Texto: María del Mar Fernández | Fotos: Mujeres al borde de un ataque de nervios de Factoría Echegaray y Chicago El Musical de Estefanía Moscoso
Celia Dolci, formada en la ESAD de Málaga en la especialidad de Dirección Escénica, se está erigiendo como la directora local con más continuidad en escena. Dos montajes en dos años: Chicago El Musical (en la actualidad de gira) y Mujeres al borde de un ataque de nervios, son buen ejemplo de ello.
Aforo Libre: ¿Imaginabas, cuando estabas estudiando en la ESAD, que dos años después de graduarte estarías dedicándote de lleno al teatro musical?
Celia Dolci: La verdad es que he tenido una suerte inmensa. Desde el primer día que empecé a poner en pie Chicago siempre dije que era un proyecto que era para la escuela y que debido a su volumen no saldría de ahí, estaba convencida. Al poco del estreno en la ESAD comencé a trabajar como actriz en Nooma Producciones (Animagic) y pocos meses después pasé a ser la directora artística de la compañía, así que no he parado de trabajar en teatro musical desde entonces y me siento muy agradecida de como ha venido todo. Para mí estos dos años han sido como una especialización en teatro musical, como si hubiera continuado mi formación pero que además me ha permitido independizarme, vivir de ello cien por cien y tener cierta estabilidad. Cierto es que sigue siendo teatro y que hay meses más complicados que otros y que nunca hay puede parar de moverse porque no sabes qué puede pasar en los meses venideros. Pero eso también hace que te mantengas activa y que surjan nuevas oportunidades.
A. L.: Antes de entrar en la ESAD, terminaste el Grado de Educación Primaria, ibas para profesora, ¿qué te llevó a estudiar Dirección Escénica?
C. D.: Pues fue un giro inesperado. Terminé Magisterio y me fui a Irlanda a perfeccionar el inglés. Me fui con la idea de estar todo un año pero una vez allí, mi madre se puso enferma y tuve que volver. Al llegar aquí de nuevo descubrí la especialidad de Dirección y, para no quedarme con el año vacío, me apunté a la autoescuela, a la escuela de idiomas y decidí también presentarme a Dirección Escénica para formarme un poco más, sin pretensiones, solo saber más de teatro, y poco a poco me fue enganchando y acaparando más parte de mi vida... hasta hoy.
A. L.: ¿Qué diferencia hay entre montar un musical de las características de Chicago como proyecto final de carrera a llevarlo meses después a escena ya en plan profesional? ¿Con qué problemas te has encontrado? ¿Tuviste que cambiar de elenco?
C. D.: He tenido que cambiar algunos miembros del elenco cada vez que lo hemos retomado, es algo natural, ya que al pasar meses desde una representación a otra a ellos le han surgido oportunidades en otros ámbitos. Tenemos muchos de nuestros actores y actrices trabajando en televisión, teatro musical, cine… y estamos muy orgullosos. Es el caso de Luna Mora, nuestra primera Velma, que está en 33 El musical en Madrid, que se estrena en noviembre; o de José de la Torre, que está grabando para una nueva serie de Antena 3; al igual que el de Carlos Scholz o el de Cinta Ramírez, que recientemente han grabado la película Los Japón. Carmen Elena Aguilera, Mama Morton, está en el Rey León en Gran Vía, aunque va a poder actuar con nosotros en Sevilla; y, por supuesto, no me olvido de José Pastor, que ha podido escaparse de Madrid para sustituir a José de la Torre e interpretar a Billy Flynn. Tenemos un elenco de estrellas y eso es muy satisfactorio. Además, el hecho de que unos actores entren y otros salgan nos permite descubrir a nuevas figuras que vienen pegando fuerte, como son Anabel, Javi, Kiko, Mery, Roberto, Arwent, Juanita, Estefanía… Así que en realidad, el cambio de reparto es algo bueno.
Con respecto a las dificultades. Son muchas, muchísimas. Desde tener que pedir colaboración de la ESAD para tener un espacio dónde ensayar con veinticinco personas; hasta la falta de dinero para vestuario o utilería. El año pasado, por ejemplo, cuando fuimos a representar a Palma de Mallorca, en el transporte de vuelta, perdimos la mayor parte del vestuario y toda la utilería. Más de cien prendas y objetos que hemos tenido que volver a buscar y volver a gestionar desde cero. La imposibilidad de poder exigir dedicación absoluta es uno de los grandes problemas de este tipo de producciones, pues hay días que se hace difícil ensayar. A nivel de negociación y de logística, hay mucho trabajo detrás. Somos exactamente cincuenta personas las que formamos esta compañía y eso tiene mucho trabajo detrás.
