Entrevista: Manuel Malaka l Fotos: Rosa Parra
Rafael Ramírez, Alegría.El Festival de la Unión de este año nos trajo dos estupendas noticias: nuestra querida Amparo Heredia se hizo con la Lámpara Minera, un premio más que merecido; Y otro malagueño, Rafael Ramírez, se llevó el Desplante, premio al baile. En Aforo Libre no podemos estar más felices por este éxito del flamenco malagueño. Hemos podido charlar con Rafa, este joven bailaor de Estepona, aprovechando la ocasión de su paso por Alegría, el nuevo tablao que ha abierto sus puertas hace pocas semanas en la Malagueta, y al que desde aquí le deseamos todo lo mejor.
Aforo Libre: Hola, Rafa. ¿Cómo te presentarías para aquellos que aún no te conocen?
Rafael Ramírez: Me presentaría como un chico que vive del flamenco, su mundo gira en torno a su trabajo y en busca constante del alcance de metas y sueños.
A.L.: Eres de Estepona, pero viviste en Sevilla hace unos años. Esto creó alguna confusión en la prensa. ¿Qué te llevó a vivir en Sevilla?
R.R.: Viví en Sevilla hace ya más o menos 5 años y quizás eso hizo confundir a la prensa. Yo amo Sevilla, allí soy feliz cada vez que voy y me lo ha dado casi todo, pero sí insistí en esa corrección ya que a uno siempre le gusta llevar su tierra allá donde va, y más con la gran repercusión de este año allí en el Festival de la Unión. Desde pequeño veía Sevilla como uno de aquellos lugares por donde tienes que pasar para nutrirte, allí el flamenco se respira de manera totalmente diferente a Madrid por ejemplo, ni mejor ni peor, pero yo quería respirar de esa manera y llevarme eso conmigo como una parte de mí.
A.L.: ¿Cómo llegas al flamenco? Háblanos un poco de cómo nace tu vocación por el baile. ¿Había en tu casa inquietudes artísticas?
R.R.: Para nada, ninguna inquietud artística simplemente mis padres formaron parte en su juventud de una chirigota. A mis tres años le dije a mi madre que quería bailar, me llamaba bastante la atención los bailarines y bailarinas que salían detrás de los cantantes en los programas musicales, quizás eso despertara algo. En mi familia nadie canta, ni baila y mucho menos existe una afición al flamenco. Pero a mí, el cuerpo me pidió algo con lo que expresarme y en ese caso fue la danza aunque luego me declinara claramente por el flamenco.
A.L.: ¿Te has formado en Málaga como artista?¿Alguien en especial aquí en nuestra tierra que destacarías por haberte contagiado esa pasión por el flamenco?
R.R.: Una etapa muy importante para mí fue mi etapa de formación en Málaga. Llegó un punto en el que Estepona se me quedaba pequeña artísticamente y hablé con mis padres de buscar a alguien para seguir formándome, ahí apareció La Lupi en mi vida. Recuerdo aún como mi madre le dijo el primer día de clase: Lupi si mi hijo no vale dímelo con toda tranquilidad, supone un gasto muy fuerte para nosotros ir y venir hasta aquí tantos días a la semana a lo que La Lupi contestó: traedlo por favor, y a partir de ese momento fueron 3 años de aprendizaje constante, de valores y herramientas los cuales ella inculca a la perfección para poder enfrentarte a este mundo tanto personalmente como profesionalmente. Para mí la palabra maestra la define a ella al completo.
A.L.: ¿Qué dirías que es para ti el flamenco?
R.R.: Para mí el flamenco es una forma de vida, es una transformación absoluta de todos mis sentidos, es un refugio y un compañero. Personalmente, me lleva a experimentar sensaciones bastante intensas, es una manera de canalizar mis emociones y de expresar mis sentimientos.
A.L.: Últimamente te vemos formar parte y colaborar en muchos proyectos de primerísimo nivel. ¿Qué experiencias profesionalmente destacarías en estos últimos años?
