Entrevista: Carlos Mesa | Fotos: ptcteatro
Maggie Civantos, malagueña, dio el salto al panorama nacional gracias a la serie Vis a vis. Ahora vuelve a su tierra con la obra Una gata sobre el tejado de zinc caliente.
Maggie Civantos es una de esas chicas que llevan el buen rollo a cada lugar que pisen. Junto a Juan Diego, Eloy Azorín, Ana Marzoa, José Luis Patiño y Marta Molina traen a Málaga una nueva versión del clásico de Tennesse Williams Una gata sobre un tejado de zinc caliente, versionada y dirigida por Amelia Ochandiano.
Aforo Libre: ¿Cómo te sientes volviendo a Málaga con la obra Una gata sobre un tejado de zinc caliente?
Maggie Civantos: A mí siempre me hace mucha ilusión actuar aquí, no sólo porque venga mi familia, sino porque es mi tierra y estoy muy orgullosa de ella. Málaga está preciosa, más bonita que nunca. Me siento la anfitriona con respecto a mis compañeros. Tengo ganas de enseñarles mi ciudad y disfrutarla con ellos. Estoy deseando verme en el Teatro Cervantes, que va a ser la primera vez que actúe en él. Y estar arropada por mi familia y mi tierra, que va a ser maravilloso.
A.L: ¿Muchos nervios por actuar en tu ciudad?
M.C: Pues sí, porque siempre lo importante es que tú lo disfrutes como actor, porque sabes que eso va a llegar al público y lo va a disfrutar. Pero aquí también quieres que la gente se sienta orgullosa, así que sientes más nervios y presión, pero yo no quiero nunca que se vaya esa adrenalina y esa ilusión. Está ese nervio de saber que va a venir mi familia, amigos, compañeros de la escuela de Arte Dramático… Porque yo estudié en Málaga, y saber que van a venir los que fueron tus profesores pues quieres que se sientan orgullosos de ti. Se juntan estas dos cosas: las ganas de que el público disfrute y hacerlo lo mejor posible. Además es un instante, aquí no hay trampas. Esa es la magia del teatro: tienes este momento para dar lo mejor.
A.L: Y compartes nombre con el personaje que interpretas en la obra…
M.C: Ojalá mi madre me lo pusiera por Una gata sobre un tejado de zinc caliente, pero va a ser que no. Me lo puso por Falcon Crest. (Risas). Cuando yo estuve en la escuela e hice una escena de esta obra yo dije “es que yo tengo mucho de esta gata”, y me gusta pensar eso.
A.L: ¿Y qué aporta Maggie Civantos a esa gata?
M.C: Yo creo que esa dualidad que ella tiene. No solamente eso, sino la pasión. Y me gusta pensar que Maggie es sureña. La obra transcurre en Estados Unidos, pero extrapolado aquí sería el sur de España, por lo que estoy en el lugar perfecto. Lo demás ya lo he ido construyendo a base de imaginación, pero sí le he aportado todo lo felino.
A.L: ¿Nos encontramos la obra original o una versión algo diferente?
M.C: Es una versión de Amelia Ochandiano, la directora. La obra dura un poquito menos que la original, por lo que sí ha habido cambios y recortes. Creo que se hace más hincapié en un tema que ya estaba en la obra original, pero que en esta tiene mayor protagonismo: la verdad en la familia. En todo el segundo acto, que además soporta Juan Diego, deja ver más claro la relación entre el padre y el hijo y lo que han ocultado durante años. Cobra mucho protagonismo la verdad en las relaciones personales. Con esta versión se deja más claro y me parece muy interesante, pues es más fácil empatizar, porque no es sólo el conflicto matrimonial o la herencia, sino un conflicto familiar al margen de todo ello, con las cosas que no se han dicho durante tanto tiempo.
A.L: ¿Cómo ha sido trabajar con estos compañeros? Porque estás rodeada de magníficos profesionales.
M.C: El primer día, cuando hicimos la primera lectura, me temblaba todo. Estaba muy nerviosa porque tenía justo al lado a Juan Diego y a Ana Marzoa, que son dos actores muy grandes que llevan una carrera muy sólida detrás y a los que siempre he admirado. Así que compartir escenario con ellos es un sueño.