Evidentemente, hemos tenido una ayuda inmensa a nivel financiero y es que todo esto no podríamos haberlo puesto en pie sin la implicación en la producción de Nooma Producciones, ya que ellos, además de conseguirnos los bolos, han puesto todos sus medios, han invertido y han corrido con todos los gastos. Nooma nos presta sus recursos de forma muy generosa; no son una gran compañía, pero sí tienen el valor de los grandes. Es por eso que el trabajo está en el día a día, en tener todo previsto, en encajar los problemas que van surgiendo, en encontrar respuestas a todo cueste lo que cueste, y en respirar y seguir adelante. Cuando todo el equipo está tan ilusionado y pone tantas ganas, no hay problemas que no tengan solución. Intentamos que todo los que nos ayudan estén a gusto con nosotros.
A. L.: Escuchándote, vuelve a mí la palabra “milagro”, milagro para que todo case y pueda llevarse a público un espectáculo como el vuestro. Y mi pregunta siguiente es, en un musical como Chicago, además de actores, músicos y un director musical, se necesitan otro tipo de profesionales, dígase coreógrafos, utileros, técnicos de iluminación, regiduría, sastrería, ayudantes de indumentaria, etc. ¿cómo consigues organizarlos para que todo esté listo en el momento en el que sube el telón?
C. D.: Conforme hemos ido avanzando en el tiempo, ha sido cada vez más fácil ponerlo en pie. Cuando lo montas por primera vez, tienes que hacer que todo el mundo entienda lo que tú ves, y que poco a poco todos vayan formando parte de eso. Pero esta última vez, todos los que ya han estado y todos los que me ayudan saben cuál es el fin, así que todo va mucho más rápido. Se pierde menos tiempo y yo cada vez tengo menos responsabilidad y eso es un gran alivio. Eso es gracias a que tengo detrás un equipo inmenso, tan generoso que no hay suficientes palabras para describirlo. Tengo mi mano derecha en los últimos montajes que es Jacaranda Rey, es el eje principal de todo lo que estamos haciendo. Ella es la que más ha trabajado y la que lleva las riendas en los ensayos con las coreografías, ha interpretado a Mamma Morton en Algeciras y además ha puesto en pie todas las coreografías de Antu Lorente. Pero además es amiga y apoyo imprescindible en Chicago y Mujeres al borde. Sin ella no sería posible retomar este proyecto cada vez que sale. Tengo al equipo de regiduría y tramoya que son unos cracks en su trabajo, capitaneados por Arancha y Roberto; y tengo a los mejores técnicos del mundo, Fran Ortiz y Josemi García. Gracias a todos ellos duermo por las noches ja,ja. Se hace muy fácil coordinar a gente que quiere siempre lo mejor. Yo propongo una solución fácil y ellos vienen con una propuesta mejorada de la idea inicial. De verdad que esto es lo que ocurre día a día. A veces no quiero sobre cargarlos con más trabajo del que ya tienen y siempre me sorprenden dándome una alternativa mucho más compleja de lo que yo había dicho en un principio. Todo para que el resultado ante el público quede siempre lo mejor posible. Tengo una suerte inmensa y así todo se hace muy fácil.
A. L.: Eso que acabas de decir que “gracias a todos ellos duermo por las noches” es muy significativo del estrés que provoca un montaje de esa envergadura y la necesidad de apoyarse en un buen equipo. Pasemos a otro gran aspecto de un musical. Tanto en Chicago como en Mujeres al bordo de un ataque de nervios has trabajado con el director musical, Nacho Doña, héroe local que está haciendo grande con su trabajo al teatro musical en Málaga. ¿Cómo es trabajar con él?
C. D.: Si, los dos, junto con Jacaranda, formamos ya un equipo que funciona de forma compacta. Nos conocemos los tres y sabemos lo que necesitamos de cada uno y lo que tenemos que dar. Nacho es una persona extremadamente inteligente y sabe muy bien como tiene que hacer su trabajo. Conoce el teatro musical y conoce cuáles son las necesidades del director de escena y sabe hacer que los actores respondan a eso de una forma increíble. Es una suerte muy grande que Málaga cuente con alguien como él y que siempre esté dispuesto a sacar adelante nuevos proyectos y oportunidades.