R.R.: Sin duda, el primer salto al mundo profesional en el que yo quería estar fue con David Coria, me vio en un concurso, me sonó el teléfono un día y quería contar conmigo para un estreno en el Teatro Villamarta (Festival de Jerez). A raíz de ahí, todo ha pasado muy rápido y muchas cosas en tan poco tiempo. Pisar las tablas de Casa Patas de Madrid o El Arenal de Sevilla también fueron pasos bastante importantes en mi carrera y más aún compartiendo con artistas como Fuensanta La Moneta o Isabel Bayón.
A.L.: Este verano ha sido muy especial para ti. ¿Cómo has vivido ganar el Desplante del Festival de la Unión?
R.R.: Ha sido, la verdad, una de las alegrías más grandes de mi vida. Lo veía como una utopía, algo lejano… ¡y llegó! El proceso ha sido duro y bastante largo e intenso pero ha merecido la pena. Esto es una recompensa a tantos años de lucha que llevamos mis padres y yo, este premio es tan suyo como mío y eso me hace intensamente feliz.
A.L.: Son tiempos difíciles para el flamenco y para los artistas. ¿Qué opinas de la situación que está viviendo el flamenco en estos años de pandemia?
R.R.: Todo el gremio se está viendo afectado, fuimos los primeros en parar y los últimos en retomar. Pienso que en plena pandemia se recurrió mucho al entretenimiento y muy concretamente a la cultura y ahora no nos vemos apoyados de ninguna manera, por no decir en las pésimas situaciones que tienen muchos de mis compañeros, por las condiciones a las que nos adaptamos y no eran las adecuadas para un futuro tan inesperado como el que estamos viviendo. Personalmente no creo que haya sido de los que peor lo ha pasado ya que me refugié en mi familia, y al llevar tanto tiempo fuera de casa pude volver a reencontrarme con ellos en una convivencia que me brindó la oportunidad de conocernos de nuevo en muchos otros aspectos que ya no recordaba. Pero por otro lado la incertidumbre me mataba y no encontraba consuelo al ver que todo se desmoronaba por momentos: giras que se caían, tablaos que cerraban, todo cancelado o pospuesto sin fecha fija… un caos absoluto y una oscuridad que parecía ser infinita.
A.L.: Dos malagueños en el mismo año premiados en el Festival de La Unión. Y dos malagueños que han tenido que irse fuera de Málaga para hacer su carrera profesional en el flamenco. ¿Crees que es significativo, o solo casualidad?
R.R.: Pienso que todo artista es artista por todo lo que vive y por todo lo que aprende. Todo artista ha tenido que salir de su tierra en un momento dado para llegar a ser algo y no pienso que esté unido a Málaga o a un lugar en concreto simplemente pienso que necesitamos nutrirnos de cosas diferentes para llegar a ser lo más completos posible y eso se consigue saliendo de nuestra zona de confort. Dicho esto, también pienso que Málaga no tiene todo lo que se merece con respecto al flamenco, faltan lugares donde exponer el arte que esta tierra derrocha y por lo cual también nos vemos obligados a emigrar en busca de trabajo: Uno tiene que estar donde este el trabajo.
A.L: ¿Qué compañías por las que has pasado te han marcado más profesionalmente?
R.R.: Todas me han aportado algo, desde la más pequeña a la más grande pero un trampolín para mí fue, sin duda, formar parte de la compañía de María Pagés. Ir de niño a ver sus espectáculos, desear ser uno de sus bailarines, que eso se cumpla y además que la realidad supere la ficción y convertirte en su bailaor solista son sueños que esta carrera y la lucha constante te permite cumplir. Por otro lado pienso que David Coria fue un punto clave también para mostrarme en un escaparate donde no había aparecido aún y en un lenguaje corporal donde aún no me había mostrado antes y que ni yo mismo sabía que tenía, fue una ayuda fundamental para seguir descubriéndome e investigándome. Con Rafaela Carrasco me une a ella una admiración absoluta desde que la descubrí y un deseo por trabajar con ella inmenso. Artísticamente me ha dado mucho y de ella me quedo su manera de gestionarlo todo, su forma de tratar y su concepto de compañía, si algún día tengo alguna quiero que sea como la de ella, es un ejemplo a seguir, sin duda.