A.L: Has hecho televisión, cine, teatro… ¿Qué diferencia encuentras entre los distintos medios?
M.C: Cada medio es diferente, pero al final todos tienen una cosa en común: hay que trabajar desde la verdad, la honestidad y la escucha. Así que da igual que esté trabajando en televisión, cine o teatro. Hay algo común que es la manera de afrontar el trabajo y disfrutarlo. Cada medio tiene unos códigos diferentes, pero si te adaptas es lo mismo, la misma esencia. A mí me gusta todo, me costaría elegir entre teatro o audiovisual. Cada cosa tiene su encanto. Yo estudié teatro, pero al final lo que me ha abierto más puertas es lo audiovisual. Al final se trata de contar historias, y a mí lo que me gusta es formar parte de esto.
A.L: Fue con Vis a Vis cuando la gente te empezó a conocer más. ¿Ha habido un cambio entre la Maggie de antes y la Maggie de ahora?
M.C: Profesionalmente por supuesto. Pero todavía hay que seguir trabajando muy duro y yo sigo creciendo y aprendiendo cada día, y estoy segura de que va a ser así hasta que termine mi vida. Pero por supuesto que ahora tengo un trabajo que me respalda detrás, y es muy gratificante. Tienes que seguir luchando y trabajando, pero tu nombre le suena a algunas personas. En ese sentido le debo mucho a la serie y a Macarena Ferreiro.
A.L: ¿Cómo te ves en cinco años?
M.C: ¡Espero que trabajando! Y feliz. Yo es que pienso mucho en el ahora. Por supuesto que tengo sueños y cosas que quiero hacer, pero con el paso del tiempo me doy cuenta de que lo importante es disfrutar el ahora con lo que tengo. Y mis ambiciones fantásticas hay que controlarlas porque puede ser un hilo de frustraciones e infelicidad. Y fundamentalmente quiero ser feliz. Lo soy y quiero seguir siéndolo dentro de cinco años. Un poquito más todavía si puede ser. (Risas)
La vida no se trata de conseguir metas y sueños, se trata de vivirla. Y eso es lo que espero estar haciendo: vivir feliz, contenta y rodeada de los míos. Y si puede ser trabajando, que en estos dos años no me puedo quejar y doy gracias todos los días, porque es muy difícil a dedicarse a nuestro trabajo. Es complicadísima la vida del actor y somos muy pocos los que realmente nos dedicamos a ello. Pero hay mucho talento y una gran falta de respeto en este país a lo que hacemos, al teatro y a la cultura en general. Y ojalá estuviéramos más respaldados, porque es fundamental y hay mucho talento por descubrir.
A.L: ¿Tienes alguna anécdota que contarnos de la gira?
M.C: Todavía no ha pasado nada, acabamos de arrancar. (Risas) Aunque el otro día se me rompió el vestido en mitad de una función y todos mis compañeros intentaron ayudarme en escena. Porque claro, se me rompió el vestido en mitad de la obra e iba con todo el trasero al aire. Pero todos me intentaron ayudar, y eso demuestra que estoy muy respaldada y tengo unos compañeros muy generosos.
A.L: Ahora son los Goyas... ¿algún favorito o favorita?
M.C: Yo barriendo para la tierra quiero que se lo lleve Belén Cuesta. Estudiamos junta, hemos trabajado juntas en obras de teatro… Me parece una actriz maravillosa y creo que se lo merece. Sin menos preciar al resto de nominamos, porque me parece que este año está muy complicado. Pero sé lo trabajadora y luchadora que es Belén y este reconocimiento sería muy justo, pero todos los que están son muy merecidos. Yo creo que estar nomidado y estar trabajando en lo que nos gusta es el mayor premio.
A.L: Muchas gracias por contestarnos a estar preguntas. Os deseamos mucha suerte a todo el equipo de Una gata sobre un tejado de zinc caliente.
M.C: ¡Muchas gracias a vosotros!
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