06/12/2014. Teatro Cervantes.
Texto: Daniel Lozano | Fotos: web y Stefan Lano
El sábado 6 de diciembre tuvo lugar en el Teatro Cervantes la interpretación del concierto nº 5 de la temporada. La Sinfonía nº 4 en Mi bemol Mayor de Bruckner ocupó todo el programa en esta ocasión y tuvo como novedad la presencia de un director invitado: Stefan Lano.
La 4ª sinfonía conocida como la “Romántica” es una de las obras más populares de Bruckner y pertecene a ese elenco de sinfonías apacibles y bucólicas que han pasado a la historia (“La Pastoral” de Beethoven, la cuarta de Mahler, “La Expansiva” de Nielsen o la octava de Dvořak). Ese sentimiento naturalista comulga con el fuerte sentir religioso del compositor, logrando crear una música muy personal, de una gran pureza y singular misticismo.
El compositor austríaco pretendió crear un nuevo estilo a partir de un nuevo lenguaje, quizá por haberse posicionado admirador de Wagner en mitad de aquel debate nacional que enfrentaba a Alemanía entre los defensores de Brahms o de Wagner. Con estas declaraciones salió airoso de todos sus detractores y seguidores de la escuela musical de Brahms: “Quieren que escriba de otro modo, pero no debo hacerlo, ya que Dios me ha dado un talento y a Él tendré que rendirle cuentas alguna vez”. Es cierto que su admiración por Wagner era evidente, pero la orquestación bruckneriana tiene personalidad propia y se diferencia de la wagneriana por mantener unos bloques temáticos más claros y evitando de esta manera el persistente desarrollo del discurso armónico, centrándose más en el aspecto rítmico de la orquestación. A pesar de ello hay que reconocer un elemento común entre ambos, el abundante uso del cromatismo en su orquestación, aunque en la obra de Bruckner el color armónico es más homogéneo y por tanto aporta más estabilidad al lenguaje empleado. Otro dato a tener en cuenta en su orquestación es el gran registro sonoro en sus obras, que viene dado de su pasado como organista y de la riqueza que le aporta la sonoridad y el registro tímbrico de este instrumento.
Respecto a la ejecución de la sinfonía hay que destacar la disposición a “la alemana” de la orquesta que empleó el director invitado Stefan Lano, aportando una sonoridad y situación de los intérpretes muy acorde con la sonoridad bruckneriana. A pesar de ello el director no supo aclarar las imprecisiones de la orquesta en más de una entrada a lo largo de los movimientos y se echó en falta un poco más de sonoridad y brío en algunas de las monumentales cadencias que se hayan en esta obra. Tema aparte es la afinación de las cuerdas en el primer movimiento y en el viento (tanto madera como metal) en el segundo, que dejaron mucho que desear en más de una ocasión. En el tercero se echó en falta una vez más el empaque sonoro que se esperaba, quedándose a medio camino en más de un momento los fortes en los tutti de la orquesta. Ya en el cuarto movimiento mejoró considerablemente tal cuestión, dejándonos a los asistentes con un mal sabor de boca respecto al concierto de la semana anterior. Es curioso como esta orquesta puede dar lo mejor de sí con un director y lo peor con otro y nos hace pensar que los ensayos no son del todo productivos dependiendo de quién y cómo trabaje con ellos. El próximo concierto será este viernes en el ciclo Frente al mar en el auditorio Edgar Neville. Estaremos atentos y expectantes.
Programa 05, A. Bruckner
Sinfonía nº 4 en Mi bemol mayor, “Romántica” (versión 1881), A. Bruckner
Director Stefan Lano