos a la autora Lola Clavero.
Aforo Libre: Buenas tardes, Lola, tu novela lleva por subtítulo Una novela negra de humor o una novela de humor negro. ¿Por qué una novela negra?
Lola Clavero: Porque los crímenes sin resolver, que se dan en un pequeño pueblo de la Axarquía, tienen un peso importante en la trama. Son su desencadenante y su leitmotiv, aunque luego derive a otros temas.
A. L.: ¿Por qué humor negro?
L. C.: El humor es una constante que se da hasta en las situaciones más trágicas de la novela y especialmente en ellas. Lo utilizaron Jardiel Poncela, Miguel Mihura, Ramón Gómez de la Serna y García Pavón en sus obras policiales y hasta Shakespeare cuando introdujo a los socarrones enterradores en la tragedia Hamlet. O sea, que ya tiene su tradición. No me he inventado nada.
A. L.: El protagonista de tu novela, el padre Manuel, es devoto de las novelas de Dolores Redondo. ¿No sería más lógico, dada su edad, que lo fuera de Manuel Vázquez Montalbán y su inspector Carvalho?
L. C.: Dolores Redondo, con su trilogía del Baztán, es hoy mismo la reina de la novela negra en España y la siguen millones de lectores de todas las edades con verdadero fervor. Hasta se podría hablar de cierta “Redondomanía”. Y lo digo desde la admiración; hace falta tener mucha empatía para captar a tan amplio sector del público.
A. L.: Optas también como referente por el padre Brown. ¿Prefieres, pues, la escuela británica de novela policial sobre la americana con personajes míticos como Philippe Marlowe o Sam Spade?
L. C.: Sin duda, Chesterton tiene una sutileza de la que carecen otros autores americanos. Sus novelas policiales no son sólo policiales, sino, en ocasiones, filosóficas y hasta líricas. Del padre Brown es loable su perspicacia, pero también su gran humanidad, ésa es la onda que yo quería emular, aunque también adoro a una autora americana de novela negra, Patricia Highsmith, a la que cito varias veces en la novela, por sus bien logradas incursiones en el psicoanálisis y el tratamiento del perfil psicopático. Pocas novelas negras han podido llegar al nivel de El talento de mister Ripley.
A. L.: ¿Cómo se te ocurre la idea de esta novela ambientada en la Axarquía?
L. C.: La Axarquía tiene un aura inspiradora. Fue refugio de legendarios bandoleros y terreno propicio para las intrigas y los crímenes pasionales, aunque allí la gente es discreta y reserva el comentario de tales sucesos para su ámbito doméstico en charlas de mesa camilla.
Yo conozco bien esta zona, porque mis padres, abuelos, bisabuelos y toda mi progenie procede de allí y esas oscuras historias me llegan de primera mano, como también el caso del que trato en la novela y sucedió hace pocos años.
A. L.: Pero yo creía que en la Axarquía nunca pasaba nada memorable.
L. C.: Pasan muchísimas cosas, pero sus pobladores, ya he dicho que son muy reservados, como también lo eran los personajes de Cumbres borrascosas.
Los lugares más aislados y aparentemente tranquilos son, a la postre, los más inquietantes. La trama de Bodas de sangre se dio en un pequeño pueblo de Almería, no tendría cabida en una gran ciudad.
A. L.: Básicamente, la novela es un cara a cara entre el cura y Enrique, dos individuos bastante singulares, que muy bien podían haber tenido cabida en tu magnífico libro de relatos Masculino singular. ¿Qué te animó a dedicar a esos personajes la extensión de una novela?
L. C.: Llegaron con oportunidad en el momento en que quise dar el salto a la novela y les tomé cariño. Aunque parezca raro, los dos tienen mucho de mí misma.
Son torpes, desvalidos, inadaptados y curiosos y les traiciona su ingenuidad frente a un mundo que no comprenden ni les comprende a ellos.
A. L.: Desde el punto de vista de la técnica narrativa, observo muy poca saña y mucha ternura en La confesión nefanda del asesino improbable. ¿Es ésa, es decir, la ternura, una de tus señas de identidad?
L. C.: Me temo que sí. Soy incapaz de entender la maldad y muy proclive a apreciar el lado bueno de cada ser humano. Por eso, no puedo ensañarme con mis personajes, sus debilidades me terminan conmoviendo.
Estoy muy lejos de la perfección y me es imposible ser juez de las imperfecciones humanas. Yo también soy humana e imperfecta y en los imperfectos humanos encuentro a mis amigos y aliados, sean personas o personajes.
A. L.: ¿Qué nos puedes adelantar del personaje de Paquita, divertidísimo, por cierto? ¿Tiene algún referente en la vida real?
L. C.: A Paquita la conozco personalmente. Es una persona maravillosa y llena de energía. No tiene pasado oscuro, aunque yo me lo inventé para hacer misterioso al personaje. Espero que me perdone esta licencia literaria.
A. L.: Vivimos en la cultura de las sagas, las secuelas, las precuelas, etcétera, etcétera, etcétera. ¿Prevés más novelas del padre Manuel?
L. C.: Si me las piden, sí. Yo por los lectores hago lo que sea, aunque no era la idea. No planeo lo que escribo ni nada de lo que mueve mi vida. Me dejo llevar por los impulsos del corazón. Así que si los lectores quieren que el padre Manuel vuelva a la acción, lo haré, y, si no, me pondré a otra cosa.
A. L.: Y por fin, hablando en términos generales, ¿qué puedes adelantarnos de tus proyectos literarios a corto o medio plazo?
L. C.: El año próximo volveré a publicar dos libros, uno infantil y otro de relatos. Los dos ya están escritos y los estoy revisando. En lógica evolución, creo que es lo mejor que he escrito hasta ahora, pero no lo mejor que escriba en mi vida. Si la vida me regala más años, podré publicar esa novela, en la que ahora me estoy documentando, gracias a la ayuda inestimable de ese pedazo de escritor, compañero y amigo que es Alfonso Vázquez, y rendirle el homenaje que se merece a mi ciudad, Málaga. Se lo merece. Yo que he viajado por tantos lugares, puedo decir con conocimiento de causa y sin chovinismo, que esta ciudad es la mejor del mundo. Por original, creativa y entusiasta. Y la idea es que se sepa, dejar constancia, y que nadie en el extranjero pierda la ocasión de pasar algunos días de su vida en nuestro paraíso.
Muchas gracias por esta entrevista que, con estas preguntas tan inteligentes, han permitido expresarme tal como soy. ¡¡¡Os quiero!!!
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