Entrevista: María Fernández | Fotos: Promocionales y Daniel Pérez/TE
Entrevista a la actriz Rocío Rubio, una de las protagonistas del texto de Paco Bernal, De hienas y perros o el eco de los caníbales, dirigido por Mercedes León y estrenado dentro de Factoría Echegaray con gran éxito de crítica y público.
“Ha sido un «enamoramiento» profesional”, dice al hablar de todo el equipo de De hienas y perros o el eco de los caníbales.
“Ha sido un regalo trabajar con Mercedes León”.
“Estaríamos encantadas de que esta obra tuviera una larga vida”.
Nacida en Canarias, ha vivido en Madrid, Granada, Santiago de Chile y Málaga, ciudad esta última donde se formó en la ESAD y desarrolla actualmente su profesión.
“Hace falta ampliar, re-generar, salir de ciertos cánones que venimos arrastrando; y me refiero concretamente a la mujer “
Aforo Libre: ¿Por qué quisiste ser actriz? ¿Cuándo fue la primera vez que te subiste a un escenario?
Rocío Rubio: Fue algo que apareció, brotó sin más… De niña, una no sabe el verdadero sentido del «por qué» quiere ser tal o cual cosa en la vida ¿no? Si mis padres no me engañan, desde temprana edad resulta que solía imitar a diestro y siniestro. La primera vez que subí a un escenario fue en Santiago de Chile, vivíamos allí y en el colegio se hizo un trabajo teatral en inglés. Yo quise estar, participar sin más… Tengo la suerte de mantener relación con una magnífica profesora de entonces, Mónica González, que por cierto hace no mucho me escribió para decirme que le hacía muy feliz saber que había cumplido mi sueño, un sueño que allí germinó. En mi adolescencia estuve en la que era entonces la Escuela Municipal de Teatro de Las Rozas, y fue precisamente en una muestra a público donde recuerdo perfectamente estar en las patas del teatro y sentir un deseo enorme, conmovedor y nuevo para mí, por volver a salir a escena. Fui a decírselo al que era mi maestro, Carlos Menéndez, buscando quizá una explicación tranquilizadora a aquellos sentimientos. Su respuesta fue: “Te ha picado el veneno del teatro”. Nunca lo olvidaré.
A. L.: ¿Cómo fue tu paso por la ESAD de Málaga? ¿La recuerdas con cariño?
R. R.: Lo cierto es que a los 18 años me preparé las pruebas de acceso de la RESAD y de la ESAD de Málaga. Entré en esta última y me vine sola, con la mochila cargada de ilusiones. Para mí era un lujo que existiera una carrera para ser actriz, así que intenté aprovecharlo al máximo. Lo recuerdo con mucho cariño, claro que sí, estábamos en Capuchinos, todos apelotonados, con unas infraestructuras que dejaban mucho que desear, pero con el estómago repleto de sueños por cumplir.
A. L.: ¿Qué consejo les darías a los actores que salen de la escuela y se enfrentan a la realidad de una profesión de la que sólo pueden vivir un 10%, según las fatídicas estadísticas?
R. R.: Fatídicas son muchas circunstancias, hechos o situaciones. No se pueden tomar a la ligera las penurias y la precariedad que sufre nuestro sector, ni el abandono por parte de la política hacia la cultura. Pero también hay que tomar perspectiva de vez en cuando, hacer un ejercicio de reflexión, pensar acerca del lugar que ocupamos en este desasosegante mundo, y darnos cuenta de que hay algo de «privilegio» en nuestras vidas-situaciones.
Me remito a uno de los términos fundamentales de la Filosofía de María Zambrano, que precisamente es la vocación. Dirá que es aquello que, aun queriendo, no puede dejarse de ser, “es la esencia misma de la vida, lo que la hace ser vida de alguien, ser además de vida, una vida”. “Indulgencia y sonrisa”, nos dice, pero como compensación del temor de otros días, “de ese temor que acompaña siempre como signo de autenticidad a toda vocación”.
