03/07/2017. Estudio del pintor.
Entrevista: Javier Rodríguez Barranco | Fotos: Laura Fernández Pereiro
Nos recibe Andrés en su propio estudio, lo que no deja de ser circunstancia de gran inspiración y reconocimientoTras los saludos iniciales, comenzamos la entrevista y el trabajo fotográfico.
Aforo Libre: Tus temas por excelencia son la tauromaquia y el flamenco
Andrés Mérida: Bueno, sí, pero también hay una parte de mi obra menos conocida dedicada a la danza o naturalezas muertas, pero sí, la tauromaquia y el flamenco han sido como dos pilares grandes, lo religioso también. Es que se me clasifica en lo taurino y yo quiero que se vaya conociendo otra parte de mi obra, que si no, monto una exposición con otras cosas y parece que no he llevado nada.
A. L.: Bueno, pero mis preguntas van a ser un poco clásicas, ¿Cómo se percibe el flamenco fuera de España?
A. M.: No, el flamenco es una forma de folk. Es como el jazz y hay aficionados por todo el mundo. Yo he estado en Nimes hace poco y lo ven como se pueda ver el jazz, como una cosa universal. En Sevilla, Cristina Hoyos tiene una escuela y ahí estuve yo y había una japonesa muy buena.
A. L.: Dentro del tema de la tauromaquia, observo que te interesa más la figura del torero que la del toro o las diferentes suertes.
A. M.: Sí, es así. Me interesa mucho la figura del torero, pero que llega a un punto, con una geometría, que ya no es ni torero. Sí, se le identifica como torero, pero podría ser una figura veneciana, y los encuadro ya en paisajes que no son propios de la tauromaquia. Es un personaje que yo he elegido. Aunque sí es verdad que son toreros, pero ya las monteras las he deformado tanto que parece otra cosa. El toro si lo he tratado, pero fuera de la plaza, en la naturaleza, con unos estiramientos. (Muestra un cuadro). ¿Ves? Esta lámina se llama Citando y ves un torero con una postura propia de la danza. Y casi me interesa más esas poses que el pase.
A. L.: ¿Cómo ves a Picasso y Goya en cuanto a autores de tauromaquia?
A. M.: A Picasso lo entiendo porque se vale de la tauromaquia, pero se parece a lo mío. Que se vale de un personaje propio de nuestra cultura y lo enlaza, por ejemplo, con la mitología.
A. L.: ¿Y Goya?
A. M.: Goya sí ofrece más escenas taurinas, porque lo daba la época. Pero es que yo creo que está en nuestra cultura y lo aplicamos a la filosofía o a la vida, porque hay muchas palabras propias de los toros que las aplicamos a la vida. Se puede decir que Goya hace más tauromaquia que Picasso. También porque en aquella época la fiesta era muy primitiva y llamaba la atención.
A.L.: ¿Qué le dirías a un animalista?
A. M.: Mira yo soy muy aficionado a los toros, pero entiendo que la fiesta tiene que evolucionar. Comprendo en parte a los animalistas en cuanto a lo del maltrato animal. Pero hay otra parte en que no les doy la razón y es la falta de respeto, porque hay una parte que no saben ver, que es la parte de la cultura, del arte, que la hay, y luego no se acuerdan de otras cosas, como por ejemplo los pollos, cómo se les engorda para matarlos y hacer luego paté, por ejemplo. Yo no entiendo la actitud de una animalista que desea la muerte de un ser humano. Entonces está cometiendo el mismo error que él predica, y casi peor, porque entonces qué es la persona. En algo nos tenemos que diferenciar, tenemos sentimientos, inteligencia, capacidad de crear arte, y yo creo que el sector más radical del animalismo esto no lo comprende ni lo va a comprender nunca.
A. L.: Y cambiamos de tercio, utilizando un término taurino (reímos); naciste entre dos aguas y te estableciste en el Mediterráneo, pero, ¿qué significa el Atlántico para ti?
A. M.: El Atlántico fue la escapada hacia el exterior, aunque la primera salida al extranjero fue a Hong-Kong, pero después fue América.
A. L.: Háblanos de tu experiencia internacional.
A. M.: Después de lo de Hong-Kong me sentí animado, me lo pensé mucho y tuve la oportunidad de ir a Nueva York a través de Lisa, mi marchante en Nueva York, que en ese momento se iba allá, luego tuve la oportunidad de participar en la Noche en Blanco de Brooklyn, luego me fui a México, gracias a mi hermano, e hice una incursión en México DF, también una muestra de gastronomía con pintura con Pablo Sanromán, que se fusionaban las dos artes. Después hice cosas con la embajada. Luego conocí a un señor que se llama Francisco Cabañas, que me llevó a Guadalajara, y él se autodenomina como mi apoderado allí en el Hospicio Cabañas, que es Patrimonio de la Humanidad. Todos los grandes han expuesto allí y eso es de lo más importante que he hecho en México. Luego viene a Europa, en Portugal también tengo buenas relaciones con el escultor Ruggerio Abreu y él me busca cosas allí y yo se las busco aquí. Y hacemos cosas juntos. En Francia es donde estoy yendo últimamente, por ejemplo en Arles, que me dio mucho sentimiento por la huella de Van Gogh. Luego la marchante española Mercedes Abad, que está establecida en Alemania, y la verdad es que es de las mejores marchantes que he tenido. Sofía también de Hong-Kong. En Alemania hemos hecho exposiciones en Dortmund y ahora también en Nuremberg donde voy a tener la oportunidad de exponer en marzo en un sitio oficial.
