Texto: Mariola Aguilar l Fotos: Fran Hernández
Historia, Cultura y Naturaleza
Conocida como el nido de águilas inexpugnable, Bobastro guarda en sus piedras la historia de un personaje que pudo cambiar el curso de la conquista musulmana: Omar Ibn Hafsún. Conocido como el Señor de Bobastro, pero también como el Capitán de la Gran Nariz, Ibn Hafsún hizo temblar al poder del Emirato de Córdoba, consiguiendo extender sus dominios por buena parte de Al-Andalus desde Algeciras a Murcia. Te invito a acompañarme en este paseo a través de la historia y su entorno natural inigualable.
Para iniciar nuestro trayecto, te propongo presentarte al artífice, literalmente, de esta ciudad entre los riscos de la montaña. En torno a la figura de este personaje, se han recogido mitos y leyendas que poco a poco la investigación arqueológica va despejando. Nacido en torno al 850, casi un siglo después de la entrada y ocupación musulmana de las tierras del Sur de Hispania, en la actual Parauta, Omar Ibn Hafsún era nieto de muladíes, cristianos convertidos al Islam, siendo él ya musulmán desde su nacimiento. Se recogen testimonios que hacen alusión a su implicación en un crimen, lo que le llevó a huir al Norte de África, concretamente a Argelia, donde comienza a ser aprendiz de sastre. Esta aventura laboral dura tan sólo cuarenta días, ya que, según algunas fuentes, recibió la visita de un anciano que le hizo una profecía en la que le anunciaba que sería él quien ofreciera resistencia al poder de los Omeya desde Bobastro. En el año 880, Ibn Hafsún vuelve a Al-Andalus y, curiosamente, es reclutado por el ejército de Muhammad I contra los cristianos. Sin embargo, el joven Ibn Hafsún se cansa pronto de los desprecios y desigualdades que los Omeyas ejercían sobre los muladíes o nuevos musulmanes y decide reunir un ejército formado por muladíes, cristianos y bereberes, eso sí, una vez que ya había adquirido destreza militar. Se inicia así lo que se ha dado a conocer como la mal denominada rebelión de Bobastro, ya que una rebelión o revuelta no dura cincuenta años. En este sentido, es importante destacar la intención de Omar Ibn Hafsún por conseguir el poder y fundar una dinastía al frente de esta ciudad, como hicieran en su momento los Omeya.
Omar Ibn Hafsún elige un lugar prácticamente inaccesible para construir su enclave, donde la geografía permitía rodearse de castillos puerta o fortalezas que le permitían controlar cualquier intento de acercamiento a las Mesas de Villaverde. De hecho, a lo largo de las cuatro décadas que la ciudad estuvo a su mando, fueron no pocos los intentos desde Córdoba de acabar con este núcleo de oposición, sin llegar a conseguirlo hasta que Omar Ibn Hafsún muere, pero aún nos queda unas líneas para llegar a ese capítulo.
Al contar con el apoyo de los cristianos por darles mejores condiciones que los Omeya, Ibn Hafsún hace una nueva pirueta política en el año 899 convirtiéndose al cristianismo. Más allá de un acto de fe, como quiso leer la historiografía del s. XIX al considerarle como el Pelayo del Sur de la Península que luchó contra los herejes, Ibn Hafsún tenía planes de buscar el apoyo del rey Alfonso III el Magno que en ese momento estaba ganando territorios en el Norte de la Península. Los cronistas musulmanes de la época hablan de esta ciudad como el lugar de perdición, haciendo también hincapié en la traición de Omar a la religión musulmana. Ibn Hafsún cambia su nombre a Samuel y construye las que serán las únicas iglesias mozárabes conocidas en Al-Andalus. Sin duda, la estampa característica de Bobastro es esta iglesia con sus arcos de herradura tallados en la piedra y sin terminar, quedando señaladas las pilastras. Ambas iglesias, tanto la que se encuentra en la Medina como la situada en la zona baja, presentan la misma planimetría y dimensiones, lo que indica que Ibn Hafsún seguía planos de construcción. Se utiliza la típica planta basilical con tres naves, siendo en la nave central donde se celebraban las liturgias, con espacios jerarquizados aprovechando los desniveles desde el ábside. Esta conversión al cristianismo no fue bien aceptada por los muladíes ni por los musulmanes, perdiendo parte del apoyo con el que hasta entonces contaba, lo que supuso un cierto debilitamiento de su poder.
Seguimos con las andanzas políticas de Omar, ahora Samuel, pues en el año 914 recibe la visita de dos emisarios chiíes, procedentes de Túnez, que le proponen que se convierta a este culto religioso, pudiendo obtener el apoyo del único califato musulmán de la época en Occidente, en su búsqueda de alianzas para afianzar su poder. Tan sólo dos años va a durar esta nueva conversión, pues Ibn Hafsún fallece en 916.
Tras su muerte, sus hijos mantendrán el núcleo de Bobastro, sin embargo, su defensa se ve cada vez más debilitada, perdiendo cado uno de los castillos puerta con los que contaba para defender la ciudad en sus alrededores. En 920 pierden el castillo de Álora, cuya posición era clave al abrir camino directo a Bobastro. En el año 927, Abderraman III decide prestar todas sus fuerzas para acabar con la ciudad, asediando las inmediaciones de la urbe y levantando torres defensivas para controlar las entradas y salidas. En 928, consigue hacerse con la ciudad, profanando la tumba de Omar Ibn Hafsún y colocando su cabeza junto a la de un cerdo en la puerta de Córdoba.
Pero en Bobastro no sólo la Historia nos atrapa, también la belleza de sus parajes. La integración total de sus construcciones en el paisaje harían las delicias de cualquier arquitecto actual. Entre la vegetación que encuadra sus piedras, encontramos, sobre todo, pinos, palmitos, jaras y tomillo. En cuanto a mamíferos, en la zona se pueden ver zorros, meloncillos, cabras montesas o jabalíes, entre otros. Y, por supuesto, es imposible visitar este enclave y no dejarse seducir por el planeo de los buitres leonados que se dejan llevar por el viento desde las cercanas buitreras del Desfiladero de los Gaitanes. Estas aves pueden llegar hasta los tres metros de envergadura y pesan entre 6 y 9 kilos. Son silenciosas, salvo cuando se disputan por la carroña o por el territorio…Sin duda, su majestuosidad no te dejará indiferente.
Nos encontramos pronto en el próximo capítulo…
Otra información de interés
Forma de Acceso: Salir de Málaga por la carretera A-357 hasta Ardales. Desde ésta, tomar la MA-444 en dirección a El Chorro, a unos 6 km se encuentra a la derecha una carretera asfaltada que lleva a Bobastro.
Coordenadas GPS: 36º 54′ 8» N 4º 46′ 53» W.
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