Texto: Paco Bernal | Fotos: web
Meliveo es un hombre muy consciente de la situación actual. Da otro trago a su lata de refresco, una última calada a su purito, miro el cenicero y veo que es el segundo. ¿Cuándo apagó el primero y encendió este? Cuando le pido que opine sobre el momento presente en el cine reflexiona veinte segundos y se arranca demoledor, me apunta con su índice…
el momento político y económico ha dejado al cine sin nada. Ahora mismo estamos como 15 o 20 años atrás. Lo que no entienden ni políticos ni público, es que la cultura es como un árbol y si tenemos un roble de cuarenta años y se nos muere, después, por mucho que reguemos no vamos a tener nunca más ese roble. Vamos a perder una generación en el cine. El problema es de financiación, no de creatividad. No paro de ver talento de gente nueva. Y ahora con la democratización de los medios audiovisuales, su abaratamiento, la creación de cortos está más al alcance de la mano. Y respecto a los largos existe un grave problema añadido, el cuello de botella de la distribución. El cine y el teatro son vocacionales pero tú sigues tu vocación hasta cierto punto, hasta que el hambre te empuja a decir que basta y te haces cajero de supermercado o abogado o lo que sea.
El móvil le para en seco. Consulta el número de la llamada entrante, no contesta y me pide que termine.
Acelero y le pregunto por sus preferencias en el teatro y el cine… me gusta ver de todo. Nunca le he hecho asco a ningún género. Para mí no hay géneros ni subgéneros, hay películas. Me gusta desde “Grupo 7” hasta el “Mundo es nuestro”, dos películas brillantísimas. Estoy flipado con la serie House of Cards, de Kevin Spacey. En el teatro, digamos, sí soy más selectivo, si tengo que definirme diría que mi preferencia es la Ópera o el teatro visual-musical. Hay zarzuelas que me encantan. Soy melodramático. Me gusta el melodrama.
Vuelve sonar el móvil. Esta vez si contesta… estoy allí en diez minutos. Le pido dos de esos diez para que valore el momento teatral en Málaga y me hable de sus proyectos.
Responde rápido y seguro… Hay un boom del microteatro en Málaga: gentes que escriben, interpretan, montan, dirigen; en hoteles, en el ateneo, la térmica, en azoteas y bares, dónde sea. ¿Toda esa gente estaba antes trabajando? Creo que no. Se han roto las estructuras. Se han roto las compañías, ya no hay giras, no hay cachet y mucha gente ha quedado suelta y eso ha producido este boom que mezcla amateurismo con profesionales, un batiburrillo. Se mezcla gente profesional con gente amante del teatro. Gentes de largas trayectorias con gentes que están empezando. Y no solo eso, hay muchos que no tienen las habichuelas puestas en esto y cuando esos trabajan, actúan, impiden que un profesional se gane la vida. Las cosas se hacen sin visión de futuro, nada más que, espera, necesito 20 euros. Pero yo creo que hay que apostar más fuerte. Tal vez por eso me encanta el clásico de las Cofradías. Han demostrado que si tienes permanencia en la cartelera creas público.
Y en cambio veo este boom del microteatro sin apuestas de largo recorrido, que es bueno que lo haya, sí, pero no debería ser la apuesta única y definitiva. Eso sería preocupante sobre todo para las generaciones que vienen detrás. Hay en la ESAD unos actores enormes preparados para el musical que tienen un alto nivel, que son capaces de montar Cabaret con una alta calidad. Pero a ver cómo sacan adelante montajes con 12 músicos y 14 en escena. Imposible. No hay giras. Harán la maleta e intentarán entrar en los musicales de la Gran Vía. No hay visos de futuro. Yo estoy también entrando en montajes con ganancias a futuros en porcentajes. Y como autor de musicales lo tengo difícil, tenga la trayectoria que tenga.
Por tercera vez vibra y suena el móvil. Meliveo se levanta impulsado por un resorte. Pulsa la tecla verde... estoy yendo. Tecla roja… tenía que haber puesto un cronómetro. Ha pasado más de una hora de charla. Me levanto y le acompaño hasta la calle para que me cuente sus proyectos mientras bajamos las escaleras y buscamos su ciclomotor… muchos. El corto con MangAncha apunto de terminar. Un comercial en marcha. Un largometraje de producción extranjera que a ver si sale, estoy cruzando los dedos por ello. Y con mi empresa de audiovisuales voy a hacer una grabación para una cantante. Trabajo no falta, remuneración es otra historia.
Ya en la calle comienza a llover, se queja… joder, si me voy a mojar y todo. Se coloca el casco y me tiende una mano enguantada. Guantes con los dedos al aire, que creo no se los ha quitado en ningún momento durante la entrevista. Arranca el motor y sale disparado. Me ronda una frase mientras le observo marcharse, pero no consigo darle forma, retenerla.
Cuando me pongo ante el ordenador lo primero que viene a mi mente es una cita que Meliveo me ha hecho… Romero Esteo me dijo un día: un escritor, y vale para todos los creadores, es una persona que desvela su intimidad, su visión del mundo. Mientras más personal sea llegará a menos gente, pero a la que llegue llegará mas profundamente, mientras más universal sea llegará a más público pero su obra se olvidará más rápidamente.
Y de repente caigo en la frase de la despedida, la que me rondaba cuando le veía alejarse en su moto: Ahí va un compositor, un gran enamorado de la escena y un perfeccionista.
Y estas imágenes lo prueban
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