A. L.: ¿Con qué escuela estética te identificas?
A. M.: Suelo decir que soy hijo del veinte, hijo de las corrientes estéticas del veinte. Hay una fuerte influencia en mi obra de expresionismo y de surrealismo, se le puede llamar nueva figuración, además por mi estilo, que yo creo que tengo un estilo que se identifica por el alargamiento de las figuras, por la manera del dibujo, por los colores. Yo soy de la nueva figuración, pero con una influencia bárbara de las corrientes del veinte: del expresionismo y del surrealismo, que es lo más identificable. Ahora estoy evolucionado hacia una especie de grafismo, que está basado en la obra de Giacometti. El abstracto me encanta, me parece bellísimo, pero me gusta contar cosas. He considerado el cubismo también, pero con un fuerte toque expresionista.
A. L.: Imagino que ahora en Málaga estarás encantado con el Museum Jorge Rando
A. M.: Hombre, claro. Jorge ha hecho ahí una labor brutal. Se le conoce aquí, pero se le conoce más en Alemania. Yo creo que está abriendo los horizontes de Málaga, que sigue siendo una ciudad muy clásica, muy decimonónica. Y cuesta mucho trabajo hacer cosas diferentes. Por ejemplo, en los carteles, que los de Semana Santa son más barrocos, pero los de Feria o los de los toros, le cuesta evolucionar. No hay una valentía para cambiar. Lo que estamos haciendo algo más atrevido nos está costando mucho trabajo. Cuesta, cuesta, que estamos en el siglo XXI y hay cosas más conceptuales.
A. L.: Acaba de terminar la feria Art Fair, en la que has participado. Háblanos de tus experiencias en ella.
A. M.: Yo creo que la feria es como las bodas, que hay gente que se lo ha pasado muy bien, a otra le falta comida. Hay que ser comprensivo porque es el primer año. Yo estoy a favor de la feria, porque la idea es muy buena. Faltaba una feria en Málaga. Se han criticado algunas cosas, con las que estoy de acuerdo parcialmente, como en lo del filtro, que hay que ser más selectivo, pero se han traído a más de quinientos artistas y, claro, hace falta criterio. Pero el criterio es complicado. Hay un sector del arte contemporáneo, que es demasiado ghetto, y son los primeros que critican una serie de cosas, cuando no saben ni lo que están haciendo ellos. Así que cuidado con la opinión y a informarse. A mí no me han gustado algunas críticas que ha habido, que han sido injustas, porque además se han hecho el primer día. Mejor esperarse al último, que se pueda hacer un balance. Pero, bueno, resumiendo, es muy bueno que se haya hecho esta feria en Málaga y pienso que los organizadores tienen que pensar algunas cosas. Pero es como ARCO, yo creo que ARCO al principio también tuvo que tener sus fallos. Otras ferias de España han tenido sus fallos hasta que se han consolidado, como Santander, que es muy parecido a lo que he visto yo aquí y ahora es una gran feria, adonde han venido galerías de muchos países, incluso de Angola. Pero yo creo que el balance final es positivo, entre otras cosas porque se han hecho contactos. Yo he hecho contactos con dos galerías de Madrid, y ahí probablemente expondré. Yo no creo que haya que ser tan inconformistas. Que han entrado unas siete mil personas cada día. Que sí, que alguna gente no debería haber estado ahí y hay que cuidar el nivel, pero es el primer año y algunos críticos han ido a muerte. Aquí todo el mundo habla del arte, pero no todo el mundo está preparado. Y algunas opiniones han sido muy ligeras y sólo se ha hablado de lo malo. Y algunos artistas eran magníficos. Yo vi cosas muy buenas.
A. L.: Y ya la última pregunta: ¿te consideras profeta en tu tierra?
A. M.: Sí, yo no me puedo quejar. Tuve que irme fuera, pero la respuesta de la gente ha sido buena desde la primera exposición. La prensa también ayuda, como en un homenaje que le hice a Javier Conde. Y las ventas siempre las he tenido muy buenas en Málaga. Con las crisis, lógicamente, ha bajado. Es que el mercado del arte está mal. Está complicado. También había más clase media. Porque el terrible capitalismo necesita un control, porque se ha cargado a la clase media, que no vuelve no se atreve a comprar arte. Es necesaria la clase media en el mercado del arte. Pero, bueno, dentro de lo que cabe, yo me defiendo, aunque tengo que salir fuera, como la galerista de Madrid Mercedes Roldán, que hablé con ella por teléfono y me decía que se mueve más fuera que en España, y eso que España tradicionalmente no ha sido mala para el coleccionismo, pero ahora mismo, no está en el mejor momento. Como próximo proyecto, en dicha galería de Mercedes Roldán, en el barrio de Malasaña, que tiene un espacio multidisciplinar, compartiré exposición con el escultor Chico Repullo a partir de mediados de septiembre.
Y no despedimos agradeciendo la valentía, honestidad y elocuencia de las respuestas de Andrés. ¿Nos despedimos? Ah, pero es que creo que todavía no he dicho que el pintor nos regaló a Laura y a mí sendos grabados dedicados y luego la charla continuó en la terraza de Andrés, donde supimos algunas de las interioridades del mundo del flamenco y de los toros, pero eso queda ya para otra ocasión.
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