A.L.: Imaginamos que el premio habrá supuesto un impulso en tu carrera.
R.R.: Ahora mismo está siendo una locura pero sobre todo de muestras de cariño de muchas personas, tanto conocidas o no.
Me está costando asimilarlo aunque verme en los informativos de Tele5 mientras comía sin esperarlo, fue un auténtico choque con la realidad con el que no pude evitar romper a llorar, pero que maravilla de choque.
Ahora sobre todo estoy volcado en la promoción del premio, no me gustaría que un premio tan importante y que tanto cuesta conseguirlo pasara desapercibido. De cara a octubre me centraré en mi nuevo proyecto que es de las cosas que creo que más ayuda este concurso, a crear un espectáculo y que la gente confíe en él; tanto para contratarlo como para ir a verlo.
Quiero que sea una carta de presentación, mostrarme al completo con todas mis facetas y contar con un equipo potente tanto delante como detrás. Tendré asesoramiento escénico de uno de los más punteros de la actualidad en el que confío plenamente y un coreógrafo invitado. Sin duda me encantaría que mi tierra fuera cómplice de algo tan especial para mí y que pudiera ser testigo de algo que voy a crear con tanto cariño. Estaría bien verlo en la próxima Bienal, otro de mis deseos, sin duda.
A.L.: Falta ya muy poco para que finalice nuestra Bienal de Flamenco. ¿Cómo has visto su evolución en estos últimos años?
R.R.: La Bienal de Málaga me parece maravillosa porque el simple hecho de que Málaga tenga bienal y se junte lo mejor de lo mejor del flamenco en nuestra ciudad ya es increíble. También veo que en los últimos años se ha ido contando con artistas de la tierra cada vez más y quizás eso es lo que más me gusta de ella. Por sacar algo, quizás concentrarla en un solo mes y en un solo espacio, tanto cursos como espectáculos, creo que le daría un impulso bastante fuerte ya que así la gente de fuera que quiera disfrutar de ella podría venir y disfrutar de una continuidad.
A.L.: ¿Crees que hay en ti un modo especial de vivir y bailar el flamenco?
R.R.: El flamenco para mí comenzó siendo un disfrute, mi hobby, mi pasión y creo que eso se nota en mi baile. Lo considero un baile tranquilo como mi persona, un baile correcto y de líneas fijas; tal cual me gusta llevar a mí la vida, así llevo mi baile aunque también me gusta salirme un poco del molde como diría aplicado a la vida, soltarme la melena de vez en cuando. Muestra todo de mí, de hecho siempre lo digo: me siento más yo y más cómodo encima de un escenario que en mi vida cotidiana. Creo que no hay un yo más real que el que se refleja sobre las tablas.
A.L.: Tenemos la costumbre de pedir al entrevistado que nos haga alguna recomendación cultural. ¿Te animas?
R.R.: Si hablamos de flamenco no podemos dejar pasar ningún disco de Paco de Lucia o de Camarón, no podemos dejar de ver a Eva la Yerbabuena, claro referente para mi y un espejo donde me he mirado, me miro y me seguiré mirando. También hay que decir que hay gente de la actualidad de la que podemos absorber frescura y que no debemos dejarlas pasar tanto en el toque, como en el cante y el baile. Y concretamente os recomendaría dentro de la programación de la Bienal el próximo espectáculo de La Lupi en el Teatro Cervantes este próximo 14 de septiembre.
A.L.: Enhorabuena por este premio, Rafa. Nos alegramos muchísimo. Ha sido un placer charlar contigo, y poder saber un poco más sobre ti.
R.R.: El placer ha sido mío. Gracias por cederme este espacio y poder dar a conocer de mí quizás un lado más personal. ¡Gracias!
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