Entrevista: Manuel Malaka l Fotos: M. Aguilar y Promocionales.
Nuestro paisaje. Liquidación, últimos días.Pronto olvidaremos que Maro fue un vergel. Posiblemente los malagueños del mañana no sabrán de ese paisaje, de ese horizonte que nos ha enamorado durante generaciones, y que como otros antes hoy es devorado por la especulación, y los intereses económicos de unos pocos. Recientemente se estrenaba Se Vende, serie documental sobre el impacto de la especulación urbanística en nuestra costa, concretamente el primero de esta serie: El último vergel. En Aforo Libre hemos querido aprovechar la ocasión para conocer a Daniel Natoli, director y responsable de Peripheria Films . Mientras paseamos por BUM (Bosue Urbano de Málaga) charlamos con él sobre este documental, y los próximos previstos que formarán la serie entorno a un mismo tema común: el impacto de la especulación urbanística sobre nuestro paisaje.
Aforo Libre: Nos alegra poder charlar contigo. ¿Cómo te presentarías para aquellos que aún no te conocen?
Daniel Natoli: Pues probemos a ver qué tal: aquí Dani Natoli, arquitecto en otra vida, actualmente realizador y director de la productora audiovisual Peripheria Films, desde la cual desarrollo todo tipo de producciones, enfocadas mayormente en el formato documental o de no-ficción.
A.L.: ¿Y en lo personal? ¿De dónde te viene la inquietud creativa?
D.N.: Pues más que de crear, yo creo que siempre tuve inquietud por saber o por conocer. Fui un niño muy curioso, siempre con ganas de aprender y de cuestionarme las cosas. Recuerdo que con catorce o quince años me dio por el pop/rock anglosajón de los 60, y no paraba de buscar grupos, bandas, conexiones, influencias... quería saberlo todo. Este proceso me ocurre a menudo, cuando un tema me interesa me sumerjo en él casi de forma obsesiva.
A.L.: Te has formado como arquitecto. ¿Cómo llegas al cine?
D.N.: Llegué al cine de manera muy progresiva, fue un amor a fuego lento, un camino que se fue revelando poco a poco. Al terminar mis estudios de arquitectura, en plena crisis, me encontré un contexto tan precario que me empujó a explorar otros campos. Estuve un tiempo desarrollando diferentes proyectos relacionados con el diseño y finalmente encontré en el audiovisual un territorio desde donde poder crear y relacionarme con el mundo. Ese deambular profesional fue jodido, con muchos momentos de incertidumbre, pero creo que todo lo que aprendí en ese proceso configuró mi mirada. A día de hoy mi pensamiento como cineasta está atravesado y se nutre de todos esos años de formación y búsqueda.
A.L.: Hablanos de Peripheria Films.
D.N.: Peripheria Films surge estimulado sobre todo por mi primer cortometraje, Qué suerte, un documental de 2016 que surgió de una indagación íntima en Finlandia, y cuyo desarrollo me permitió comprobar que el cine, y sobre todo el género documental, es una profesión hermosa y una herramienta muy potente. Disfruté tanto la experiencia que quise hacer de eso mi trabajo. Es finalmente en 2018, dos años más tarde, cuando me lanzo a montar Peripheria y darle un enfoque profesional a mi relación con el cine y el audiovisual.
A.L.: Qué suerte ganó el Premio del Público del Festival de Málaga. Y después vino A Costa del Sol. Puede parecer un preámbulo para esta serie documental.
D.N.: Efectivamente, en A costa del sol aparecen reflejadas algunas de las cuestiones que me interesan especialmente: la configuración urbana, la construcción y consumo del territorio, la mercantilización de la identidad, la turistificación de las ciudades, etc… Sin embargo, el tratamiento narrativo es radicalmente diferente. Se vende se plantea en un inicio como una serie para un público más amplio, con un compromiso más fuerte con los hechos que relata, mientras que A costa del sol es un documental más observacional, sin ninguna voz en off, más fenomenológico. Son dos formas muy distintas de tratar la realidad, pero eso es lo bonito del cine de no-ficción, que tiene un registro y unas posibilidades muy amplias.
A.L.: Se vende está teniendo una fantástica acogida tras su estreno. ¿Estás contento con el resultado?
D.N.: Estamos muy contentos con toda la repercusión que está teniendo el proyecto. Obviamente cada vez que cierras un documental siempre piensas a posteriori que harías cosas de otra forma, o que montarías alguna secuencia diferente, pero en general estamos muy satisfechos con el resultado. Para nosotros, lo verdaderamente importante era que los conflictos que se plantean en la serie, se amplificaran y tuvieran más alcance, y en ese sentido creemos que se está consiguiendo.
A.L.: Este proyecto se está financiando a través de un crowdfunding en la plataforma Goteo. ¿Ha sido fácil encontrar apoyos para lanzarte a esta aventura?
D.N.: Siempre es muy difícil encontrar la financiación para levantar un documental, sea del tipo que sea. Nosotros tuvimos la suerte de encontrar desde el principio el apoyo de la Fundación Rizoma y de un grupo de investigación universitaria —de hecho el primer capítulo está financiado por este proyecto de I+D+i del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, titulado Saturación turística en destinos costeros españoles. Estrategias de decrecimiento turístico. — A partir de ahí, decidimos lanzar una campaña de crowdfunding en la plataforma Goteo para conseguir la financiación de los próximos dos capítulos y de momento está funcionando muy bien. Ya hemos alcanzado el presupuesto para rodar el segundo episodio y aún queda más de un mes para intentar llegar al objetivo óptimo. Aún así, el crowdfunding es una de las formas de financiación de la serie, pero no la única. Nuestra idea es presentar el proyecto a diferentes ayudas a la creación cinematográfica y seguir convenciendo a nuevas instituciones y organismos cuyos valores estén alineados con los de la serie.