A. L.: A colación de tus palabras recordando a María Zambrano, recuerdo al poeta Rainer María Rilke decir que la vocación es aquello que no puedes dejar de hacer, porque si lo hicieras, te morirías. ¿Cómo te describirías cómo actriz? ¿Crees que el físico influye mucho a la hora de interpretar un personaje en concreto?
R. R.: Respeto mi oficio, soy comprometida con lo que hago. Concibo la profesión- profesionalidad con valores como el esfuerzo, el trabajo, una dosis de resistencia y toneladas de humildad. Me divierto haciendo lo que hago, intento no perder el sentido lúdico, el lanzarse y probar, esa esencia que tiene el juego, que tantas veces olvidamos y es tan saludable, por cierto, tanto en la vida como en la profesión. También tengo esas neuras comunes a bastantes de los mortales que se dedican a esto. Vienen a visitarme la impaciencia, las dudas e inseguridades… Me viene ahora la imagen de José Carlos Plaza en un curso afirmando con seguridad y rotunda simpatía que estamos todos locos. Pero… ¡bendita locura!
El físico creo que a groso modo sí influye a la hora de interpretar personajes. El cuerpo es la herramienta esencial que constituye el arte de actuar. La filosofía de la corporeidad es un tema que me apasiona. Por cierto, el cuerpo habla de muchas cosas, pero también guarda misterios. Y el teatro es ese espacio mágico —parafraseando a Marifé Santiago—, donde a veces soñamos con que el cuerpo piense y la mente sienta, ¿no? Intentando responder tu pregunta sin irme por las ramas, como actores nos acercaremos más o menos al perfil que físicamente dé uno u otro personaje. Y según el género literario, el medio (cine, televisión, teatro), las referencias del texto o la mirada del director o directora, será más o menos acotado ese margen de acercamiento al perfil físico.
Esto me lleva a otro tema… Pienso que hace falta ampliar, re-generar, salir de ciertos cánones que venimos arrastrando; y me refiero concretamente a la mujer. Al igual que en todo el entramado social, en las artes también nos hemos visto cosificadas, se nos han segado territorios expresivos posibles. Transformar esto, hallar nuevos espacios donde ejercitar nuevas miradas, es hablar de porvenir, de futuro, de salud. Ahí lo dejo, que al final me desvío de la entrevista.
A. L.: Te agradezco tus reflexiones, son muy interesantes. Dan para un artículo sobre el tema de mujer y teatro. Sigamos. Es lógico que a todo actor/actriz le guste trabajar en cualquier medio, ya sea TV, cine o teatro, pero, en tu caso ¿tienes algún medio en el que te sientas más cómoda, o sea tu favorito?
R. R.: Como en todo oficio, aquí también hay variedad de gustos y colores. Cuando estoy sumergida en un proyecto que considero interesante, lo disfruto, sea del medio que sea. Actualmente no me aventuro a decantarme por uno. Mientras haya trabajo, podré seguir creciendo como actriz- persona.
A. L.: Has trabajado en papeles clásicos como Julieta y Melibea, la primera con la Compañía La Imprudente y la segunda con Pata Teatro, ¿qué te resulta más difícil a la hora de preparar este tipo de personajes? ¿Los trabajas de forma distinta a un personaje contemporáneo? ¿Suele coincidir la visión que tienes de ellos con los directores/as con los que has trabajado?
R. R.: Mucho depende de la compañía que los dirige, como ocurre con los montajes contemporáneos también. Los Clásicos son maravillosos, «obrones», con más actualidad de la que a priori se pueda creer. De ahí que nunca mueren como se dice, ni los mata el olvido. Están repletos de sentimientos universales y nuestra literatura dramática actual en ellos tiene sus raíces. Están magistralmente escritos, cargados de verdaderos conflictos, y ya se sabe, donde hay conflicto hay acción. Los actores y actrices hemos de comulgar con las directrices y la mirada especial que los directores nos proponen acerca del espectáculo que se emprende. Intento ser permeable a la visión que cada compañía ofrece, son todas interesantes y admirables. Están las dificultades añadidas del lenguaje, las costumbres de la época, trances sociales de entonces, etcétera, pero ese es nuestro cometido: documentarnos, instruirnos en Historia, Mitología, empaparnos de pintura, de música, hallar referentes y también usar la imaginación.
