Entrevista: Cristina Gandarias | Fotos: Juan Mir
Juan Mir, fotógrafo de esta casa, expone su colección de fotos sobre gritos ...Incluso cuando preferimos el silencio, en la sala Marenostrum sita en el Paseo Blas Infante de la Cala del Moral. Tantas ganas de gritar como de callar, tanto que se queda tantas veces ahogado en la garganta y que sale a través de una fotografía, a através de una mirada, laa de Juan Mir, que consigue captar las penas, dolores, sensaciones y placeres por las que merece la pena derrochar un segundo y dejarse llevar por la fuerza de un grito.
Hemos hablado con él y esto es lo que nos ha contado.
Aforo Libre: ¿Qué provoca gritos en Juan Mir?
Juan Mir: Pues no sabría por dónde empezar, pero quizá la primera palabra que me ha venido a la cabeza es la "frustración". Por supuesto hay más motivos, rabia, dolor, ira, incluso placer. Los gritos son como esos trenes que pasan y no coges, también hay un momento justo para gritar y si no lo haces caduca o no surte el efecto deseado.
A.L.: ¿Qué pasa por tu cabeza cuando decides empezar este proyecto?
J.M.: Fue un tanto accidental ya que no era muy consciente de que en cada sesión de fotos que hacía siempre pedía al final un grito. Observé que tenían fuerza y que cuando lo pedía nadie dudaba ni un momento. Esto me llevó a otro pensamiento: siempre hay un motivo por el cuál gritar, independientemente de nuestro estado de ánimo, un grito pendiente, un grito guardado. Y es entonces cuando tengo que replantearme qué me está pasando, quizá el que necesite gritar sea yo. Hay un texto en la sala de exposiciones donde me expongo más.
A.L.: ¿Cuándo te planteas una sesión quien se expone más el/la modelo o tú?
J.M.: Siempre el/la modelo. Yo me escondo detrás de una cámara y me ven a contraluz. Pero a la vez el trato tiene que ser muy cercano.
Me has hecho pensar ...
A.L.: ¿Cuánto ha durado el proceso de esta exposición?
J.M.: La serie la tenía guardada en un cajón desde hace 3 años. El proceso del montaje es más reciente. Me animó una amiga fotógrafa a sacarlo a la luz, a veces hace falta un empujón.
A.L.: ¿Por qué guardaste esta colección en el cajón?
J.M.: Me gusta dejar que los proyectos respiren un poco para retomarlos con más perspectiva, pero esta vez creo que me he excedido... también es difícil en Málaga encontrar dónde exponer si no eres muy conocido o no tienes muchos likes en las redes sociedades.
A.L.: ¿Por qué haces fotos?
J.M.: Me obsesiona el presente, es la única forma que he encontrado de congelarlo... Tengo que probar también la meditación.
A.L.: Es decir en una instantánea tienes a la vez pasado, presente y futuro. ¿Qué representan para ti cada uno de estos tiempos por separado?
J.M.: Todos representan el presente.
A.L.: ¿Qué dificultades encontraste realizando estas sesiones?
J.M.: Apenas encontré dificultades. Me escribieron muchas personas que querían colaborar con el proyecto y esto conmueve. Por otro lado, el estudio de fotografía es el salón de mi casa y mi mayor temor era lo que pudiese alarmar a mis vecinos al oír gritos pero no hubo ninguna queja... que por otro lado no se si es buena señal.
A.L.: ¿Qué esperas del público que vaya a visitar la exposición?
J.M.: Me gustaría que cada cual se lo lleve a su terreno personal. No hay un mensaje directo ni un pensamiento encorsetado, más bien una pregunta hacia el interior, un ¿por qué gritamos? O por qué gritaríamos y a partir de ahí que cada imagen te lleve a un lugar distinto pero siempre desde una visión personal.
A.L.: ¿Te gustaría decirle algo a las personas que vayan a ir a ver tu exposición antes de que vayan?
J.M.: Observen, disfruten, sientan y cuéntenme. Me interesan todas las opiniones.
A.L.: Para terminar, pide un deseo a gritos.
J.M.: Que tod@s gritemos más, es liberador.
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