Entrevista: Antonio Zafra y Miguel Ángel Barba | Fotos: aportadas por los autores: Danilo Moroni, Maysa Carrillo...
Hablamos con Marina Miguélez, coreógrafa de Ceniza, tercera pieza de #FactoríaDesdeCasa, interpretada por ella misma, con voz en off del actor, director y músico Fran Perea.
Desde el pasado miércoles 13 de mayo se han estado estrenando las diez obras de Factoría desde Casa, el proyecto de producción propia de contenidos escénicos en formato audiovisual en estos tiempos de confinamiento impulsado por el Teatro Cervantes. Con motivo del desarrollo de este nuevo formato de Factoría Echegaray, hemos querido hablar con los autores de las distintas propuestas presentadas para que nos cuenten como están trabajando durante este periodo de confinamiento que nos ha tocado vivir.
La duración de la producciones, no supera los 5 minutos, dando comienzo con la frase “Nunca pensé que esto podría ocurrir” o su alegoría, y todas debían incluir o aludir en su desarrollo al aplauso multitudinario de las 20 horas.
Remitimos el siguiente cuestionario a Marina Miguelez por correo y así contestaba:
Aforo Libre: Ante todo, cómo estáis. ¿Todo bien entre familia y amigos? Esperamos que bien.
Marina Miguélez: Muy bien, gracias, haciendo todo lo posible por conciliar las medidas de seguridad y la continuación de nuestras vidas sin miedo...
A. L.: ¿Cómo has llevado el confinamiento como artista?
M.M: Ha sido un periodo de estupefacción, en el que de la noche a la mañana se ha creado un vacío tremendo. La desilusión por perder el trabajo que tanto había costado reunir más la limitación física y emocional del poco espacio, han supuesto un descanso artístico obligatorio para mí. Sin embargo, he de decir que esta pausa ha renovado mi iniciativa como artista y me ha servido para respirar, reflexionar, leer, estudiar… y esto es fundamental para cualquier creador y para cualquier persona.
A. L.: La propuesta de Factoría desde Casa, lo más parecido al teletrabajo para artistas ¿has encontrado otras maneras de trabajar desde casa?
M.M.: A nivel organizativo y de tareas pendientes sí, el trabajo artístico profesional siempre trae consigo mil tareas administrativas que no tienen que ver con la creación y que demandan muchísimo tiempo. Frente al ordenador siempre hay trabajo que hacer…
A. L.: ¿Cuál es el título de tu producción y cómo la presentarías a los lectores?
M.M.: El título es Ceniza. Ceniza es una alusión al vacío creativo. A través de la situación de encierro y de echar tantísimo de menos el teatro, retrata que la motivación y las ganas no son valores incondicionales en un artista, que fluctúan como nosotros. ceniza es un momento de silencio y de espacio en blanco frente al estrés que sale de nuestras pantallas y también es un agradecimiento directo a la llamada por parte del Teatro Cervantes-Echegaray, por recordarnos que somos necesarios.
A. L.: ¿Qué perspectivas tienes frente a la desescalada y próximos meses en cuanto trabajo?
M.M.: Es un momento difícil de definir porque, por un lado, seguimos contando funciones y proyectos cancelados, y por otro, se siguen abriendo convocatorias para presentar propuestas escénicas, así que creo que sencillamente el tejido escénico se está armando de iniciativas y de proyectos para cuando éstos puedan realizarse. Lo más duro es la incertidumbre, los cambios en las medidas que hay casi a diario, no saber cuándo y cómo se va a poder retomar la vida profesional en escena.
A. L.: Como creadores e intérpretes han estado confinados cada cual en su residencia ¿Cómo ha sido el trabajo entre los creadores y los intérpretes de la propuesta en la que participas?
M.M.: Este para mí era un aspecto decisivo y por eso decidí ser la propia intérprete. Sin embargo, en la colaboración de Fran Perea con su voz en off, he recibido una mirada y un aporte externo que ha refrescado y enriquecido mi concepto de la pieza. También he trabajado telemáticamente con Mariola Lucena, a través de llamadas telefónicas, fotos, vídeos… lo que ha aportado, como siempre y aún estando a distancia, un apoyo dramatúrgico incondicional que creo esencial en cualquier trabajo serio de creación.
A. L.: Teniendo en cuenta que el soporte sobre el que se distribuirá es diferente a las tablas del Echegaray, con el público delante ¿habéis afrontado la creación de modo distinto al habitual de ese escenario físico?
M.M.: Claro, por supuesto hemos tenido en cuenta el hecho tan interesante de tratarse una producción escénica en soporte audiovisual, no de una propuesta audiovisual. Esto ha supuesto un reto para nosotros, así que hemos creado un “escenario” a través de un plano fijo, con una “escenografía” que implicaba distintas estancias dentro del mismo plano y con una “iluminación” que estaba implícita sin necesidad de edición de vídeo. A nivel de lenguaje corporal hemos aprovechado la ventaja del soporte y hemos mostrado al espectador movimientos que serían casi imperceptibles desde la butaca del teatro.
A. L.: Recientemente el Ministerio ha aprobado un paquete de ayudas para el mundo de la cultura, ¿cómo las valoráis en términos generales?
M.M.: Creo que es muy positivo que se hayan aprobado estas medidas, es imprescindible que se atienda a las necesidades de las artes escénicas, en particular ahora, y quizá esta situación tan crítica haya servido para tomar conciencia de la necesidad de mejorar el estatuto del artista. Siempre se deben seguir dando pasos, este es el primero.
A. L.: ¿Algo que quieras compartir con los lectores de Aforo Libre?
M.M.: Agradecerles que estén leyendo esto y con ganas de verlos pronto entre el público.
A. L.: Pues nada más, solo agradecerte desde Aforo Libre que nos hayas dedicado parte de tu tiempo. Aunque ahora parezca ser un poco más.
M.M.: Gracias a vosotros por hacer que nuestras voces (o nuestros silencios) lleguen un poco más lejos… un placer.
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