A. L.: Valeria y los Pájaros de Sinisterra, dirigida por Sonia Cano, fue un trabajo muy duro para ti, pues te mantenías sola en escena durante toda la obra y además tenías la responsabilidad de manejar partes del sonido a través de microchips pegados a tu cuerpo, ¿qué recuerdo guardas de aquel trabajo que se estrenó en la ESAD de Málaga con la presencia del famoso dramaturgo español?
R. R.: Lo que supuso a nivel personal y profesional este montaje será inolvidable para mí. Además, coincidió con mi segunda llegada a Málaga tras vivir unos años en Madrid, fue un reencuentro con esta fantástica tierra y todo su entramado cultural. Manejaba unos sensores que lanzaban las pistas de audio, la escenografía por suerte no corría a mi cargo. Había cerca de doscientos tracks. Valeria hablaba con doce personajes ausentes (espíritus- pájaros), componente que dificultaba la ejecución técnica y, por tanto, interpretativa de la pieza. Sanchis Sinisterra le llamaba “su obra maldita”. Pero Sonia Cano y su esfuerzo incansable, hizo darle vueltas, trabajar mucho, buscar ayuda y formó un equipo de profesionales a su alrededor inmejorable. Sus capacidades y tenacidad fueron gigantes, como todo lo que hace Sonia cuando se lo propone. Nos trajo muchas satisfacciones después de meses de trabajo, amistades y relaciones profesionales. Así fue con Rafael Torán, quien llevó durante un tiempo la distribución de la obra con su compañía Teatro del Gato. Cada vez que nos vemos Sonia y yo recordamos con mucho cariño —además de troncharnos de risa—cuando emprendimos las dos nuestro viaje a Madrid para encontrarnos con Sinisterra. Aún tenemos la esperanza de retomar esta obra en algún momento de nuestras vidas, nos caló…
A. L.: En Factoría Echegaray has participado ya en dos montajes, La presa, de Pablo Bujalance y De hienas y perros o el eco de los caníbales, de Paco Bernal, ¿qué suponen estas dos obras para tu carrera y participar en este proyecto ideado para dar trabajo y salida a profesionales del teatro en Málaga?
R. R.: Me siento muy afortunada. Tras los procesos de casting, entrar a formar parte del proyecto de Factoría Echegaray en dos ocasiones es hermoso. Obras muy diferentes las dos, pero con las que he aprendido y estoy aprendiendo muchísimo, en lo personal y profesional. Eduardo Velasco nos dirigió estupendamente a Paco Bernal, Miguel Muñoz Zurita, y Virginia Nölting en La presa. Me llevo un gran recuerdo de esa experiencia, del trabajo de cada uno de ellos y del equipo que lo formamos, les estoy muy agradecida. Factoría da la oportunidad de trabajar en condiciones que nos levantan a los actores, rodeada de profesionales y de estar en el ruedo. Es inspirador. Ha supuesto una ventana, luz que entra a compensar esos momentos, quizá, más oscuros de la carrera que vienen por la falta de trabajo.
A. L.: En la obra que está ahora en cartel en el teatro Echegaray, De hienas y perros o el eco de los caníbales, interpretas maravillosamente a una inmigrante albanesa que vino a España engañada por las mafias de trata de personas, ¿cómo te preparaste este personaje tan vulnerable y fuerte a la vez? ¿En qué te han ayudado a su desarrollo la directora, Mercedes León, y tu compañera en las escenas, la también magnífica María Martínez de Tejada?
R. R.: Te agradezco mucho los piropos (risas). Klari, como bien dices, aúna la vulnerabilidad y la fortaleza. El culpable es Paco Bernal, que con tanto talento y sensibilidad ha escrito no sólo éste personaje, sino todos los de su obra. La preparación tuvo su parte en casa —como todas hicimos—, a solas, buscando documentación y estudiando los diversos terrenos que se requiere. Al tiempo, llevé a cabo el trabajo profundo del acento, del texto en sí y del personaje, para brotar en los ensayos junto a Mercedes y mis compañeras. Sobre en qué me ha ayudado Mercedes, sería más bien en qué no lo ha hecho… Esencial su apuesta, confió en mi propuesta de personaje y eso es más que alentador, es un regalo.
