Aprovechando su paso por el XXXII Festival de Teatro de Málaga donde presenta su última puesta en escena: Olivia y Eugenio, hemos tenido la suerte de poder departir con una actríz enorme, de las grandes, en sapiencia y humildad, una trabajadora de las tablas desde siempre que repite en Málaga como ya hiciera con Hécuba: Concha Velasco.
Entrevista: Carlos Mesa | Fotos: Promocionales / TC
Aforo Libre: Antes de comenzar, ¿cómo te encuentras?
Concha Velasco: ¿Yo? ¡Estupendamente! Ya ha pasado todo. Antes de ayer ya me dijeron que estoy fenomenal. Así que bien, muy bien. Muchas gracias.
A.L.: Eso es lo importante. Ahora ya entrando más en el tema de la obra, ¿qué pensaste de Olivia y Eugenio cuando te propusieron hacerla?
C.V.: No, no fue así. Aprovecho yo para corregirte. (Risas.) Olivia y Eugenio la conocimos cuando estaba haciendo Hécuba. Es una obra que se estrenó hace cuatro años en Perú, con muchísimo éxito, y Jesús Cimarro la compró nada más estrenarse.
A.L.: ¿Nos puedes contar un poco de qué trata la obra?
C.V.: Lo que Olivia y Eugenio cuenta es la historia de una mujer rica, intelectualmente muy preparada y con una vida brillante. Olivia tiene un hijo con Síndrome de Down, y a partir del nacimiento de él es rechazada por toda la familia, por el marido, por el otro hijo, por las amistades… Y ella dedica su vida a ese hijo. Después de treinta años de convivencia feliz con Eugenio, le dicen que le quedan dos meses de vida, y entonces ella se plantea qué va a hacer la criatura cuando ella no esté en este mundo. Ese es el arranque de la obra. Y luego el autor, Herbert Morote, a través de Olivia, critica a una sociedad corrompida que no permite que sea feliz con su hijo. Esa es la esencia de la obra. Entonces hay críticas políticas, criticas sociales… Incluso ella cuestiona a Dios porqué ha permitido que se vaya deteriorando su vida y no pueda seguir disfrutando de ese ser, su hijo, tan estupendo y maravilloso.
Pero la obra está llena de esperanza, de amor, divertida, emocionante y con crítica. La elegí hace tres años porque yo siempre creo que mi trabajo en el teatro es un compromiso social, unas veces a través del humor y otras de la tragedia, pero en este caso es la comedia. ¡Pero que no tiene nada que ver conmigo! (Risas.) Cada vez insisto más en ello. Yo no soy Olivia. Yo, Concha Velasco, soy una mujer muy afortunada en la vida, que no he tenido ninguno de los problemas que tiene Olivia, ¿eh? Lo que pasa es que la coincidencia de que yo luego me puse enferma y parece que era como haber aprovechado que el Pisuergra pasa por Valladolid, pero nada de eso, ¿eh? Esta obra está elegida desde hace ya tres años.
A.L.: ¿Cómo fue el proceso de selección del actor que interpreta a Eugenio?
C.V.: Todo eso lo hizo José Carlos Plaza, el sabio director de este texto que, aparte de que sea maravilloso -la obra está editada desde hace tres años y en todas las escuelas en las que hay chicos Down se leen escenas de este texto, porque es casi académico- lo ha convertido en una obra absolutamente teatral, moderna, llena de matices y con una dramaturgia que el autor le ha permitido hacer. José Carlos Plaza ha corregido, ha cambiado de sitio, ha montado como él hace siempre, porque es uno de los más grandes directores que tenemos en nuestro país, yo te diría que en el mundo. Y tengo la suerte que es la sexta vez que me dirige en dos musicales maravillosos. Afortunadamente, es el director que más me ha dirigido en el teatro, y ha hecho una dramaturgia extraordinaria. Y lo ha convertido en una obra maravillosa. Y la selección, como te decía, la ha hecho José Carlos. Este verano él fue a todas las escuelas en la que estudian los chicos con Down y eligió a estos dos. A Rodrigo Raimondi y a Hugo Aritmendiz. Aquí en Málaga y en Vélez-Málaga, donde estamos primero, va Hugo, y a otros sitios va Rodrigo, porque hay que tener en cuenta que son dos chicos que están estudiando.
A.L.: Y el proceso de montaje también ha debido ser distinto, ¿no?
C.V.: Sí. Al principio fue un poco duro, pero finalmente ha sido todo muy gratificante. ¡Y ellos lo hacen uy bien! Es más, me equivoco yo más que ellos. Y cuando lo hago me corrigen, porque se saben casi mi papel. Pero son maravillosos y lo hacen muy bien. Una vez, después de una actuación, unos compañeros entraron a los camerinos a felicitarme y me preguntaron si eran profesionales, y yo les dije que sí lo eran, porque ambos lo hacen realmente bien.
A.L.: Y ya para acabar te quiero dejar a ti el papel de periodista. ¿Hay alguna pregunta que te hubiera gustado que te hicieran y nunca lo han hecho?
C.V.:No, no… ¡Ya me han preguntado de todo! (Risas.) Pero te agradezco que no me hayas preguntado cuándo me voy a retirar, porque parece que por ser mayor ya me tengo que ir. Y yo estoy jubilada, ¿eh? Solo que cuando actúo no cobro la paga. Pero siempre tendrá que haber alguna Lola Herrera, una Terele Pávez… Porque en el cine y en las series es más raro, pero en el teatro siempre se necesitarán actrices y actores para interpretar papeles de mujeres y hombres mayores. Además yo tengo mi cabeza maravillosa que me permitirá, espero, seguir trabajando unos años más. También estoy ahora con mi Cine de barrio, que estoy encantada. Y también tenemos un proyecto para el nuevo año…
A.L.: ¿Se puede adelantar algo de él?
C.V.: Todavía no. Por ahora estamos con Olivia y Eugenio.
A.L.: Entonces tendremos que esperar. Muchas gracias, Concha, por atenderme con tanta amabilidad y simpatía. Mucha suerte en todos tus proyectos nuevos, y que sigas muchos años más dándolo todo y cosechando tantos éxitos. Un abrazo.
C.V.: Muchas gracias. ¡Otro abrazo para ti!
Desde Aforo Libre también queremos agradecer la deferencia de Concha Velasco hacia nuestro colaborador y nuestra revista porque somos conscientes de la agenda tan apretada en tan pocos días y con tantos medios queriendo hablar con ella. Gracias Doña Concha.
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