A. L.: Tras estos dos años de experiencia, ¿crees que sería posible un teatro estable solo para musicales en Málaga? ¿Qué se necesitaría para conseguirlo?
C. D.: Creo que es posible, estoy convencida, pero en esta ocasión voy a ser un poco crítica y creo que, para que Málaga tenga un teatro musical estable, Málaga tiene que empezar a valorar de forma más positiva el trabajo que aquí se está haciendo. Con esto me refiero a que, a veces, tendemos a poner a los que vienen de fuera como algo mejor simplemente por venir de fuera y nos olvidamos de darle la oportunidad de competir a los mismos niveles a la gente local. Creo que cada ciudad tiene sus características teatrales y creo que Málaga es una ciudad muy competitiva a nivel de teatro musical, porque tenemos una ciudad donde se están formando grandes profesionales de la música, de la interpretación y de la dirección escénica. Hay pocas ciudades en España, que puedan competir con un hervidero de artes tan grande y creo que desde los teatros, el ayuntamiento y las instituciones deberían tenernos en cuenta y hacer una apuesta más competitiva por los que nos dedicamos a ello en la ciudad. Sin embargo, la realidad es muy diferente y me da la sensación de que se prefiere apostar por otras vertientes teatrales. Sinceramente, espero que esto cambie en unos años y, los que nos dedicamos a esto, podamos aspirar a más y no tener que empezar a buscar alternativas fuera de nuestra ciudad.
A. L.: Totalmente de acuerdo contigo, Celia. Sería maravilloso. Ojalá que políticos y productores se vuelquen en una actividad empresarial, laboral y artística que atraería a miles de visitantes a Málaga. No debemos perder la esperanza. Pasemos a otro tema. Mujeres al borde de una ataque de nervios se estrenó en el Teatro Echegaray el pasado mes de marzo dentro del proyecto Factoría Echegaray Formación con el teatro lleno durante varias semanas y muy buenas críticas. El elenco estaba formado en su mayor parte por estudiantes de la ESAD, ¿qué nos puedes contar de esta experiencia
C. D.: Fue una experiencia a nivel de montaje muy dura y a nivel de puesta en escena muy satisfactoria.
A. L.: Tu descripción me recuerda a la idea que siempre tengo de comparar un montaje con un embarazo. El estreno, sin embargo, es el parto; una vez finalizado, la felicidad inmensa que sientes es como la de tener a tu hijo en brazos. Habéis iniciado una gira con Chicago, ¿en qué ciudades tenéis previsto actuar?
C. D.: Ya hemos pasado por Algeciras y la próxima parada es Sevilla, los días 10 y 11 de noviembre en el Teatro Cartuja Center Cite. Además, se están barajando nuevas fechas que esperemos salgan adelante.
A. L.: ¿Te gustaría hacer en el futuro teatro textual?
C. D.: Si, por supuesto. Mi vida siempre ha estado ligada a la música y por eso decidí unir las dos disciplinas que más que gustan, pero el teatro de texto también me gusta muchísimo y tengo muchas ganas de tener tiempo y oportunidad de enfrentarme a una obra de texto, aunque por supuesto tengo muchísimo respeto. Espero que en un futuro no muy lejano pueda enfrentarme a alguno que me entusiasme y llevarlo a la escena.
A. L.: Por último, y aprovechando este espacio abierto y de visibilidad a las artes escénicas en Málaga, si tuvieses una varita mágica, ¿qué mejorarías en el mundo del teatro?
C. D.: Muchísimas cosas, aunque me refiero más al mundo del teatro en este país. Es necesario que el teatro tenga la consideración que se merece. Que se enseñe a respetar al teatro desde la escuela. Que se contemple en los institutos como vía profesional, que se contemple en las instituciones como algo de lo que sentirse orgulloso, y apostar e invertir para ser los mejores. Es verdad que en tiempos de capitalismo feroz, todo lo que no da un margen de beneficio holgado, no se toma enserio. Por eso son los ayuntamientos los que deben tomar las riendas de esta situación y apostar por la cultura de las ciudades y presionar así a las grandes instituciones. Esto es por empezar a decir algo porque hay muchísimas cosas que cambiar. Es muy triste ver como a poco que empiezas en el teatro enseguida hay un techo muy difícil de sobre pasar y pocas oportunidades de pasar del teatro base a un teatro más profesional.
A. L.: Nos unimos a tus deseos. Desde Aforo Libre te damos las gracias por atendernos y aprovechamos para desearte un presente y un futuro lleno de éxitos y trabajo.
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