Como también lo ha sido encontrarme por primera vez con María Martínez de Tejada, una compañera profesional como la copa de un pino, que nos ha ayudado como asesora de movimiento coral, es una buenísima persona, trabajadora, en fin… Ha sido un «enamoramiento» profesional, diría yo. También ha ocurrido con las demás componentes del elenco: La Pili, Virginia Nölting y Asun Ayllón, además de artistazas que son, ha sido la bomba que Mercedes nos haya juntado para así verlas florecer cada día y compartir su hermosura. No me olvido de la labor de Carmen Baquero como ayudante de dirección —impecable e imprescindible, y que tanto nos ha cuidado—. Ni tampoco la suerte que ha sido conocer al gran Miguel Olmedo, su buen hacer en la música, su cariño y entrega. Todo un equipo de profesionales, un engranaje, al que Nany LF también sembró su importante trabajo con la fotografía e imagen. Y mi labor también se lo debo a todas ellas.
A. L.: Estoy de acuerdo contigo en que es un lujo trabajar con un buen equipo de profesionales apasionados por lo que hacen. El resultado se ve reflejado sobre el escenario. Dime, ¿cómo ha sido trabajar con Mercedes León, actriz de amplia experiencia a nivel nacional, no sólo en el mundo del teatro, sino también en cine y en televisión?
R. R.: Rescato la palabra «regalo» nuevamente. Además de ser una magnífica actriz —aspecto que se palpa en el trabajo con ella, pues se pone en tu piel o te lleva hacia la búsqueda de matices del personaje, que no son muy comunes de encontrar—, también está su gran experiencia como directora y dramaturga, que ha impregnado de bondades el proceso, allanando las dificultades comunes que han podido surgir. Su calidad humana, tan importante en nuestra profesión, ha sido un destello que nos ha abrazado. Su entrega, el respeto al oficio, a la obra y, por supuesto, su talento. No se ha conformado, ha sido fiel a su propuesta y a su especial mirada, especial, como son todas esas mujeres silenciadas, olvidadas de esta historia.
Y nosotras, creo que en parte, hacemos teatro para que bajo nuestros pies florezca un mundo mejor. Se lo debemos a ellas…
A. L.: Aún eres muy joven, pero, ¿podrías contarnos alguno de tus sueños para el futuro?
R. R.: Mi sueño, hasta el momento, sigue siendo vivir dignamente trabajando de mi profesión.
A. L.: ¿Sabes si De hienas y perros, obra que está teniendo tan buenas críticas y acogida de público, va a tener recorrido en los teatros españoles?
R. R.: Hasta el momento no puedo decir nada al respecto, sólo que estamos disfrutando muchísimo de esta etapa y de la respuesta del público. Me atrevo a decir que, por parte de todo el equipo, estaríamos encantadas de que esta obra tuviera una larga vida, pues además de disfrutar con ella, la consideramos muy necesaria.
A. L.: Muchas gracias Rocío por tu tiempo y amabilidad. Te deseamos toda la suerte del mundo y trabajos con los que sueñes.
R. R.: Muchas gracias a todo el equipo de Aforo Libre; vuestra apuesta y apoyo al Arte y la Cultura son muy importantes.
Rocio Rubio estará en el Teatro Echegaray hasta el 03 de junio en la obra De hiena y perros o el eco de los Caníbales
Autor, Paco Bernal
Dirección, Mercedes León
Reparto: Virginia Nölting, María Martínez de Tejada, Pilar Esteban “La Pili”, Asun Ayllón y Rocío Rubio.
Más información en la página web del Teatro Echegaray:
www.teatroechegaray.com/es/info/de-hienas-perros-eco-los-canibales
Más información sobre Rocio Rubio en la página web de su representante:
http://www.benurmanagement.com/actrices/rocio-rubio
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