Nos pensamos mucho lo de lanzar una campaña de crowdfunding porque creemos que no es una forma sostenible de financiar proyectos en el tiempo. Pero a veces, hay que tirar para adelante como sea. Y en este caso puntual, pensábamos que realizar una serie documental financiada en parte por la gente era coherente con la naturaleza del proyecto.
A.L.: ¿Bosque Urbano Málaga será el próximo documental de esta serie? Háblanos un poco de él.
D.N.: El segundo episodio de Se vende tratará el conflicto existente en los antiguos terrenos de Repsol en torno a la construcción de cuatro torres en este solar. Una problemática que se remonta a los años 80, cuando los vecinos de la zona empezaron a movilizarse pidiendo el desmantelamiento de estos depósitos de petróleo y la creación de una gran zona verde en su lugar. De momento estamos en fase de preproducción: investigando a fondo sobre la historia de estos terrenos, visitando la zona, conversando con la gente de BUM, empapándonos del sitio. Nuestra idea es estrenar el episodio este próximo otoño.
A.L.: Como arquitecto qué opinas sobre el proyecto que tiene ahora mismo sobre la mesa el ayuntamiento de Málaga para esta zona.
D.N.: Más allá de la cuestión formal y estética del proyecto, que es algo que no entro a valorar y que me resulta secundario, me parece que en general, los arquitectos, los urbanistas y las autoridades públicas que planifican nuestras ciudades tendrían que empezar a diseñarlas con un pensamiento menos cortoplacista, más focalizado en el bienestar de las personas y no tanto en las infografías espectaculares. En este sentido, levantar cuatro torres en mitad de unos distritos tan altamente densificados me parece mirar más por la rentabilidad del suelo que por la calidad de vida de la ciudadanía que allí vive y vivirá las próximas generaciones.
A.L.: Estos documentales retratan la especulación y la pérdida de espacios naturales, pero también la lucha de la ciudadanía por defenderlos. ¿Crees que hay un cambio en estos últimos años en la actitud del malagueño como ciudadano?
D.N.: Me resulta muy difícil contestar esta pregunta, no soy muy amigo de las generalizaciones. Si atendemos exclusivamente a lo que ocurre en las elecciones, podríamos decir que los malagueños no hemos cambiado mucho de parecer en los últimos 25 años, y en cierto modo, así es. El modelo de ciudad sigue basándose en el monocultivo turístico y todas las crisis se siguen resolviendo con más ladrillo y más turismo. En ese sentido, es decepcionante que no hayamos aprendido nada viendo el estado actual de todo el litoral occidental de la provincia. Pero quedarnos solo con esa visión también sería engañoso, y precisamente plataformas ciudadanas como Bosque Urbano Málaga demuestran lo contrario. Quiero pensar que sí, que estamos cambiando poco a poco y adquiriendo más conciencia del cuidado de nuestro territorio, y no me cabe duda de que con el tiempo habrá un cambio estructural en la forma de entender el progreso y el planeamiento urbanístico. La pregunta es si cuando ese cambio llegue será demasiado tarde o no.
A.L.: Falta ya muy poco para que dé comienzo nuestro Festival de Cine. ¿Cómo has visto su evolución en estos últimos años?
D.N.: Para mí el Festival siempre es una cita muy especial en el año. Suelo asistir sobre todo a la programación de cortometrajes y documentales, y en ese sentido me parece fantástico, con un nivel muy bueno en cada edición. Una oportunidad para ver ese tipo de películas que luego son difíciles de encontrar en plataformas y en otros circuitos. También destacaría los encuentros de Málaga Docs, un evento enmarcado dentro del MAFIZ que desde hace unos años viene reuniendo a distintas generaciones de cineastas en torno al documental y el cine de lo real, y que se materializan en jornadas y charlas muy enriquecedoras.
A.L.: Imagino que te resultará difícil definir tu propia obra. ¿Crees que hay en ella un modo especial de mirar el mundo? ¿Crees que muestra algo de ti, de quién eres?
D.N.: Me gustaría rodar mucho más para poder contestarte a esa pregunta con mayor perspectiva. Aún así, como te comentaba anteriormente, creo que a nivel creativo, cualquier autor/a tiene que hablar con su propia voz y desde su experiencia particular, y en ese sentido, mi pensamiento está atravesado por todos esos años de formación arquitectónica. Todo ese conocimiento acumulado, lejos de olvidarlo, me parece que es un gran valor diferencial a la hora de componer cualquier proyecto audiovisual.
A.L.: Tenemos la costumbre de pedir al entrevistado que nos haga alguna recomendación cultural. ¿Te animas?
D.N.: Recientemente se ha estrenado en el Teatro Echegaray Las palabras de la carne, una obra de José Andrés López y Virginia Rota. Desde que supe de ella le tengo muchas ganas. Y sobre cine, en la cartelera del Cine Albéniz la película Nomadland. Aún no he podido ir a verla pero tengo muchas expectativas con este largometraje. Me han hablado muy bien de él.
A.L.: Enhorabuena por tu trabajo. Estaremos muy atentos a estos próximos episodios de Se Vende. Ha sido un placer charlar contigo.
D.N.: Gracias a tí Manuel y a Aforo Libre por acogerme en su espacio. Un abrazo a todxs.
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